A mediados del siglo XIX, un misterioso barco arribó al puerto de Barcelona procedente de Marsella. Su capitán era Ramón Lagier y el barco se llamaba Le Monarch (“El Monarca”), curioso nombre para un marino antimonárquico como Lagier.
Ramón Lagier Pomares (Alicante 1821 – Elche 1897) fue, según palabras de su biógrafo Joaquín Santo, “marino, aventurero, revolucionario y benefactor…”. En su labor humanitaria, el capitán Lagier solía esconder en las bodegas de sus barcos, como en el citado o en el “Buenaventura”, a refugiados políticos y revolucionarios que eran perseguidos en sus países. Pero después de una crisis de fe (1), las bodegas de los buques mercantes que comandaba el capitán empezaron a llenarse de libros de ocultismo que, por aquella época, eran muy populares entre la intelectualidad de Francia.
Ramón Lagier Pomares
El día que atracó “El Monarca” en el puerto de Barcelona, la bodega de la nave contenía un cargamento que es el origen de la historia que les voy a contar. Eran libros que estaban proscritos en el país vecino, y lo estuvieron en el nuestro hasta que, su extraña doctrina, se extendió por toda Europa llegando a tener cierta relevancia en la historia social y política de aquel tiempo (2). Los libros estaban firmados por Allan Kardec, el llamado apóstol del espiritismo. Los libros llegaron a las manos de un notario y antiguo militar carlista que residía en Barcelona, se llamaba José María Fernández Colavida (1819-1888). El notario, de origen aragonés, era íntimo amigo del capitán Lagier y, éste, le pasó los libros para que su lectura mitigara el sufrimiento vital por el que estaba pasando su amigo. Después de conocer la doctrina espírita a través de los libros de Kardec, Colavida renegó de su pasado militar y se entregó, en cuerpo y alma y nunca mejor dicho, a traducir los libros de Kardec y a extender el espiritismo por Cataluña, España y América. Practicó la hipnosis siendo pionero en las llamadas regresiones y fundó, en la Ciudad Condal, la “Revista de Estudios Psicológicos” y la “Asociación de Amigos de los Pobres”. Del centro espírita “La Buena Vida”, situado en la antigua Vila de Gràcia, barrio anexionado a Barcelona en 1897, salían escritos de Colavida y sus compañeros, así como los libros de Kardec traducidos por el citado. Los opúsculos y libros viajaban a las colonias de Américas escondidos en cajas de mercancías. La popularidad de las traducciones de Colavida al otro lado del Atlántico le valió el apelativo del “Allan Kardec español”. En el último Auto de Fe celebrado en la ciudad de Barcelona, que aconteció en 1861, fueron quemados en plaza pública 300 libros de espiritismo traducidos o escritos por Colavida.
José María Fernández Colavida
Colavida murió, o como dicen sus hermanos de doctrina, desencarnó, unos meses después de celebrarse el Primer Congreso Internacional Espírita que, con setenta delegaciones venidas de todo el mundo, se celebró en Barcelona en 1888, el año de la Exposición Universal que también tuvo a La ciudad de los prodigios –utilizando el título de la novela de Eduardo Mendoza que transcurre en esa época- como sede. Antes de llegar al meollo de la cuestión y que justifica el título de esta pieza, debemos saber que los espiritistas tenían problemas para ser enterrados. Eran cristianos, pero no católicos, por lo que no aceptaban el rito católico de difuntos. Por ello la iglesia se negaba a enterrarlos en suelo consagrado. Para solucionar este problema, al médico naturista y eminente espiritista procedente de Tarrasa, Luis Vives, se le ocurrió crear la Asociación Humanitaria por el Entierro Civil y Económico. De esta forma, en el recinto protestante del cementerio de Montjuïc, se empezaron a enterrar a los espiritistas, junto a dualistas, suicidas, anarquistas y otros laicos… En la “Agrupación 13” –atención a número- se encuentra la tumba de Colavida, enterrado junto a la primera y más famosa mujer espiritista dentro del mundo hispano, se trata de la médiums y escritora Amelia Domingo (1835-1909). Las dos tumbas -junto a la de Felipe Senillosa- son muy visitadas por los espiritistas de todo el mundo que llegan a la ciudad, y es curioso encontrar flores frescas y mensajes escritos, entre ellos muchos escritos en portugués, ya que en Brasil, donde la llamada Iglesia Espírita tiene dos millones de seguidores, las obras de Colavida fueron muy conocidas.
Tumba de Fernández-Colavida en el cementerio Montjuïc (Barcelona)
Pues bien, en este lugar del cementerio de Montjuïc (Vía de San Carlos, nº 35), en fechas significativas y aniversarios, se solían realizar sesiones mediúnicas de espiritismo, por lo menos esto se hizo hasta los años ochenta, hoy desconozco si se siguen haciendo. A un servidor siempre le ha parecido una contradicción venerar las tumbas de los espiritistas, ya que creen en las sucesivas reencarnaciones, como un proceso de evolución y aprendizaje y en las tumbas, siguiendo el ideario espírita, sólo están los restos del cuerpo material, un vehículo, entre lo que ellos llaman el periespíritu –el cuerpo semimaterial que une espíritu al cuerpo material-. Pero en fin, aunque los espiritistas no procesan cultos, ni dogmatismos, ni ritos, lo que quería contarles, y hoy 1 de noviembre es un día adecuado para ello, es que hasta hace no mucho tiempo en el citado cementerio se realizaban sesiones de espiritismo. ¿Se seguirán haciendo?
© JAVIER CORIA
La luz del camino, libro de Amelia Domingo
NOTAS:
1) El capitán Lagier era un anticlerical acérrimo, muy especialmente con los jesuitas, claro que hay que conocer las dramáticos sucesos en las que se basaba esa posición. Su hijo de 12 años murió en extrañas circunstancias, con signos de haber sido sodomizado, y su cuerpo fue encontrado en la buhardilla del seminario de la Compañía de Jesús de Marsella. Ningún médico quiso o se atrevió a certificar las causas de la muerte. Pero aquí no terminaron las desgracias, dos hijas del capitán también murieron prematuramente y sufrieron abusos sexuales por parte de Emmanuel Olivieri, consignatario de la naviera de Antonio López (marqués de comillas) y banquero de los jesuitas y de los bancos de la iglesia con sede en Marsella. Lagier dejaba a cargo de Olivieri a sus hijos cada vez que tenía que navegar.
2) El espiritismo, aunque hoy nos pueda parecer muy raro, llegó a tener cierta relevancia en la sociedad y la vida política de este país. De la clandestinidad durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), pasó a una época dorada durante la Segunda República (1931-1939). Dos muestras de ello son las siguientes: El decimocuarto Congreso Espírita Internacional que se celebró en Barcelona en 1934, fue saludado por las autoridades de la Generalitat, por una representación de diputados del Parlamento de Cataluña y por las autoridades municipales. Otro hito anterior nos da la medida de esta relevancia. En 1873, varios diputados de las Cortes Constituyentes, y mientras se discutía el Proyecto de Ley de Reforma de la Enseñanza, presentaron una propuesta para que el espiritismo fuera una asignatura más en la Segunda Enseñanza y en las facultades de Filosofía y Letras. Pero el golpe de estado de 1874 y la restauración borbónica terminó con esta iniciativa.
Actualización 22 de abril 2013, audio en el programa "Misteris" de Sebastià D'Arbó.
Actualización 22 de abril 2013, audio en el programa "Misteris" de Sebastià D'Arbó.
El general Joaquín Bassols, miembro de una de las familias más adineradas de Cataluña, era uno los miembros destacados del espiritismo de la época, junto al conde Torres Salanot y el médico Víctor Melchor. La familia Bassols poseía una de las mayores bibliotecas espíritas de España. Quizá les suene el apellido Bassols, ya que un miembro de esta familia estuvo implicado en el caso de la mano cortada de la que ya escribí en este blog.
ResponderEliminarEstimado Javier, imagino que los espiritas que visitan las tumbas de estos de Amalia Domingo Soler y Sánchez Colavida lo hacen como homenaje (al fín y al cabo somos espiritus en la materia y siempre se buscan referentes en este caso tumbas). Pues quien lo haga pensando que ahí yacen sus almas no ha leido bien los libros de Allan Kardec o Amalia.
EliminarMuchas gracias por su blog
Muy interesante! Los libros de Krdec se pueden bajar gratuitamente de la página de la Federación Espñirita Española.
ResponderEliminarMariela