Enarbolé la soledad como un trofeo de guerra,
aún sangrante.
Viví ensayos generales de amor
y plagié algún monólogo
totalmente carente de talento.
Me declaré al margen,
ya de todo segura, vieja zorra,
sin nada que ofrecer,
sin pedir nada a cambio.
Inerme y despojada, salvo de lo esencial:
mi absurda euforia de estar viva,
mi cara de payaso, mi cojera,
y mi amor —rara avis—
partiéndose las alas contra un muro,
suavemente, sin pasión, sin violencia,
y sin mucha convicción, también es cierto.
Me pierde como amante de tragedia
esta tendencia a ser feliz,
que tanto engorda,
y la risa, que no sé reprimir.Si no quieren perderse una polémica a cuenta de este poema colgado aquí y que alguien se llevó sin cita previa de la fuente y desconociendo que la firma es un seudónimo, lean los comentarios en Gatopardo aquí.
Posdata 2:
Captura de pantalla del artículo de Kepa Osoro Iturbe en LECTYO, recogida el día 16 de noviembre 2014, borrado el 20 de noviembre de 2014, url http://kepaosoroiturbe.lectyo.com/permalink/20088
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