Pocos autores como Joan Sales dejan en el lector
una sensación tan viva, tan directa e intensa de su voluntad de narrarse: de
contar y de contarlo todo como queriendo preservar del olvido o de la confusión
todo aquello que fue su experiencia. A esto parece responder la cantidad de
hechos y personajes que forman el gran friso de Incerta glòria (Incierta
gloria) y los constantes meandros narrativos que detienen y dispersan el
hilo narrativo, y que dan la impresión de responder al imperativo de dar fe de
su mundo sin reservas de ningún recuerdo, de ningún matiz, de ninguna
sensación. Por otra parte, las constantes correcciones y amplificaciones a que
sometió la novela -en 1956, 1962, 1969, 1971 y 1981- también hacen pensar
-censura al margen- en esta misma voluntad de no olvidar nada, de volver a lo
ya dicho para hacerlo más revelador de una experiencia irrepetible. Y en último
término, toda la obra literaria de Joan Sales -Incerta glòria, Cartes
a Màrius Torres (Cartas a Màrius Torres), Viatge d'un moribund-
(Viaje de un moribundo) no son más que modulaciones sobre el mismo mundo
literario, sobre una misma experiencia, a la que retorna una y otra vez. La
sensibilidad literaria que se desprende de todo este material, insisto, es la
de un gran conversador. De un conversador ferviente y apasionado con su relato
-mezcla de deber moral y pasión narrativa- que quiere dar testimonio de lo que
vio y sintió como si de nadie más dependiera que lo supiéramos.
Y de él dependía. Aunque, con los materiales de
su novela, Sales tenía que ser consciente de que contar historias de la Guerra
Civil desde la perspectiva de los vencidos no era precisamente la versión más
difundida en 1956. Menos aún, que los protagonistas, situados inequívocamente
en la defensa armada de la legalidad republicana, tuvieran como tema constante
de sus conversaciones epistolares -de sus vidas- el cristianismo, compensando
así el esquematismo y la polarización ideológica que con tanto entusiasmo se
fomentó desde uno y otro bando.
Ésta, sin embargo, es una actitud que va mucho más allá de una honesta voluntad
de ecuanimidad histórica. Los personajes de Joan Sales tienen un mundo interior
denso y, por eso, viven la guerra pero no son sólo su síntoma. Para Joan Sales
un hombre no es su bando; y para entender esto hay que recordar que los
personajes -y el mismo Sales- no dudan en jugarse la vida por sus convicciones.
La guerra, en este sentido, es una circunstancia insoslayable, pero no la
identidad del mundo narrativo de Sales. Esta perspectiva dota a su friso
histórico de una complejidad tan incómoda como valiosa, y, así, personajes tan
divergentes como un anarquista y un fabricante de pasta para sopa se nos
presentan con una proximidad afectiva directa, auténtica y convincente. Con la
naturalidad de quien habla de personas y no de personajes manufacturados para
el consumo de la idealización o del descrédito.
Lo que apunto puede hacer pensar al lector que
estamos hablando de una vaga tolerancia que o bien se exhibe como muestra de un
imperativo moral, o bien destila un escepticismo intelectual neutral o
indiferente. Ni una cosa ni otra. Los personajes de Salas comparten más bien la
actitud anti-intelectual del hombre común, para el que un crimen es un crimen y
un arribista político es un aprovechado sinvergüenza, por mucho maquillaje
ideológico que se aplique. Para nuestro autor el problema no es de tolerancia,
sino de complejidad, y Joan Sales, cuando enfoca narrativamente a un personaje
es para revelar una historia moral compleja. Esta complejidad se hace también
patente en la estructura de la novela, urdida con el testimonio directo de los
personajes y, por lo tanto, hecha de contradicciones y perspectivas
-dialéctica, dijo el crítico de la Nouvelle Critique- con explícita
renuncia a su intervención demiúrgica como narrador.
Ramon Pla i Arxé, "L'obra literaria de Joan Sales", Avui (23/11/1983)
Ahora bien, ¿qué tipo de novela propone y defiende Sales como crítico y como
editor? Vale la pena que nos detengamos en este importante punto para entender
sus intenciones como novelista. De hecho, Sales tiene unas ideas bien definidas
de lo que ha de ser una novela. Unas ideas que arrancan, en buena parte, de las
expresadas y defendidas en Quaderns de l'exili. En 1969, cuando
salió la segunda edición d'Incerta glòria, que Sales entonces
consideraba definitiva, José Cruset le preguntó en una entrevista de dónde le
venía lo de ser novelista. La respuesta de Sale fue ésta: "Yo diría que, más que nada, de las cosas que desgraciadamente nos
ha tocado vivir... Tengo la impresión de que si en nuestra generación nos
hubiera tocado una vida más tranquila... burguesa... yo no habría escrito
ninguna novela." Es la propia existencia, en especial la guerra y la
tragedia que arrastra -y también la aventura-, la que lo llevó probablemente a
escribir una novela que, precisamente, la retrata. Y cuando contestó en una
entrevista a Busquets y Grabulosa, destacó: "Yo creo que el escritor ha de dar testimonio de la verdad. Yo lo
he intentado con Incerta glòria. Podría haber relatado otra
peripecia, un parricidio, por ejemplo. Pero no podría haber prescindido de la
verdad; un libro vale por la verdad que nos aporta." Sin embargo, a la
hora de definir la verdad, Sales y Grabulosa coinciden en considerar que eso
resulta prácticamente imposible. Así, en las respuestas de Sales encontramos
dos palabras que nos pueden ayudar a comprender sus propósitos como novelista y
que, al mismo tiempo, condicionaron su elección como editor: vida y verdad.
Pero podemos identificar otra palabra que se relaciona con éstas: testimonio.
Ya hemos destacado que Sales sentía por la novela fantástica e, incluso, por la
imaginativa y por el cuento, sobre todo al principio, un rechazo intransigente,
excluyente.
Carme Arnau, Compromís i
escritura. Lectura d'Incerta
glòria de Joan Sales (Barcelona, Cruïlla, 2003).
De este libro hay una edición en castellano, sin duda una de las mejores novelas sobre la guerra civil. Y si leen catalán, deberán leer un libro epistolar, donde está la semilla de esta obra. Aquí encontrarán algunas "Cartas a Màrius Torres":
http://www.lletres.net/sales/cmt/
De este libro hay una edición en castellano, sin duda una de las mejores novelas sobre la guerra civil. Y si leen catalán, deberán leer un libro epistolar, donde está la semilla de esta obra. Aquí encontrarán algunas "Cartas a Màrius Torres":
http://www.lletres.net/sales/cmt/
Joan
Sales (Barcelona, 1912-1983), escritor y editor. Licenciado en
derecho (1932), militó en el Bloc Obrer i Camperol y en el PSUC. Durante la
guerra civil luchó en los frentes de Madrid y Aragón. En 1939 se exilió a
Francia. En 1942 se estableció en México y regresó a Catalunya en 1948, donde
se estableció como editor. Publicó el libro de poemas Viatge d'un
moribund (1952), y más adelante su novela más significativa Incerta glòria,
que no apareció en edición definitiva hasta 1971.
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