HISTORIA DE LAS FICCIONES ESPACIALES
Dos hechos científicos del siglo XIX, entre otros, excitaron la imaginación de los escritores y calaron hondo en la cultura popular. Por un lado las primeras fotografías de la Luna conseguidas por John William Draper en 1840 y las conseguidas por su hijo Henry que fotografió el tránsito de Venus en 1874 y la nebulosa de Orión en 1880.
Y por otro las observaciones y los mapas de los canales de Marte que realizó el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli en 1877. Una ilusión óptica hizo que esos canales se vieran surcados por líneas rectas y, como era improbable que un accidente natural formara estas líneas, la idea de canales artificiales ya estaba servida y la prensa de la época le supo sacar partido.
A principios del siglo XX el astrónomo estadounidense Percival Lovell insistió en que las líneas rectas de los canales de Marte eran una prueba de la ingeniería marciana, este prestigioso astrónomo no era dado a la fantasía y fue autor de muchos descubrimientos. La resolución de los telescopios de la época y el fenómeno que hace que veamos los bordes entre regiones de distinto brillo como líneas rectas hizo que Lovell defendiera la teoría de la vida en Marte. Pero veamos algunos ejemplos de las ficciones espaciales.
Luciano de Samosata (c. 125-c. 191 d. C.). A este escritor griego de origen sirio le debemos el que es considerado el primer cuento interplanetario escrito alrededor del año 150 de nuestra era. El relato está incluido en Historia Vera y nos explica como Icaromenippus es arrastrado en su barco por una tromba marina hacia el espacio y se mueve por él provisto de un artefacto que tiene un ala de buitre y otra de águila. Este Ícaro se enfrenta con monstruos y conoce diferentes civilizaciones extraterrestres, entre ellas la de los selenitas que hilan los metales y el vidrio y se quitan y se ponen los ojos. La obra de Luciano parodia a filósofos y novelistas de su época.
Ludovico Ariosto (1474-1533). El poeta italiano es el autor de la magna obra Orlando Furioso de gran influencia en la literatura universal y en la de nuestros clásicos como Góngora o Cervantes. Obra en verso de cerca de cinco mil octavas se editó en 1516 y conoció otras versiones y ediciones en 1521 y 1532 respectivamente. Imposible resumir el argumento de esta epopeya laberíntica, culta y de fantasía desbordante repleta de personajes, episodios y aventuras que se entrelazan. Amores, aventuras bélicas, anillos y libros mágicos, palacios sobrenaturales, monstruos y naves fantásticas, hechiceros y amazonas y, sobre todo, viajes. Entre ellos, Ariosto nos narra un viaje arquetípico y simbólico a la Luna donde su personaje Astolfo encuentra todo aquello que se pierde en la Tierra, desde los proyectos no realizados hasta los suspiros de los enamorados.
CONTINUARÁ...
© JAVIER CORIA
VIAJES LITERARIOS AL ESPACIO (I)
NOTAS:
Artículo publicado originalmente en la revista Barsoom nº 1, diciembre de 2006.
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