Por:
Javier Coria
Daredevil, el personaje de Marvel
Comics creado en 1964 por Stan Lee y Bill Everett, renace un una edición de
lujo de Panini Cómics, con guión de Frank Miller y dibujos de David
Mazzucchelli.
Daredevil, cuya traducción es “temerario”, fue
conocido en las ediciones de españolas de la Editorial Vértice como Dan
Defensor, para justificar las dos “D” sobre el pecho de su uniforme de
superhéroe. Y en algunos países de Latinoamérica se le conoce como “Diabólico”. El “Hombre sin Miedo”, pues es este su sobrenombre, apareció en un comic-book en 1964, de la mano de Stan Lee
y Bill Everett. Con Stan Lee, y con los dibujantes Jack Kirby, Gene Colan o Gil
Kane, la serie tuvo sus mejores días, para luego ser olvidada en los anaqueles
de las tiendas de tebeos. Daredevil se hizo repetitivo e incluso la Marvel
estuvo a punto de no publicar más historias de este superhéroe. Un veinteañero Frank Miller se cruzó con el personaje
en mayo de 1979, cuando lo hizo aparecer (crossover)
con Spiderman. Miller le dio nueva
vida al abogado invidente Matt Murdock,
que es quien se esconde detrás de Daredevil.
Como lo hiciera más tarde con Batman en
El
retorno del caballero oscuro, Miller llenó el personaje de vivencias
traumáticas y una personalidad de claroscuros. Así lo explica David Fernández en la introducción de
esta edición de Panini Cómics: “Así,
Daredevil pasó de mero comparsa, versión descafeinada y poco carismática de
Spiderman, a convertirse en una de las personalidades más complejas y
fascinantes del Universo Marvel”.
NACIDO OTRA VEZ
El
arco narrativo de Born Again (con siete entregas) fue editado en 1986. Frank
Miller, que además de guionista también dibujaba, se centró en el argumento y
la psicología del personaje, dejando la parte gráfica al estupendo dibujante David Mazzucchelli, que se consagró con
esta serie. La simbología católica de la muerte y la resurrección está presente
en toda la saga, tanto en el texto como en la iconografía. Como todo viaje
iniciático, aquí también hay una muerte simbólica, seguida de una serie de
etapas, como las “estaciones” de un viacrucis,
para luego renacer. El maniqueísmo del bien y del mal se le quedaba pequeño a
Miller. Ante el blanco y negro de anteriores entregas, Miller prefirió seguir
la senda de los grises, de las contradicciones. De la aparente fortaleza del
superhéroe, a la fragilidad del hombre, Matt Murdock; quizá la fragilidad y contradicciones
del propio Miller, siempre problemático en el trato con los demás, de ideas
conservadoras y, según cuentan, algo retorcido. Murdock de día ejerce como un
brillante abogado, lo que le hace estar en contacto con la corrupción del
poder, y de noche se convierte en un justiciero sin ley, como esos justicieros fascistoides
a los que nos tiene acostumbrado Hollywood, aunque Miller sabe jugar con los
contrastes y las contradicciones, por lo que la lectura plana de la psicología
del personaje nos daría una visión sin matices. Muestra de ello son las raíces
católicas de la serie, que chocan con las reminiscencias luciferinas del
personaje –que viste de rojo como un diablillo-, al que Miller hace frecuentar
ambientes oscuros, de acción y violencia. Uno de los alias que tiene el
personaje, además del citado “Hombre sin Miedo”, es el de abogado de la “Cocina del Infierno”, nombre con el
que se conoce el barrio de Manhattan donde nació y se crío. Allí, en las
mismísimas calderas de Pedro Botero,
es donde ejerce nuestro particular marmitón. Escribe Alejandro M. Viturtia en el prólogo de esta edición: “Su fuerza no radica en romper con lo
establecido sino precisamente en todo lo contrario; en estirar los conceptos,
profundizar en ellos, dar una vuelta de tuerca y dejar al personaje, y al
género de paso, abierto a posibilidades infinitas”. Frank Miller es hoy uno
de los guionistas más solicitados para llevar sus cómics al cine, cosa que no
le agradaba hasta que él se acercó al séptimo arte como director. Dentro del
género negro y el pulp más genuino
está su obra Sin City, que dirigió en la gran pantalla (2005) Robert Rodríguez, con el propio Miller
como codirector, y dirigiendo algunas escenas Quentin Tarantino. La novela gráfica 300, sobre la guerra de
las Termópilas, la dirigió en la
versión cinematográfica (2007) Zack
Snyder. El propio Daredevil fue llevado al cine en una penosa cinta
dirigida (2003) por Mark Steven. Matt Murdock fue interpretado por el
inexpresivo Ben Affleck.
SINOPSIS
Matt
Murdock está en los momentos más duros de su vida; en paro, sin esperanzas,
tocando el fondo de un negro pozo del que sólo se puede salir muerto o
resurgiendo de nuevo. El némesis de nuestro héroe, el señor del crimen
neoyorquino, Wilson Fisk, llamado también el Rey Pillo (Kingpin, en inglés), quiere mantenerlo en ese pozo, y para ello
tendrá el concurso de la ex novia de Murdock, Karen Page, drogadicta y
prostituta, que cual nuevo Judas, vende a su antiguo amante descubriendo su
verdadera identidad. Las treinta piezas de plata del pago al apóstol traidor,
en este caso será un chute de heroína. Murdock vive una anodina vida que sólo
mitiga dando rienda suelta a su rabia cuando se torna en Daredevil, que además
le permite salir de las tinieblas de su ceguera mediante un radar cerebral, con
el que puede “ver” a modo de un biosonar, que no es más que uno de los sentidos
que se vieron agudizados por la carga radioactiva que derramó el camión y lo
dejó ciego mientras pretendía evitar un atropello, cuando era apenas un
adolescente. Kingpin comienza su venganza infernal poco a poco, sádicamente,
sumiendo al hombre en un declive casi definitivo, y digo al hombre y no a su alter ego heroico, porque es contra él
contra quien se dirigen los ataques del malvado. Las conexiones de Kingpin con
las altas esferas corruptas de la ciudad, lo ayudaran a tejer su plan. Murdock
pierde su casa, Hacienda le bloquea las cuentas corrientes, además utilizan a
un antiguo amigo policía para acusarlo de soborno.
El
álbum de Panini, cuya primera edición es de 2010, además del prólogo y la
introducción citados, se compone de los siguientes capítulos de la serie
publicados originalmente en Estados Unidos, entre febrero y agosto de 1986:
“Apocalipsis” (Daredevil#227 USA), “Purgatorio” (Daredevil#228 USA), “Paria” (Daredevil#229 USA), “Renacimiento” (Daredevil#230 USA), “Salvado” (Daredevil#231), “Dios y patria” (Daredevil#232 USA), “Armagedón” (Daredevil#233 USA).
También incluye una entrega que no corresponde a la saga de Born Again, pero así podemos disfrutar
de todos los cómics de Daredevil donde colaboraron Frank Miller y David Mazzucchelli.
El capítulo se publicó en enero de 1986: “Guerreros”
(Daredevil#226). El volumen se cierra con un epílogo del historietista,
crítico y guionista Santiago García,
y con unos estupendos bocetos a lápiz de algunas páginas del tebeo. La
traducción es de Raúl Sastre, y la
realización y rotulación corre a cargo del Estudio
Fénix.
UN HOMBRE SIN ESPERANZA ES UN HOMBRE
SIN MIEDO
Cuando
Kingpin comprueba que la degradación moral y el castigo físico no pararan a su
antagonista, reflexiona con estas palabras: “…Pero ahora es algo más..., siempre lo fue. Ya que le he enseñado que
un hombre sin esperanza es un hombre sin miedo”. En estos tiempos de estafa
económica, de desahucios, de paro, de refugiados y de criminalización de la
protesta y la disidencia, la moraleja, extendida a todo un pueblo que sufre,
está más vigente que nunca. En fin, Frank Miller nos muestra al hombre, más que
el superhéroe, o al héroe dentro del hombre, y con la narrativa del género
negro, para unos abre infinitas posibilidades al personaje, para otros éste
sería el techo, ustedes juzguen. De hecho, en 2011 se relanzó la serie con
guión de Mark Waid y dibujos de Paolo Rivera. Despojando de todo pesimismo,
negrura y sordidez a las historias, se redefinió al personaje haciendo hincapié
en la mera aventura y resaltando los superpoderes del típico y tópico
superhéroe con mallas. Toda tebeoteca que se precie debería tener Born Again, obra imprescindible.
Publicado
en revista Rambla y Público.es
Tres
ejemplos de artículos sobre cómics en este blog, pero hay más:
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