Quan
tindré cinquanta anys
no
vull ser com el pare,
cansat
i sense fer renec o riallada,
treball
embrutidor,
futbol
cada diumenge,
el
tuti al cul d'un bar,
tabac
de vuit pessetes.
La
televisió
que
ofega la paraula;
i
banys en un mar brut
quan
vénen les vacances.
La
mare un escarràs,
la
plaça i la neteja.
I els
meus germans petits,
escoles
de mals mestres.
Quina
buidor!
Potser
només viuen de veres
els
qui moren matant
al
carrer o a la guerra.
Apòstols
i cabdills:
llenceu
el crit d'alarma!
Savis,
tècnics, obrers
forceu
les vostres màquines.
Genis
de totes les arts
embelliu
la croada.
Homes,
dones, infants,
de
tota llengua i raça
i els
mísers i els vençuts
ramada
innumerable.
espereu
i engrossiu
el
clam que ens agermana.
Encara
hi som a temps,
encara,
encara, encara.
Destruirem
un món
estúpid
i sense ànima.
Cavem
els fonaments
d´una
vida més alta.
Letra de un poema de Joan
Oliver (Pere Quart), música de Ramón Muntaner.
Nota: Luego,
Ramón Muntaner, cuyo pelo y timbre de voz hizo que durante un tiempo (años,
muchos) su nombre de pila me fuera adjudicado como “nombre de guerra”, y a los
más jóvenes esto le sonará a chino, pues digo, que el tal Ramón (brillante
cantando) pasó del canto revolucionario a ser el máximo responsable de la SGAE.
Durante su mandato declaró que las críticas a la citada sociedad era el reflejo
de la “ignorancia del pueblo español”. Luego vinieron los casos que demostraron
que quien robaba a los creadores de contenidos culturales estaban dentro de la
propia entidad de gestión. Como dice la canción: Encara hi som a temps, encara, encara, encara. Destruirem
un món estúpid i sense ànima. Cavem els fonaments d´una vida més alta.
Canción de calle
Cuando tenga cincuenta años
no quiero ser como mi padre
cansado y sin blasfemar ni reírse
Trabajo embrutecedor
fútbol cada domingo
el tute en el culo de un bar
tabaco de ocho pesetas.
La televisión
que ahoga la palabra
y baños en un mar sucio
al llegar las vacaciones
La madre una mula de carga
el mercado y la limpieza
y mis hermanos pequeños
escuelas de malos maestros
¡Qué vacío!
Quizás sólo viven de veras
los que mueren matando
en la calle o en la guerra
Apóstoles y caudillos
lanzad el grito de alarma
Sabios, técnicos, obreros
forzad vuestras máquinas
Genios de todas las Artes
embelleced la cruzada.
Hombres, mujeres, niños
de toda lengua y raza
y los míseros y los vencidos
rebaño innumerable
esperad y aumentad
el clamor que nos hermana
Aún estamos a tiempo
Aún, aún, aún
Destruiremos un mundo estúpido y sin
alma
Cavemos los cimientos de una vida más
alta
Traducido por Annabel Díez
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