CORSARIO Y REVOLUCIONARIO EN AMÉRICA
Llegó Garibaldi a la República de Río Grande do Sul en 1837 y, conectado con las delegación de la Joven Italia, participó en la revuelta de la república riograndense dirigida por el general Bento Gonçalves da Silva contra el Pedro I (que luego abdicaría en su hijo de 5 años de edad Pedro II) y el imperio brasileño. Con un barco que tenía para su negocio de macarrones, consiguió “patentes de corso” para actuar como corsario. Dichas patentes eran los permisos que los gobiernos daban a los comandantes de los barcos para oficializar su intervención de guerrilla contra las naves enemigas. En 1841 Garibaldi viajó a Uruguay para luchar en las revueltas contra Manuel Oribe en la llamada Guerra Grande (1843-1852). Garibaldi se posicionó en defensa de Montevideo contra el ejército invasor argentino por lo que se encontró luchando con el liberal José Fructuoso Rivera del Partido Rojo contra Oribe del Partido Blanco conservador apoyado por Argentina. Grandes fueron los enemigos que se buscó Garibaldi en esta contienda, porque de rebote se vio enfrentado a los federalistas argentinos del aristócrata conservador Juan Manuel de Rosas y defendiendo a los “unitarios” liberales de Juan Galo Lavalle.
Como hiciera en Brasil, en Uruguay Garibaldi entró en contacto con sus hermanos masones, concretamente en agosto de 1844 fue iniciado en la Logia Les Amis de la Patrie dependiente de la Gran Logia de Francia. En Uruguay obtuvo el grado de general del ejército pero rechazó otros honores y se ganó la vida dando clases de matemáticas. Hubo otro hecho personal importante en esta etapa americana de Garibaldi, se casó con Ana María de Jesús Ribero que fue conocida como Anita Garibaldi, nuestro héroe tuvo varias esposas y amantes a lo largo de su vida, pero Anita fue la compañera en casa y en el campo de batalla, no en vano fue llamada la “Heroína de Tres Batallas”. En una de ellas, en Brasil, fue hecha prisionera logrando escapar por la selva llevando en sus entrañas el primer hijo de Garibaldi (tuvieron cuatro hijos), Menotti Garibaldi, destacado militar y político liberal. Anita fue la encargada de viajar a Italia para preparar la llegad de su esposo y fue recibida en loor de multitud.
Anita Garibaldi
Anita, esposa de Garibaldi, llevada por éste a Rávena, donde murió enferma en 1849
LAS GUERRAS DE INDEPENDENCIA
En marzo de 1848 y capitaneando un ejército de exiliados italianos, Garibaldi volvió a una Europa sumida en insurrecciones de carácter liberal y nacionalista. En Italia las tropas garibaldinas lucharon bajo la bandera del Reino de Saboya, El 25 de marzo de 1848 el rey Carlos Alberto declaró la guerra contra Austria en apoyo de los lombardos y venecianos que se sublevaron contra los invasores. En un principio el papa Pío IX, más reformador y moderado que Gregorio XVI que murió en ese año, apoyó a los piamonteses junto con el rey de Nápoles y el de la Toscana, pero Pío IX temiendo un cisma austriaco y que los moderados fueran sustituidos por los radicales dando paso a repúblicas democráticas, se retiró del conflicto, lo mismo hizo el rey de Nápoles que se vio obligado a sofocar una revuelta separatista en Sicilia. Carlos Alberto no quiso la ayuda inglesa ni aceptó las propuestas austriacas. Garibaldi estaba luchando en la región de Los Lagos pero finalmente la revolución fue aplastada y los piamonteses fueron derrotados en la batalla de Novara en 1849 por el mariscal austriaco Joseph Radetzky, Carlos Alberto abdicó a favor de su hijo Víctor Manuel II.
Camillo Benso, Conde de Cavour. Trabajó en pro del rey Víctor Manuel II
La crisis económica y el malestar en los Estados italianos iban en aumento, en Roma los tímidos cambios de Pío IX llegaron tarde y mal, los jesuitas y la reacción austriaca del canciller Metternich ya venían dificultando este proceso lo que en su momento hizo popular el grito de: “¡Viva el Papa!... solo”. El ministro Pellegrino Rossi quería modernizar el Estado Pontifício pero fue atacado por su autoritarismo por unos y por su laicismo por otros, su asesinato el 15 de noviembre de 1848, fue el pistoletazo de salida de las revueltas que hicieron huir al propio Pío IX disfrazado de monje, se refugió en Gaeta (Nápoles). El gobierno provisional convocó unas constituyentes y fue proclamada la República de Roma el 9 de febrero de 1849. Garibaldi con otros mazzinianos se dirigió a Roma con sus tropas para unirla a la República Italiana pero la ciudad fue sitiada por las tropas papales, austriacas, francesas, españolas y napolitanas. Napoleón III, aún siendo partidario de la unificación italiana, la presión de la opinión pública católica de su país y la de otras naciones europeas, le hizo defender Roma y oponerse a los garibaldinos. Por su parte Víctor Manuel II y su ministro Cavour temerosos de la radicalización del conflicto, también se opusieron a su aliado Garibaldi para impedir su entrada en los Estados Pontifícios. El monárquico liberal moderado Camilo Benso Cavour, político hábil y buen negociador, fue sin duda uno de los principales artífices de la unidad italiana.
© Javier Coria
CONTINUARÁ…
Publicado originalmente en la revista de historia CLÍO nº 71, septiembre 2007
¡Genial!, me gustan los temas históricos que tratas. Saludos desde Cádiz.
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