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viernes, 23 de noviembre de 2012

DESMONTANDO EL BELÉN



En estos días ha llegado a la prensa una noticia que, por las fechas en que estamos y porque es el Papa quien lo dice, está generando un montón de comentarios. Se trata de una evidencia conocida entre quienes en algún momento nos hemos acercado al asunto. Toda la iconografía de los belenes o nacimientos que en las navidades se montan en las casas y que en España, por ejemplo, tiene una honda tradición, es una iconografía simbólica que no aparece en los Evangelios, es más, casi podríamos decir que es una heterodoxia porque se basa en los Evangelios Apócrifos.

La noticia en La Vanguardia:

“El último libro del PapaLa infancia de Jesús, viene a descubrir que, donde dije digo, digo Diego. Ni el niño Jesús nació en un portal ni había una mula y un buey. La estrella que alumbraba a los Reyes Magos tampoco fue dirigida adrede para anunciarles el camino. Ahora hablan de que podría ser una supernova -o tal vez se tratara del cometa Halley, todavía no identificado-.”

En un reportaje que escribí para la revista de Historia CLÍO en 2004 comentaba estas cosas en unos despieces que ahora les reproduzco. Si quieren leer el reportaje entero y enterarse que incluso la fecha del nacimiento de Jesús el 25 de diciembre no es histórica, pueden acceder al enlace que les pongo al final de esta pieza.

EL PESEBRE

Es en la Edad Media cuando se incorporan a las fiestas navideñas tradiciones como los banquetes, los villancicos y la confección de belenes o pesebres. La iconografía popular que representa la adoración del niño Jesús en un establo con su pesebre, la mula y el buey, los pastores..., es consecuencia de las pinturas y tallas de unos artistas que se inspiraron en las descripciones de los Evangelios Apócrifos, principalmente en el conocido como Pseudo Mateo. La iglesia se limita a seguir la tradición popular a pesar que la Biblia no dice nada sobre la mayoría de los elementos y símbolos que forman los pesebres que se montan en estas fiestas. Aunque el asno y el buey se citan en Isaías (1,3) y en Habacuc (3,2 versión “Itala”).


En el año de 1223, san Francisco de Asís escenificó el nacimiento de Cristo en una cueva de la pequeña población de Rieti (Italia) con campesinos del lugar y el permiso del Papa Honorio III. Las figuritas de belén más antiguas que se conocen, datan de 1252 y estaban en el monasterio alemán de Fussen. Aunque otros autores creen que el primer pesebre realizado con figuritas de barro se hizo en Nápoles a finales del siglo XV; fue Carlos III quién importó de Italia la costumbre de construir belenes con figuritas de porcelana que se hacía traer desde Nápoles.

Pronto se extendió por España esta tradición que los franciscanos exportaron a América. Durante el siglo XVIII, los pesebres realizados con figuritas de porcelana napolitana fueron un objeto de lujo entre la burguesía. 

El cometa Haley

LA ESTRELLA DE BELÉN

“Después de oír al rey, se fueron, y la estrella que habían visto en Oriente les precedía, hasta que, llegada encima del lugar en que estaba el niño, se detuvo.” (Mt. 2,9). 

De esta forma nos indica san Mateo la aparición de la estrella de Belén en su Evangelio, en el de san Lucas no hay ninguna referencia a dicho fenómeno. Los comentaristas de la Biblia dicen que Dios hizo uso de las creencias supersticiosas (la astrología) de los Magos para guiarlos a Belén y son muchos los que buscan un hecho histórico que explique y sustente el mito. En aquella época, las creencias populares daban a los fenómenos astronómicos un poder profético que auguraba acontecimientos como guerras, cambios sucesorios, nacimientos de reyes o catástrofes. Quizá los textos bíblicos se refieren a las creencias de los Magos en las profecías que hablaban de la llegada de un mesías más que a un fenómeno concreto, ya que es muy raro que un fenómeno tan espectacular, sólo fuera recogido por uno de los evangelistas.

La adoración de los Reyes de Giotto

Los chinos y los babilonios tenían registros de cometas y novas y ninguno coincide con los años 8 a. C. y el 4 a. C. La diferencia de calendarios de unos y otros, el de Roma y el nuestro basado en el nacimiento de Jesús, hace el asunto harto difícil. El pintor Giotto representó la estrella con una gran cola de cometa, los chinos sí tenían registrado el paso del cometa Halley en el año 11 a. C., pero esto es muy anterior a los hechos que nos ocupan. El astrónomo Johanes Kepler, en 1606, propuso una teoría al observar una supernova, coincidiendo con la conjunción de los planetas Marte, Júpiter y Saturno; entre estos dos últimos, apareció la supernova. Después de complicados cálculos, Kepler constató que la conjunción de la Tierra con los planetas Júpiter y Saturno, estando el Sol pasando por Piscis, sucedió en febrero del año 7 a. C., un fenómeno que los astrólogos babilonios conocían y que quizá inspiró al escritor bíblico para enfatizar la profecía sobre la llegada del nuevo Rey. La era y la constelación de Piscis están relacionadas con acontecimientos bíblicos como el rescate de las aguas de Moisés y, el pez, es un símbolo cristiano. El dibujo de un esquemático pez era una forma secreta de reconocerse entre los primitivos cristianos. Pez es Ichtus en griego, cuyas iniciales forman Iesous Christos Theou Uios Soter (Jesús Cristo, de Dios hijo, Salvador).

© Javier Coria

Sobre esta y otras tradiciones navideñas y su origen histórico ver en este blog: Historias de Navidad


7 comentarios:

  1. Ja, ja... el problema es no tener problemas y que el Papa se preocupe de la existencia o no del buey y a mula. En fin, continuaremos con la tradición y que el Papa cante missa...

    Por cierto, la figuras napolitanas eran de madera o barro (dependiendo de la economia de cada uno y vesios todos con trajes a medida, lo que llamamos un cap--i-pota.

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  2. ¿Y ahora, qué?
    La de mulas y bueyes que nos podemos encontrar, en los contenedores, durante los próximos días.
    Ay, que panda de irresponsables.

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  3. Cómo le digo yo ahora a mi abuela que lleva toda la vida adorando ídolos (buey y mula) paganos y que además es una... ¡ heterodoxa! Nos quitaron el limbo y... ¿ahora esto? Te felicito por la nota erudita, no conocía estas cosas interesantes, echaré un vistazo al artículo completo para presumir en las cenas navideñas. Gracias.

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  4. ¿Y el "caganer"?, me acabo de comprar el de Mouriño y me ha costado una pasta

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  5. Donde puedo encontrar los Evangelios Apócrifos

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  6. Los Evangelios Apócrifos son varios cientos, si no me equivoco, pero existen ediciones con algunos de ellos y con fragmentos de otros. Yo tengo varias ediciones, pero la más manejable es una que, precisamente, está editada en la Biblioteca de Autores Católicos (BAT), una preciosa edición de 1956. Los que se refieren al asunto que nos ocupa son los llamados Apócrifos de la Navidad, a saber: Protoevangelio de Santiago, Evangelio del Pseudo Mateo, Libro sobre la Natividad de María, extractos del “Liber de Infantia Salvatoris”…, y no, no lo encontrará en e.book, tendrá que bucear por las librerías de viejo y los portales tipo Iberlibro o Uniliber. Gracias por las visitas y comentarios, tengo la cabeza saturada de elecciones y política, y se agradece hablar de otras cosas.

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  7. ¿Y hay, papa defensor de los desheredados, dignidad para los no favorecidos como por la que luchaba el creador de tan exitosa secta en ese pesebre de Belén?

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