“LA DESOBEDIENCIA CIVIL ES UN
INSTRUMENTO ÚTIL, HUMANO Y FÉRTIL”
Por
Javier Coria Fotos: Francesc Sans
En
vísperas de una “Diada” marcada por la movilización, por la consulta del
derecho a decidir y la llamada Vía Catalana convocada por la Asamblea Nacional
Catalana, Público se reúne en el Parlament de Catalunya con el diputado David
Fernández de la Candidatura de Unidad Popular (CUP). Fernández estará hoy a las 10:00 horas en el
homenaje a Gustavo Muñoz, joven socialista e independentista de origen andaluz
que fue asesinado por la Policía en una manifestación el 11 de septiembre de
1978.
El lema de la CUP para la Diada
del 11 de septiembre es: “Decidimos independencia… para cambiarlo todo”. ¿La
independencia lo cambiará todo?
Todo
proceso histórico es un proceso abierto. Para la Candidatura de Unidad Popular
y para la izquierda independentista, la independencia es una posibilidad de
cambio político y social profundo. No es una barita mágica ni un mantra que a
fuerza de decirlo lo cambiará todo, sino un proceso donde las clases populares
recuperan el protagonismo. Nos independizaremos de muchas cosas, seguramente
del Estado español como una estructura de poder que es incapaz de dar solución
al problema de las nacionalidades históricas, pero también y sobre todo, nos
independizaremos de los mercados financieros que hipotecan el futuro de este
pueblo y ahonda en las desigualdades sociales. También, claro está, queremos
independizarnos de nuestra propia oligarquía.
¿La lucha social no queda
relegada por la lucha nacional?
En
el caso de la CUP no. La CUP es un proyecto que nace bajo la dictadura
franquista, en 1968. Pensamos que no es posible la liberación nacional sin la
liberación social al mismo tiempo. Un país nuevo sin justicia social no es más
que otra jaula.
¿Las familias que mandan en
Cataluña, algunos hablan de cuatrocientas, lo seguirán haciendo en un país
independiente?
Lo
que está claro es que en los últimos 34 años el gran garante de la unidad de
España es la oligarquía catalana, que está movilizándose para oponerse al
actual proceso de autodeterminación. Es la oligarquía la que se reúne, a parte
del señor Mas, en privado con Rajoy. Son el conde de Godó o Isidre Fainé,
presidente de La Caixa, los mayores activistas hoy contra la plena soberanía
política y económica de Cataluña. Pero respondiendo a la pregunta, pretenderán
seguir mandando, pero para nosotros la independencia no es un punto de llegada,
es un punto de partida. Y a partir de ahí hay que continuar, en mejores
condiciones democráticas, la lucha por un modelo social y económico siempre en
disputa. Hay quién hace la trampa de decir que la “independencia es lo
primero”, y que hay que relegar la lucha social. Te lo dice la misma gente que
está cerrando escuelas, hospitales, privatizando el agua o vendiendo patrimonio
público. No existe lo nacional neutro.
David Fernández
¿Artur Mas tiene definido un
modelo de país o va a remolque de los acontecimientos?
Yo
creo que sí, que tiene una idea de país. Pero habría que estudiar mucho a la
oligarquía catalana y sus facciones. El pujolismo fue durante 34 años un cajón
de sastre, donde había personas que provenían de la doctrina social de la
iglesia, por situarlo en lo más socialdemócrata, hasta sectores de la derecha
neoliberal. El “president” Mas públicamente defiende un modelo de país,
seguramente por el acuerdo político con ERC, pero su discurso de 2010 y 2011
fue una apuesta por los recortes y la privatización, desde una vertiente
ideológica que no es otra que la profundización en la mayor ofensiva neoliberal
que estamos viviendo en todo el mundo. Yo creo que eso ha cambiado, porque el
51 por ciento que votaría por la independencia, según las encuestas, de ese 51
por ciento una mayoría, el 71 por ciento, se declara de izquierdas, no de
centro izquierda. Pero también es verdad que Mas lo que hace es protagonizar un
proceso, diciendo “yo soy el país”, que era la práctica habitual del pujolismo,
y la doctrina sigue siendo la misma. Los empresarios son los primeros y detrás
vamos los demás.
Los demás, los trabajadores,
que ahora llaman clase media…
Lo
de la clase media es una pamema que nos han vendido. En los países catalanes
hay 3 millones de pobres, un 25 por ciento de paro y 150 mil personas
desahuciadas de sus casas. Las capacidades de resistencia y oposición a la
política de los mercados son frágiles, son débiles. Venimos de una profunda
derrota de las izquierdas, quizá la conciencia de clase es lo que nos ha
salvado. Alguna reflexión tendrán que hacer los sindicatos, nosotros creemos en
el sindicalismo, pero los sindicatos han firmado lo que han firmado, como la
reforma de las pensiones. La hicieron el PP y el PSOE, pero ¿quién se ha
sentado a la mesa con ellos para firmar?
¿Y los políticos?
Hay
una clase política privilegiada, elitista y que ha hecho de la política un
negocio para hacer dinero. Lo que degrada es la forma de hacer política, pero
no la política en sí. La respuesta contra los mercados tiene que ser política.
Otra cosa son los políticos que son la correa de trasmisión de los poderes
económicos. Por ejemplo, el Parlament no manda, mandan los poderes económicos.
Tanto los países catalanes como el Estado español son una economía intervenida
de hecho.
¿Mas y Rajoy han pactado la pregunta
del referéndum?
No
lo sé. La entrevista que dio Mas en Catalunya Radio aplazando, en las dos
acepciones, poniendo plazos y aplazando la consulta, apunta a ruido de despachos, intentos para
dificultar el proceso… después del autismo del Estado español en este año, creo
que habrá operaciones más sutiles. Hay tres escenarios posibles, la
independencia, el del Estado dentro de un marco confederal o el del federalismo
asimétrico, que ya lo reconoce hasta el PSOE. Vendrá la cultura de la
transición otra vez, a forzar el pacto entre elites. Pero no creo que estemos
en la situación de una segunda “Operación Roca”, que busque el encaje en España
con una salida tramposa. Nosotros el único escenario que contemplamos es
consulta o consulta, es la forma más democrática de decidir colectivamente y de
constatar las diferentes opiniones que hay en la sociedad. Por rigor
democrático, incluso.
David fernández, diputado por la CUP
El gobierno prohíbe la Vía
Catalán en Castellón. ¿Qué opina?
Me
acaban de informar que ahora mismo hay una reunión sobre ello. Me parece una
provocación en toda regla. Una vulneración del ordenamiento jurídico y del
derecho a manifestación. El Ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz dice que
podía haber peligro para los conductores, el peligro es un país que tiene un
ministro de Interior que prohíbe manifestaciones democráticas. Además se hacen
trampas con el lenguaje, no son catalanes que se van a Vinaroz a hacer la Vía
Catalana, son personas del País Valencià que van a Vinaroz a dar su apoyo. Esto
responde al españolismo ramplón, el metafalangismo de azuzar a unas comunidades
contra otras. En 1982, Fernández Díaz era el Gobernador Civil de Barcelona
cuando se encarceló a la lingüista Blanca Serra por llevar una pancarta con la
palabra “independencia” en la manifestación pacífica contra la LOAPA. Esa
rémora autoritaria del ordeno y mando aún sigue en personajes como este. A
veces, para avanzar en democracia, la desobediencia civil es un instrumento
útil, humano y fértil.
Usted dice siempre que no es
nacionalista, sino independentista…
Yo
no me identifico con el sentido más esencialista de nación. Somos un país hecho
de inmigraciones y de pluralidad cultural, mis padres son de Zamora, por
ejemplo. Toda nación refiere a unos mitos, yo no pregunto de dónde vienes, sino
a dónde vas, si vamos a un proyecto compartido, republicano… La independencia
para mí es un instrumento político para poder decidir sobre nuestra vida
cotidiana y sobre el modelo de país que queremos. En esta Diada voy a compartir
un acto con Diego Cañameros del SAT, con él no soy nacionalista, soy un
compañero de clase. Esto desmonta el tópico Cataluña/España, y que estamos de
espaldas unos con otros. Nuestro enemigo no es ningún pueblo o cultura del
Estado español, es la propia estructura política del Estado. Somos vecinos y
vamos a tener que compartir la lucha contra la política neoliberal de la Unión
Europea.
La Caixa, Banca Catalana… han
sido el apoyo económico del nacionalismo institucional, ¿Muchos se han hecho
ricos a cuenta de la patria?
Como
en España o cualquier democracia de capitalismo maduro europeo. Las elites
extractivas se han apropiado de las riquezas públicas, colectivas y se la han
apropiado. El programa de la derecha catalana es idéntico al de la derecha
española, que se envuelven en la bandera para defender la cartera. Es un
clásico de los nacionalismos conservadores.
Publicado
originalmente en el diario Público
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