Por:
Javier Coria. Fotos: Francesc Sans
La Universidad de Barcelona (UB) ha
llevado a la fiscalía las denuncias por “prácticas sectarias” del centro de
investigación CREA que, desde 2004, viene denunciando casos de acoso sexual en
la universidad.
La
cadena SER dio la noticia, la UB ha trasladado a la Audiencia Provincial de
Barcelona tres denuncias por “comportamientos sectarios” contra Community of Research on Excellence for All (CREA),
un centro de investigación creado en 1991… “Con
el objetivo de generar una investigación científica capaz de identificar
teorías y prácticas superadoras de desigualdades y formar profesionales de la
máxima excelencia docente e investigadora, provenientes de diferentes etnias,
géneros, edades y clases sociales”, según declaran en su web. La primera
denuncia contra el CREA data del 18 de mayo, cuando el denunciante declaraba
que los directivos del centro “controlaban completamente su vida”. Por su
parte, los miembros del CREA denuncian ser
objeto de una campaña de difamación y desprestigio desde que empezaron a
denunciar las prácticas machistas y el acoso sexual en la universidad. Las
calumnias, afirman desde el CREA, contra el centro empezaron a ser anónimas por
Internet, y ahora han llegado a la fiscalía, pero de alguna forma siguen siendo
anónimas, porque la UB se ha negado a dar al abogado del CREA el contenido de
tales denuncias, que los denunciados dicen enterarse de las mismas por la
prensa.
Los
presuntos casos de acoso sexual en la UB saltaron a la prensa en 2004, cuando
se denunció a un catedrático. El 25 de enero de 2004 la edición de Catalunya de
El País lo contó así: “Varios alumnos de la facultad de Economía
de la Universidad de Barcelona (UB) han sido presuntamente acosados sexualmente
por el catedrático de Sociología Jesús de Miguel. Así lo admite tanto la
fiscalía y el propio campus, pero ninguna de las instituciones puede sancionar
el docente porque los hechos han prescrito. El carpetazo al caso, que se
extiende a decenas de estudiantes durante varias décadas según los testimonios,
ha indignado a las víctimas, que se sienten “frustrados e impotentes”. En
1993, sesenta profesores y catedráticos
de la facultad de Económicas de la UB dirigieron una carta al entonces rector Josep Maria Bricall pidiéndole la
destitución del citado sociólogo por las presuntas irregularidades que cometió
siendo el presidente de un tribunal de un concurso de cátedra, y donde favoreció
descaradamente a uno de los opositores (véase El País, 20-10-93). Legalmente el catedrático sigue siendo profesor
de la UB y pronto volverá a dar clase. Los estudiantes, que actúan de forma
autónoma de cualquier institución, iniciaron una recogida de firmas en Change.org, para denunciar el acoso sexual, petición
que sigue estando activa. Para hablar sobre todo ello entrevistamos a Rosa Valls, subdirectora del CREA y
profesora de Teoría e Historia de la Educación en la UB.
Las primeras preguntas, en batería,
se las tengo que hacer: ¿Hay prácticas coercitivas en el CREA? ¿Se acepta a
cualquier académico, sea hombre o mujer, en el centro? ¿El control de las
publicaciones de los miembros va más allá de lo razonable?
No
solo no hay ninguna práctica coercitiva sino que el CREA, junto con centros y
académicos de otros ámbitos, han sido precursores en España en la eliminación
de las prácticas coercitivas que dominaban el feudalismo universitario hasta
hace algunos años.
El
CREA está formado por personas muy diversas, cuestión que en el contexto
español, a diferencia del internacional, no es todavía habitual: diversidad de
géneros, de opciones sexuales, ideologías, creencias, grupos culturales,
etc. Somos una red de la que puede
formar parte cualquier persona académica que respete los Derechos Humanos, no
se aceptan personas acosadoras o racistas. En cuanto a mujeres y hombres, como
puede verse en la web, un 73% son mujeres, mientras que según datos de la OCDE
somos mujeres el 76% de quienes nos titulamos en educación. Ya sabemos que al
ascender en escala profesional,
la proporción de hombres va aumentando mientras disminuye la de mujeres, pero
eso no ocurre en CREA, ya que sería muy inconsecuente dedicarse a la superación
de desigualdades si luego hiciéramos la típica segregación vertical.
Las
normativas de publicaciones de CREA (incluida la Comisión de Gestión del
Conocimiento) están copiadas de las normativas internacionales y concretamente,
de la normativa europea:
Precisamente, uno de los objetivos de esta normativa es que unas personas no puedan publicar el trabajo de otras. Si no, todo depende de quién manda. En los grupos de investigación con estas normativas, como en CREA, estas prácticas no son posibles.
¿Saben exactamente de qué se les acusa?
No. Ya nos lo hicieron en el 2004 y llevamos desde entonces reclamando jurídicamente esas denuncias sin éxito, ni siquiera hicieron caso a la petición del defensor del pueblo de Catalunya, La táctica del 2004 consistió en hacer denuncias (no sabemos si es cierto ni cuantas) que luego se archivaron, pero que sirvieron para legitimar los ataques anónimos diciendo: se les investigó. Ahora están haciendo lo mismo. Por la forma en que actuaban y actúan, se utiliza la táctica de difama que algo queda. Al mismo tiempo, y como ha ocurrido en otras ocasiones, se intenta deslegitimar el trabajo que desarrollamos. Lo más grave es que todo esto hace daño a nuestras familias, hijos e hijas. En algunos casos los hijos de algunos compañeros han comenzado a recibir bullying en sus colegios. La mala fe con que se viene actuando hace que pensemos que el objetivo es difamarnos… sea como sea… y al precio que sea.
Las primeras denuncias aparecieron anónimamente en Internet. ¿Quién sospechan que estaba detrás de las mismas?
Solo hace falta ver la coincidencia entre lo que pensamos que se dijo de nosotros en las supuestas denuncias del 2004, los ataques anónimos que aparecieron en internet desde entonces y las declaraciones, también anónimas, actuales. Se organizaron a principios de 2004 cuando iniciamos las primeras investigaciones sobre este tema con el Instituto de la Mujer de Madrid y el Institut Català de la Dona de Catalunya. Nos atrevimos a hacerlo porque teníamos el apoyo del European Womens lobby, de la oficina contra el acoso sexual de Harvard y del feminismo internacional. Sin ese apoyo, ya nos hubieran destruido como lo habían hecho hasta entonces, una a una, a las profesoras precarias que se habían atrevido a denunciar un caso.
Ustedes dicen que la campaña contra el CREA comienza por romper el silencio sobre la violencia de género en las universidades. ¿Quieren ustedes decir que hay estamentos universitarios que están interesados en silenciarles?
Cuando hicimos la primera investigación, diferentes rectores
nos dijeron (incluso pretendieron reñirnos) que eso era desprestigiar a las
universidades españolas, que no hacían falta ni nunca habría comisiones de
igualdad ni protocolos. No consiguieron asustarnos, hablamos con parlamentarias
desde octubre de 2004, lo cual llevó a que el parlamento español legislara en
2007 la obligatoriedad de las universidades de afrontar este problema. No
obstante, dos responsables de igualdad de dos universidades que se
comprometieron con sendas víctimas fueron apartadas del cargo. Cuando denunciamos
a uno de los agresores cuyos acosos eran conocidos en muchas, sino todas las
universidades españolas, se inició una nueva persecución hacia nuestro centro,
que ahora ha llegado al máximo justo coincidiendo con la posible
reincorporación de ese catedrático en la universidad.
¿Todos los propagadores de rumores
contra ustedes provienen del ámbito universitario? Si no es así: ¿Qué
motivaciones pueden tener?
Al
grupo inicial que maneja los hilos, se unen muchas personas por diversos
motivos, en algunos casos porque no hemos aceptado un uso corrupto e ilegal de
los fondos de investigación, porque no hemos aceptado prácticas fraudulentas en
la investigación, porque tenemos mucho éxito científico e internacional y eso
puede provocar envidias, lideramos proyectos de investigación competitivos a nivel
internacional, porque publicamos en Harvard y en Cambridge, y también con
algunas de las principales feministas como Judith Butler y autores/as de
diferentes disciplinas. Y porque también tienen mucho éxito los proyectos
sociales y las entidades que nos piden apoyo.
Incluso que colaboremos tan desinteresadamente con quienes nos lo piden,
es algo que algunos no pueden resistir porque cuestiona sus prácticas
habituales, sus chiringuitos.
¿Hay castas intocables en la UB?
Hay
castas que eran intocables hasta que se rompió
el silencio, también hasta que en este sentido se comenzaron a abrir las
puertas de la universidad. Desde entonces, cada vez más estudiantes e incluso
profesorado se están uniendo al movimiento por lograr violencia cero en las
universidades, para acabar con las relaciones de poder que protegen a algunos
en sus desmanes. La Universidad cambia poco a poco y ha de cambiar más, ha de
ser más transparente, más democrática, más respetuosa, más responsable en
prevenir injusticias internas y en resolverlas cuando se producen, protegiendo
a las víctimas, poniéndose claramente a su lado. Todavía muchos estudiantes no
se quejan, no denuncian porque no saben que lo pueden hacer y también porque no
se atreven a enfrentarse con el sistema, con el poder establecido. Cuando
algunos rectores nos decían, nunca habrá comisiones de igualdad, nosotros les
decíamos: las habrá dentro de pocos años en todas las universidades. Ahora nos
dicen, no habrá redes solidarias de víctimas y les decimos las habrá y serán
cada vez más fuertes hasta lograr bystander
intervention, todas y todos a una, que es la única solución a este
problema.
¿Van a tomar medidas legales?
Hace
un año denunciamos a la justicia y a la policía esa campaña anónima. Ya hace
tiempo que han comenzado a investigar. Esperamos que puedan llegar a la cúpula
y que todo el mundo pueda saber quiénes están detrás de esta campaña.
Ya en
el 2004 quien entonces era director de CREA recibió amenazas de muerte anónimas
a las 3 de la mañana, pero ahora se están generalizando las amenazas, incluso
por la calle ya nos las han hecho y, lo que más nos duele, ya están sufriendo
las consecuencias algunos de los hijos e hijas de las mujeres de CREA.
Si quiere añadir algo más…
Solidaridad,
feminismo, no sexismo, no violencia, igualdad, derechos humanos, no pueden ser
palabras huecas, son palabras que exigen compromiso. Nosotras hemos asumido el
coste profesional y personal de romper el silencio, de posicionarnos con claridad
a favor de avanzar en luchas que son comunes, que trabajan a favor de un mundo
mejor que el que tenemos, una Universidad mejor que la que nos encontramos. En
un tiempo en el que los referentes
morales y políticos están cambiando rápidamente, es importante juzgar a partir
de lo que hacen las personas… obras son amores y no solo a partir de las
etiquetas que interesadamente utilizan algunos y algunas para atribuirse
méritos que no tienen.
Gracias.
Rosa Valls es profesora titular de la UB y subdirectora de CREA (Community of Research on excellence for all).
Fue la directora de la primera investigación en España sobre Violencia de Género en la Universidad,
los resultados se incluyeron en la Ley
Española por la Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres (2007), que llevó
a la creación de las comisiones de igualdad y del primer protocolo de
prevención y actuación frente al acoso sexual en las universidades españolas.
Con solo 22 años, ya participó en las históricas Jornadas Feministas de 1976 en el paraninfo de UB. Desde entonces
ha trabajado sin interrupción en los movimientos de mujeres de los barrios
populares.
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