Llegaron a mi correo unas fotos, siento no poder poner la
fuente porque no me la indican, sobre unos casos espeluznantes de niños
robados. En este blog ya hablamos seria y cumplidamente de ello aquí y aquí. Pero
en el caso que nos ocupa es muy grave, como verán en las fotos de abajo. El primero es un
caso de dos gemelas separadas al nacer, y el otro es el de un conocido
dirigente político que fue separado de su madre poco después de que le hicieran la foto
con ella, cuando era un recién nacido.
Las gemelas separadas
El bebé con su madre biológica
El retoño hecho un hombre de provecho
Me llagaron las fotos cuando estaba ocupado en un reportaje
de investigación que pronto verá la luz, pero aquí tienen un adelanto:
¿Eduardo Punset de joven tenía el mismo peluquero que el
escritor Georges Perec? Los dos nacieron el mismo año, 1936, aunque el segundo dejó este mundo en 1982. Miren estas fotos y juzguen ustedes:
Eduardo Punset, antes de anunciar pan de molde
Georges Perec recién salido de la pelu
En fin, estaba con estas cavilaciones cuando, apropósito de
la anterior entrada sobre Portadas Clonadas, recordé que otra de las cosas que
más me molestan del mundo editorial, a parte de que aún no me hayan descubierto
como joven promesa que soy de las letras patrias, les decía, que lo que más me
molesta son las dichosas fajas publicitarias de los libros. Las odio. Nunca sé
qué hacer con ellas y siempre terminan en la papelera más cercana. ¿Y qué me
dicen de los textos?, algunos toman directamente por tontos a los lectores…,
pero como no tengo tiempo para entrar en más profundidades, aquí les dejo un
texto que escribí hace 6 años sobre este particular.
DE FAJAS Y MARKETING
Cuando en 1839, monsieur
Dupont dio a la imprenta La cartuja
de Parma -la última novela de Stendhal que se publicó en vida del autor
francés- quiso curarse en salud poniendo un reclamo para los lectores, a modo
de cebo, que rezaba: “Ambrosio Dupont,
editor de Las memorias del Diablo, de
Federico Soulié” aludiendo a un autor de folletines de moda, el editor quería
buscar la complicidad y la confianza de
su público y mitigar en lo posible las escasas ventas que vaticinaba; cosa que
por otra parte sucedió, porque tuvo que vender los libros sobrantes a los
especieros para que utilizaran el papel como envoltorio de sus productos. ¡Qué
cosas!, hoy nadie recuerda las diabólicas memorias y La cartuja de Parma es un clásico de la literatura universal.
En esta anécdota pensaba (bueno, es mentira, se me ocurrió
después) cuando en una reciente edición de bolsillo de Drácula pude leer en la faja: “Novela
en la que se basó Elisabeth Kostova para escribir La Historiadora”. ¡Toma ya!, el mundo al revés, un clásico del
terror que se publicita citando una mediocre secuela del libro de Bram Stoker. Por lo menos, en el caso de Stendhal estaba
justificada la argucia porque era un autor de minorías en su época, pero Drácula, aunque sólo sea por las
innumerables versiones cinematográficas, tiene la popularidad suficiente como
para no necesitar el aval de la autora del último bestseller. Por un momento me entró el pánico. ¿Se imaginan a los
clásicos avalados por los actuales plumillas
del sistema? No. ¡Qué no quiero verlo!
Paseando hace unos días por la sección de libros de unos
grandes almacenes me sorprendió la cantidad de fajas publicitarias que tienen
los libros, y las chorradas que se inventan los editores o publicistas para
poner en ellas. Son para tontos las que ponen 210.000 ejemplares, como en los
premios Planeta, cuando esta suele ser la tirada inicial de dicho premio. O una
que decía: “Matilde Asensi, la Pérez-Reverte
femenina”. O las que pasan a matar directamente a otros autores cuando se
dice: “El nuevo Paul Auster”. Pero ¡coño!,
si Auster está vivo, autoplagiándose con mucha fortuna, que lo vi yo en los
Premios Príncipe de Asturias por la tele, con sus gafas rotas y todo, y
haciendo suspirar a más de una y de un periodista.
¿Es un efecto óptico o le falta una varilla de las gafas?
En fin, que a la vista de tantas tonterías, se me han
ocurrido los textos que podrían llevar en las fajas unas cuantas novelas:
(Pasiones romanas,
de María de la Pau Janer)
“Para presumir entre
sus amigos de haber leído la peor novela del año”
(El Quijote, de
Miguel de Cervantes)
“Libro que inspiró a
Francisco Rico para vivir del cuento”
(Corazón tan blanco,
de Javier Marías)
“Densa, críptica, a
veces subterránea, muestra de la mejor literatura disléxica escrita en un
idioma que recuerda remotamente al castellano”
(El viento de la luna,
de Muñoz Molina)
“Patriótica exaltación
del botijo, la caspa y el tocino”
(Melocotones helados,
de Espido Freire)
“Asombroso ejercicio
de simpleza e insustancialidad de una autora que destaca en este género”
© Javier Coria
Publicado originalmente en la versión en papel de La Fiera Literaria, nº 186, diciembre 2006
Yo creo que las gemelas son las madres respectivas de Punset y Perec, o los cuatro compartían peluquero. Tampoco me gustan las fajas en los libros, pero sí los puntos de libros. Genial y divertida entrada.
ResponderEliminarJavier, és sólo una observación, pero no te veo futuro como literato de fajas librescas. Y no por la calidad, que el público en general te lo agradeceríamos, sino por tu manera telegráfica de retratar el contenido al margen de los intereses de la editorial que es quien paga...
ResponderEliminarMe lo temía, amigo Galderich, otra puerta que se me cierra. Buscaré futuro redactando esquelas.
ResponderEliminar¡Huy! lo que ha dicho de Javier Marías, al profe vas.
ResponderEliminarHay textos de fajas que son para una antología, a mí me "encantan" las que, como el que mezclan ingredientes de un cocido, citan pretendidas referencias. Un ejemplo inventado: "Tiene un poco de Vila-Matas, un poco de Bukowski y de un Bolaño inspirado".
ResponderEliminarQué, haciendo amigos...
ResponderEliminar¡Alguien tenía qué decirlo! :)
ResponderEliminarPor lo menos las suyas tienen algo de "arte".
ResponderEliminar"Jartita" estoy de esas fajas que suelen salir hechas un guiñapo cuando metes mano a la biblioteca. Hace años que las tiro en cuanto compro el libro (para lo que sirven...)
Por cierto, totalmente de acuerdo con Margot.
Me he reído mucho, la foto de Punset de joven, un descubrimiento.
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