UNA SELECCIÓN DEL INMENSO ARCHIVO DE LA CASA AZUL
Frida Kahlo, sus fotos reúne 400 imágenes del álbum familiar de la pintora.
El libro revela el lado alegre de la artista mexicana, que atrajo a los famosos de la época.
Es inevitable sentirse como un intruso al pasar las páginas de Frida Kahlo, sus fotos, el volumen que acaba de publicar la editorial RM y que reúne más de 400 fotografías, la mayoría inéditas, del álbum familiar de la pintora y el muralista Diego Rivera. Es como entrar a hurtadillas en el desván de la Casa Azul, el hogar y el estudio de la artista en Coyoacán (México), y abrir sigilosamente las cajas que habían permanecido cerradas durante más de 50 años, desde la muerte de Frida en 1958. Esta selección de las más de 6.500 imágenes que atesoró la pareja muestra a Frida Kahlo más allá del personaje trágico que se construyó en vida, una Frida alegre, con el pelo suelto y sin abalorios que vivió una época histórica trepidante.
Guillermo Kahlo, uno de los mejores fotógrafos mexicanos del siglo XX, retrató a su hija Frida a los 2 años y la mirada directa de la niña Friduchita es la que abre el libro. El capítulo más extenso (116 páginas) lleva por título Amores. Consciente de la tendencia humana a fisgonear en la vida privada de los demás, tendencia que en el caso de Frida Kahlo ha dado kilómetros de literatura, el autor del ensayo que acompaña estas fotos, James Oles, avisa: «Son fragmentos de chismes preservados en plata sobre gelatina..., habladurías más que testimonios».
Por Amores circulan sobre todo retratos de Diego Rivera (uno de ellos estampado con el carmín de los labios de Frida), pero también aparecen otros hombres y mujeres que tuvieron su rato de complicidad sexual, intelectual y creativa con la pintora: el escultor Isamu Noguchi, el fotógrafo Nickolas Muray, el poeta André Breton, el intelectual Leon Trotsky, la fotógrafa Tina Modotti, la actriz Dolores del Río, las artistas Alice Rahon y Georgia O'Keefe, y varias de Cristina Kahlo, la hermana de Frida que tuvo un idilio con Rivera.
Frida aparece riendo y fumando un cigarrillo tras otro junto a sus amigos, una imagen que choca con sus famosos retratos de mirada endurecida. Esta serie ilustra cómo el tándem Kahlo-Rivera ejercía de imán para los personajes más ilustres de la época. «Si alguien quisiera realizar un álbum de celebridades de aquellos años, le bastaría consultar las 6.000 fotografías del archivo para crear el Quién es Quién de ese periodo», escribe Gerardo Estrada. Del archivo de Frida y Diego surgen firmas legendarias de la fotografía como Man Ray, Brassaï, Pierre Verger, Tina Modotti, Edward Weston y Gisèle Freund.
Son los retratos que Nickolas Muray tomó de Frida en 1946 los que muestran su imagen más insólita. En dos de ellos, Frida está tendida en la cama entre sábanas revueltas, con el pelo suelto, en un semidesnudo que deja a la vista la parte baja de la espalda, destrozada por el accidente que sufrió a los 18 años.
La radiografía del dolor
Precisamente uno de los capítulos del libro se titula El cuerpo roto y se abre con una radiografía de la espalda de la pintora, en la que se aprecian los tornillos que apuntalan su columna fracturada.
Solo cuatro de las más de 400 imágenes llevan la firma de Frida Kahlo, que aprendió la técnica ayudando a su padre e intercambiando opiniones con los maestros de la época. La artista escribe sobre las fotos, las recorta, las dobla y las comenta en el reverso: «¡Idiota!», anotó en la foto de su primera comunión.
La última parte del libro está consagrada al trepidante ambiente social y político de la primera mitad del siglo XX en el que vivió Frida Kahlo. Algunas imágenes muestran la influencia de la fotografía en su pintura, como la serie sobre el sepelio de un niño indígena, que le sirvió para pintar el impactante cuadro El difuntito Dimas Rosas.
GEMMA TRAMULLAS (El Periódico de Catalunya)
FUENTE TEXTO Y FOTOS: http://www.elperiodico.com/es/noticias/cultura-y-espectaculos/20100705/desvan-frida/365740.shtml
Qué buena pinta tiene este libro. Tengo unos cuantos sobre Frida, y hay inmumerables imágenes suyas en la red, pero nunca la había visto reir y no conocía la delicada fotografía del desnudo. Felicidades Frida, y que cumplas muchos más.
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