En la colección del libro de bolsillo: “Biblioteca de Autor”, Alianza Editorial ha reeditado tres de los libros fundamentales de Friedrich Nietzsche, Ecce Homo, El Anticristo y Así habló Zaratustra –que ya van por la tercera edición en esta colección- , aunque yo sólo les voy hablar -en dos entregas- de los dos primeros, que son los que he podido releer en estos días.
Los editores nos dicen que esta nueva edición de 2011 de Ecce…, corresponde a la de 1998, en la cual se revisó la traducción y se ampliaron y mejoraron las notas de la primera edición de 1971. En aquella primera edición, Andrés Sánchez Pascual, responsable de la traducción y notas, escribía en la introducción:
“En esta edición aparece publicado por vez primera en España el texto “puro” del “Ecce Homo”. Es decir, un texto sin ninguna “interpolación” y sin ninguna “censura”. Aunque los textos “censurados” no eran de extrema importancia, excepto uno, y constituían más bien una consecuencia de la vulgaridad intelectual de la hermana de Nietzsche y de quienes la rodeaban, resultaba imperdonable que una de las obras más originales y atrayentes de un filósofo como Nietzsche continuase falsificada.”
Nietzsche, Basilea 1875
¡Ah!, la hermana de Nietzsche, Elisabeth Förster-Nietzsche, eficaz cancerbera y creadora del archivo de su hermano, a la vez que la más activa falsificadoras de textos en general y cartas en particular del pensador alemán… ¿Qué he dicho?... ¡alemán!, los huesos de Nietzsche se estarán revolviendo en su tumba porque, fuese por delirio o más bien por estudiada provocación, renegaba de todo lo alemán y se adjudicaba un falso origen en aristócratas polacos. Pero, Ecce Homo es un libro extraño y enigmático, para unos es la obra de un loco, de hecho fue escrito en noviembre de 1888 (2), dos meses antes de que filósofo perdiera, por completo y para siempre, sus facultades mentales. En la obra, y siguiendo con esta consideración, el autor se muestra como megalómano redomado, con un complejo de superioridad que le hizo creerse el heraldo del Apocalipsis. Basten los primeros párrafos del prólogo para dar cuenta de ello:
“Como preveo que dentro de poco tendré que dirigirme a la humanidad presentándole la más grave exigencia que jamás se le ha hecho, me parece indispensable decir “quién soy yo”. En el fondo sería lícito saberlo ya: pues no he dejado de “dar testimonio” de mí. Mas la desproporción entre la grandeza de mi tarea y la “pequeñez” de mis contemporáneos se ha puesto de manifiesto en el hecho de que ni me han oído ni tampoco me han visto siquiera.”
“Como preveo que dentro de poco tendré que dirigirme a la humanidad presentándole la más grave exigencia que jamás se le ha hecho, me parece indispensable decir “quién soy yo”. En el fondo sería lícito saberlo ya: pues no he dejado de “dar testimonio” de mí. Mas la desproporción entre la grandeza de mi tarea y la “pequeñez” de mis contemporáneos se ha puesto de manifiesto en el hecho de que ni me han oído ni tampoco me han visto siquiera.”
Ecce Homo, con una magnífica portada de Manuel Estrada
Decir que el libro, polémico y controvertido, lo empezó a escribir el día de su cumpleaños, el 15 de octubre, día particularmente feliz porque, según nos cuenta el autor en una nota al final del citado prólogo, ya había escrito importantes obras como Así habló Zaratustra, por ejemplo, y le apetecía “contarse” su vida. Pero siguiendo con las consideraciones sobre este libro, no les falta razón a los que dicen lo comentado arriba, pero a ello hay que añadir que Ecce… es la obra más conscientemente escandalosa y provocativa que ha salido de la pluma de Nietzsche, que supo enfrentarse al puritanismo imperante y a la tradición platónica-cristiana y ponernos frente a frente a uno de los instintos más básicos de ser humano, la voluntad de poder. Eso sí, en lo que todos los estudiosos se ponen de acuerdo es en calificar el Ecce… como uno de los más agudos y desesperados relatos autobiográficos de la literatura moderna. Por otra parte, no hay que olvidar la gran calidad literaria de Nietzsche. Un ejemplo: las metáforas y simbologías del Zaratustra están repletas de belleza lírica y poética, no en vano el estilo literario de Nietzsche está considerado como una de las cumbres de las letras alemanas.
Elisabeth Förster-Nietzsche
Como dije, al acabar de escribir este libro, Nietzsche tuvo una crisis que le acompañó hasta su muerte en 1900, y transitando por los caminos de la locura estaba cuando lo fue a visitar un amigo. El teólogo de Basilea Franz Overbeck, que así se llamaba el amigo, llegó a Turín con la esperanza de salvar a su amigo, pero lo encontró rodeado de montones de papeles. No pudo curar a Nietzsche, pero entre el amasijo de manuscritos que rodeaban a uno de los tres “Maestros de la sospecha” –según Paul Ricoeur, los otros dos serían Freud y Marx- estaba el del libro que les comentaré el próximo día. Lo demás, es silencio…
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UNA CURIOSIDAD
El capítulo “Por qué soy yo un destino”” de Ecce Homo comienza así:
“Conozco mi suerte. Alguna vez irá unido a mi nombre el recuerdo de algo monstruoso”
¿Profético?... En 1933, el nacional-socialismo comenzó una sistemática anexión del legado espiritual de Nietzsche. Pero anteriormente, por ejemplo, durante “El caso Dreyfus” (1894-1906), los partidarios del militar judío injustamente procesado eran llamados por la derecha antisemita: “nietzscheanos”.
En el capítulo “El caso Wargner” del libro citado, Nietzsche escribe haciendo sus conocidas descalificaciones a la cultura alemana:
“No soporto a esta raza (a la alemana, se refiere), con quien siempre se está en mala compañía, que no tiene mano para los matices -¡ay de mí!, yo soy un matiz-, que no tiene ligereza en los pies y ni siquiera sabe caminar… A fin de cuentas, los alemanes carecen en absoluto de pies, sólo tienen piernas… Los alemanes no se dan cuenta de cuán vulgares son, pero esto constituye el superlativo de la vulgaridad, ni siquiera se “avergüenzan” de ser meramente alemanes… Hablan de todo, creen que ellos son quienes deciden (hoy, en Europa, sí), me temo que incluso han decidido sobre mí…- Mi vida entera es la prueba de la rigurosidad de tales afirmaciones. Es inútil que yo busque en el alemán una señal de tacto, de delicadeza para conmigo. De judíos, sí la he recibido, pero nunca todavía de alemanes.”
(Los paréntesis de la cita son míos)
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UNA CURIOSIDAD
El capítulo “Por qué soy yo un destino”” de Ecce Homo comienza así:
“Conozco mi suerte. Alguna vez irá unido a mi nombre el recuerdo de algo monstruoso”
¿Profético?... En 1933, el nacional-socialismo comenzó una sistemática anexión del legado espiritual de Nietzsche. Pero anteriormente, por ejemplo, durante “El caso Dreyfus” (1894-1906), los partidarios del militar judío injustamente procesado eran llamados por la derecha antisemita: “nietzscheanos”.
En el capítulo “El caso Wargner” del libro citado, Nietzsche escribe haciendo sus conocidas descalificaciones a la cultura alemana:
“No soporto a esta raza (a la alemana, se refiere), con quien siempre se está en mala compañía, que no tiene mano para los matices -¡ay de mí!, yo soy un matiz-, que no tiene ligereza en los pies y ni siquiera sabe caminar… A fin de cuentas, los alemanes carecen en absoluto de pies, sólo tienen piernas… Los alemanes no se dan cuenta de cuán vulgares son, pero esto constituye el superlativo de la vulgaridad, ni siquiera se “avergüenzan” de ser meramente alemanes… Hablan de todo, creen que ellos son quienes deciden (hoy, en Europa, sí), me temo que incluso han decidido sobre mí…- Mi vida entera es la prueba de la rigurosidad de tales afirmaciones. Es inútil que yo busque en el alemán una señal de tacto, de delicadeza para conmigo. De judíos, sí la he recibido, pero nunca todavía de alemanes.”
(Los paréntesis de la cita son míos)
© JAVIER CORIA
NOTAS:
1) La expresión latina ecce homo (“he aquí al hombre”) hace referencia al pasaje evangélico donde Pilatos presenta a Jesús, coronado de espinas, ensangrentado y con el manto púrpura, al pueblo judío para preguntarles qué delito había cometido el reo para que pidieran a gritos su crucifixión. El subtítulo, Cómo se llega a ser lo que se es, es una alusión a la frase del poeta griego Píndaro: “Llega a ser lo que eres” (Píticas, II, 72).
2) El original de Ecce homo, escrito prácticamente en un mes, de octubre a noviembre de 1888, sufrió un sinfín de vicisitudes y censuras que serían largas de explicar aquí. El manuscrito estaba en manos de la hermana de Nietzsche cuando decidió publicarlo en 1908, ocho años después de la muerte del autor y veinte desde que fuera escrito. Los descubrimientos realizados por G. Colli y M. Montinari en 1969, editores de las Obras Completas de Nietzsche, posibilitaron restituir el texto original y dejaron al descubierto las censuras y mutilaciones que tenía la primera edición citada.
La pintura de la portada se titula “Ecce Homo” de Giovanni Battista Tiópolo.
Aunque no tiene ver con esta entrada, o sí, les recomiendo lean esta nota sobre un "barman" muy particular, diría yo que el "barman de los escritores", Eddy Collins:
ResponderEliminarhttp://www.elmundo.es/blogs/elmundo/ellas/2011/11/09/eddy-collins.html