En
estos días ha llegado a la prensa una noticia que, por las fechas en que
estamos y porque es el Papa quien lo dice, está generando un montón de
comentarios. Se trata de una evidencia conocida entre quienes en algún momento
nos hemos acercado al asunto. Toda la iconografía de los belenes o nacimientos que
en las navidades se montan en las casas y que en España, por ejemplo, tiene una
honda tradición, es una iconografía simbólica que no aparece en los Evangelios,
es más, casi podríamos decir que es una heterodoxia porque se basa en los
Evangelios Apócrifos.
La noticia en La Vanguardia:
“El último libro del Papa, La
infancia de Jesús, viene a descubrir que, donde dije digo, digo Diego. Ni el niño Jesús nació en un portal ni había una mula y un buey. La estrella que
alumbraba a los Reyes Magos tampoco fue dirigida adrede para anunciarles el
camino. Ahora hablan de que podría ser una supernova -o tal vez se tratara del
cometa Halley, todavía no identificado-.”
En un reportaje que escribí para la
revista de Historia CLÍO en 2004 comentaba estas cosas en unos despieces que
ahora les reproduzco. Si quieren leer el reportaje entero y enterarse que
incluso la fecha del nacimiento de Jesús el 25 de diciembre no es histórica,
pueden acceder al enlace que les pongo al final de esta pieza.
EL PESEBRE
Es en la Edad Media cuando se incorporan a las fiestas navideñas tradiciones como los banquetes, los villancicos y la confección de belenes o pesebres. La iconografía popular que representa la adoración del niño Jesús en un establo con su pesebre, la mula y el buey, los pastores..., es consecuencia de las pinturas y tallas de unos artistas que se inspiraron en las descripciones de los Evangelios Apócrifos, principalmente en el conocido como Pseudo Mateo. La iglesia se limita a seguir la tradición popular a pesar que la Biblia no dice nada sobre la mayoría de los elementos y símbolos que forman los pesebres que se montan en estas fiestas. Aunque el asno y el buey se citan en Isaías (1,3) y en Habacuc (3,2 versión “Itala”).
Es en la Edad Media cuando se incorporan a las fiestas navideñas tradiciones como los banquetes, los villancicos y la confección de belenes o pesebres. La iconografía popular que representa la adoración del niño Jesús en un establo con su pesebre, la mula y el buey, los pastores..., es consecuencia de las pinturas y tallas de unos artistas que se inspiraron en las descripciones de los Evangelios Apócrifos, principalmente en el conocido como Pseudo Mateo. La iglesia se limita a seguir la tradición popular a pesar que la Biblia no dice nada sobre la mayoría de los elementos y símbolos que forman los pesebres que se montan en estas fiestas. Aunque el asno y el buey se citan en Isaías (1,3) y en Habacuc (3,2 versión “Itala”).
En el año de 1223, san Francisco de Asís escenificó el
nacimiento de Cristo en una cueva de la pequeña población de Rieti (Italia) con
campesinos del lugar y el permiso del Papa Honorio III. Las figuritas de belén
más antiguas que se conocen, datan de 1252 y estaban en el monasterio alemán de
Fussen. Aunque otros autores creen que el primer pesebre realizado con
figuritas de barro se hizo en Nápoles a finales del siglo XV; fue Carlos III
quién importó de Italia la costumbre de construir belenes con figuritas de
porcelana que se hacía traer desde Nápoles.
Pronto se extendió por España esta tradición que los
franciscanos exportaron a América. Durante el siglo XVIII, los pesebres
realizados con figuritas de porcelana napolitana fueron un objeto de lujo entre
la burguesía.
El cometa Haley
LA ESTRELLA DE BELÉN
“Después de oír al rey, se fueron, y la estrella que habían visto en Oriente les precedía, hasta que, llegada encima del lugar en que estaba el niño, se detuvo.” (Mt. 2,9).
De esta forma nos indica san Mateo la aparición de la estrella de Belén en su Evangelio, en el de san Lucas no hay ninguna referencia a dicho fenómeno. Los comentaristas de la Biblia dicen que Dios hizo uso de las creencias supersticiosas (la astrología) de los Magos para guiarlos a Belén y son muchos los que buscan un hecho histórico que explique y sustente el mito. En aquella época, las creencias populares daban a los fenómenos astronómicos un poder profético que auguraba acontecimientos como guerras, cambios sucesorios, nacimientos de reyes o catástrofes. Quizá los textos bíblicos se refieren a las creencias de los Magos en las profecías que hablaban de la llegada de un mesías más que a un fenómeno concreto, ya que es muy raro que un fenómeno tan espectacular, sólo fuera recogido por uno de los evangelistas.
“Después de oír al rey, se fueron, y la estrella que habían visto en Oriente les precedía, hasta que, llegada encima del lugar en que estaba el niño, se detuvo.” (Mt. 2,9).
De esta forma nos indica san Mateo la aparición de la estrella de Belén en su Evangelio, en el de san Lucas no hay ninguna referencia a dicho fenómeno. Los comentaristas de la Biblia dicen que Dios hizo uso de las creencias supersticiosas (la astrología) de los Magos para guiarlos a Belén y son muchos los que buscan un hecho histórico que explique y sustente el mito. En aquella época, las creencias populares daban a los fenómenos astronómicos un poder profético que auguraba acontecimientos como guerras, cambios sucesorios, nacimientos de reyes o catástrofes. Quizá los textos bíblicos se refieren a las creencias de los Magos en las profecías que hablaban de la llegada de un mesías más que a un fenómeno concreto, ya que es muy raro que un fenómeno tan espectacular, sólo fuera recogido por uno de los evangelistas.
La adoración de los Reyes de Giotto
Los chinos y los babilonios tenían registros de cometas y
novas y ninguno coincide con los años 8 a. C. y el 4 a . C. La diferencia de
calendarios de unos y otros, el de Roma y el nuestro basado en el nacimiento de
Jesús, hace el asunto harto difícil. El pintor Giotto representó la estrella
con una gran cola de cometa, los chinos sí tenían registrado el paso del cometa
Halley en el año 11 a. C., pero esto es muy anterior a los hechos que nos
ocupan. El astrónomo Johanes Kepler, en 1606, propuso una teoría al observar
una supernova, coincidiendo con la conjunción de los planetas Marte, Júpiter y
Saturno; entre estos dos últimos, apareció la supernova. Después de complicados
cálculos, Kepler constató que la conjunción de la Tierra con los planetas
Júpiter y Saturno, estando el Sol pasando por Piscis, sucedió en febrero del
año 7 a .
C., un fenómeno que los astrólogos babilonios conocían y que quizá inspiró al
escritor bíblico para enfatizar la profecía sobre la llegada del nuevo Rey. La
era y la constelación de Piscis están relacionadas con acontecimientos bíblicos
como el rescate de las aguas de Moisés y, el pez, es un símbolo cristiano. El
dibujo de un esquemático pez era una forma secreta de reconocerse entre los
primitivos cristianos. Pez es Ichtus en griego, cuyas iniciales forman Iesous Christos Theou Uios
Soter (Jesús Cristo, de Dios hijo, Salvador).
© Javier Coria
Sobre esta y otras
tradiciones navideñas y su origen histórico ver en este blog: Historias de Navidad
Ja, ja... el problema es no tener problemas y que el Papa se preocupe de la existencia o no del buey y a mula. En fin, continuaremos con la tradición y que el Papa cante missa...
ResponderEliminarPor cierto, la figuras napolitanas eran de madera o barro (dependiendo de la economia de cada uno y vesios todos con trajes a medida, lo que llamamos un cap--i-pota.
¿Y ahora, qué?
ResponderEliminarLa de mulas y bueyes que nos podemos encontrar, en los contenedores, durante los próximos días.
Ay, que panda de irresponsables.
Cómo le digo yo ahora a mi abuela que lleva toda la vida adorando ídolos (buey y mula) paganos y que además es una... ¡ heterodoxa! Nos quitaron el limbo y... ¿ahora esto? Te felicito por la nota erudita, no conocía estas cosas interesantes, echaré un vistazo al artículo completo para presumir en las cenas navideñas. Gracias.
ResponderEliminar¿Y el "caganer"?, me acabo de comprar el de Mouriño y me ha costado una pasta
ResponderEliminarDonde puedo encontrar los Evangelios Apócrifos
ResponderEliminarLos Evangelios Apócrifos son varios cientos, si no me equivoco, pero existen ediciones con algunos de ellos y con fragmentos de otros. Yo tengo varias ediciones, pero la más manejable es una que, precisamente, está editada en la Biblioteca de Autores Católicos (BAT), una preciosa edición de 1956. Los que se refieren al asunto que nos ocupa son los llamados Apócrifos de la Navidad, a saber: Protoevangelio de Santiago, Evangelio del Pseudo Mateo, Libro sobre la Natividad de María, extractos del “Liber de Infantia Salvatoris”…, y no, no lo encontrará en e.book, tendrá que bucear por las librerías de viejo y los portales tipo Iberlibro o Uniliber. Gracias por las visitas y comentarios, tengo la cabeza saturada de elecciones y política, y se agradece hablar de otras cosas.
ResponderEliminar¿Y hay, papa defensor de los desheredados, dignidad para los no favorecidos como por la que luchaba el creador de tan exitosa secta en ese pesebre de Belén?
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