CRÓNICA DE UN SANT JORDI
ANUNCIADO:
POLÍTICOS, MEDIÁTICOS Y
POCOS LITERATOS
Por: Javier Coria Fotos: Francesc Sans
Con el pregón, el día
anterior, de la escritora de novela negra, la estadounidense Donna Leon, dio
comienzo la tradicional fiesta del libro y de la rosa del 23 de abril en
Catalunya, el día del patrón de Catalunya, Sant Jordi. Anunciado estaba que
sería el Sant Jordi de Gabriel García Márquez, tras la muerte del escritor.
Anunciado estaba que sería una jornada de reivindicación soberanista y con
profusión del libro político y, ante unas elecciones europeas a la vista, con
el desembarco de políticos de todo pelaje. Y anunciado estaba que sería, como
así fue, uno de los Sant Jordi menos literario, si es que en alguna edición lo
ha sido.
HOTEL REGINA, 10 H
Si hay una cita ineludible para todo seguidor de la farándula
editorial y el postureo de escritores y políticos, este es el
“desayuno de escritores”, que este año cumplía su XV edición. En el Hotel
Regina, en una sala claramente pequeña para tanto personal, se produce el
ritual anual, la tortura diría yo, de apelotonar a todos los autores para que
los gráficos de la prensa y las cámaras de televisión, inmortalicen la foto de
familia de “los que van a firmar os
saludan”. Imposible moverse, imposible mantener una conversación con tanto
guirigay e imposible encontrar un literato de largo recorrido, de los que se
creen que, por ejemplo, que la novela es un arte. Ya sabemos que es la fiesta
del libro, no del lector, y menos de la literatura; también sabemos que hay
libros de todo tipo, desde el de autoayuda, hasta el libro de pura evasión o el
libro pensado como un producto marketing de usar y tirar, pero es que la
edición literaria se está quedando para unos cuantos héroes, editores, libreros
y escritores, que aún creen que hay espacio para el buen libro, aquel que
calificó Borges como la “extensión de la memoria y la imaginación”.
MONJA Y POLÍTICOS EN
BÚSQUEDA DEL VOTO
Éste redactor, en su paseo atropellado por la sala, se
encontró con un variado tipo de personajes. Allí pude ver a un Pedro J.
Ramírez, con esa media sonrisa de serie que me dicen que luce por doquier.
Iñaki Anasagasti se dejaba fotografías con unas efusivas fans, mientras, a su
lado, los focos de una cámara y el micrófono de una televisión se dirigía hacia
Pedro García Aguado, el “Hermano Mayor” del programa de Cuatro TV. Por allí
también estaba el presentador de
televisión Christian Gálvez, el doctor Eduard Estivill, o el deportista
y broker de bolsa Josef Ajram. Asha
Miró, Care Santos, Víctor Amela o la periodista y mi tuitera favorita, Cristina Pardo. En fin, esto les da una idea de
qué va esta historia. Me dicen que estuvo, pero no coincidí con él, el
novelista negro-criminal por excelencia,
Andreu Martín, y tampoco pude felicitar
a Rosa Sale Rosa y Plácid García-Planas, autores de El marqués y la esvástica, una excelente biografía de César
González-Ruano, tan buen escritor como mala persona; colaborador del nazismo,
sablista y estafador consumado.
Pero no podría cerrar este bloque sin hablarles de la “extraña pareja”. Sor Lucía Caram, la mediática monja tucumana que
destacaba con su hábito en la reunión, se aposentó en el estrado preparado para
la foto de “familia”, claro que al principio no se dio cuenta que, a su
espalda, había otra mujer que parecía querer salir en la foto junto a ella. Y
lo hizo, detrás de la monja aparece una sonriente Rosa Díaz, de UPyD. Para Rosa
Díaz este era su primer Sant Jordi, y vino a presentar un texto de su partido.
La política, que suele cargar las tintas cuando habla de Catalunya y de los
independentistas, se sentó precisamente detrás de una monja que se declara
independentista. La UPyD es una organización testimonial en Catalunya, en las
últimas elecciones catalanas de 2011, no pasó de un 0.17 por ciento de los
votos, incluso menos que las formaciones más estrafalarias que se presentaron
aquel año. Pero los políticos locales, de uno y otro color, también están en su
particular guerra electoral en busca del voto, por ello este Sant Jordi fue,
sin ninguna duda, el más político.
PLAZA CATALUNYA/BERGARA,
11,30 H
En el cruce de la calle Bergara con la plaza Catalunya nos
dimos el primer golpe de realidad. A las puertas de la FNAC/El Triangle nos
encontramos con un piquete, con banderas de la central sindical CGT, de unos
cincuenta trabajadores de la multinacional, y que están realizando una huelga.
Hablamos con Ferran Moltó, trabajador de la FNAC y miembro de su Comité de
Empresa:
“Estamos pidiendo a la empresa medidas para implantar unos
salarios que nos saquen de unos sueldos de miseria y del trabajo en precario.
El 60% de la plantilla está con contratos a tiempo parcial, y a los que quieren
aumentar su jornada, se les niega esa posibilidad. Además se presiona y
coacciona a los trabajadores para obtener objetivos comerciales, como son
conseguir socios para la FNAC o la venta de seguros para cámaras de fotos, televisiones,
etc. Esto afecta a todas las plantillas de las FNAC en España, y no sólo lo
denuncia la CGT, sino todos los sindicatos con representación en el Comité
Intercentros”.
Seguimos hablando con el sindicalista, y trataremos en asunto
en otro espacio y como se merece, pero en lo tocante al Sant Jordi, esta huelga
tuvo más repercusión en los escritores que tenían que firmar aquel día, que en
la propia plantilla del centro, que salvo los miembros del piquete, seguían
trabajando. Nada más y nada menos que 54 autores, pese a estar anunciados,
declinaron ir a firmar a la caseta que estaba preparada para tal efecto, en
solidaridad con las reivindicaciones de los trabajadores de la FNAC. Desde
primera hora, mucha gente ya guardaba cola para obtener una firma, pero por
allí no pasaron la mayoría. Este fue el caso de Almudena Grandes, Enrique
Vila-Matas, Andreu Buenafuente, Juan José Millás, Judit Mascó, Toni Albà,
Antonio Baños, Jaume Barberà, Forges, Máxin Huerta, etc.
RAMBLAS ABAJO, 12 H
No hay una diada de
Sant Jordi que se precie sin ramblear un poco, pero nada recomendable para al
que le agobie andar entre multitudes, sobre todo cuando se estrecha el paseo
central a su paso por los puestos de las célebres floristas de las Ramblas.
Francesc, mi compañero fotógrafo, se detuvo para hacerle la foto de todos los
años a Roser, la veterana librera de la librería graciense Cap y Cua, que pone mesa en las Ramblas. Ella
nos comenta que le ha cogido la muerte de García-Márquez sin ninguna novela
suya en el almacén, cosa que lamenta, porque se está vendiendo muy bien. Y
tanto, aunque por vergüenza literaria no les vamos a dar la lista de los más
vendidos, si les podemos decir que Cien
años de soledad ha sido uno de los libros más comprados en puestos y
librerías. Random House distribuyó 200.000 ejemplares de libros de Gabo.
Al dejar a Roser, un poco más bajo, me encuentro con el
conocido activista e histórico dirigente vecinal, Andrés Naya, vecino que
conozco desde que un servidor apenas había cumplido los 18 años y nos tirábamos
a la calle en el 9 Barris de las luchas y reivindicaciones. Me regala un
estupendo tomo de Quaders de Carrer,
dedicado a los 40 años de lucha vecinal. Mientras hablamos de los achaques de
la edad, un reducido grupo de la oposición al gobierno de Maduro en Venezuela,
pasea en silencio con sus pancartas reivindicativas, momento en que se
escucharon unos tímido silbidos procedentes de los grupos de izquierdas que
venden sus libros en esa zona de las Ramblas. Francesc sigue buscando su foto
del Sant Jordi, y dirige su cámara a un grupo de mujeres que atienden un puesto
de la Comunidad Islámica de Catalunya.
Me dicen algunos, yo no puedo asegurado porque no la vi, que
la propia Belén Esteban, a la sazón La
princesa del pueblo, estuvo firmando su libro, quizá lo único que haya
escrito del mismo, en unos almacenes del Portal de l’Ángel, ante la
desesperación de sus compañeros de firma que vieron como las colas de
compradores se desbarataban y ya nadie sabía cómo llegar a su autor preferido.
En fin, Barcelona fue una fiesta en que la literatura no estaba invitada.
HACIA GRÀCIA, 13, 30H
Después de un par de cañas de cervezas y despedazar a media
profesión, dejamos el centro para dirigirnos a nuestra hábitat natural, la muy
noble, republicana, ácrata e independentista Villa de Gràcia, que en este día
se convierte en la verdadera Vila dels
Llibres. Antes de abandonar la zona de las Ramblas, y aunque este año no
tuvimos tiempo de pasarnos, les recomiendo un visita a la recoleta plaza de
Sant Just. Ahí podrán disfrutar de un Sant Jordi muy particular, el de la
muestra y venta del libro de artista. Sí, el libro único y manufacturado como
un objeto, que lo es, de arte.
Llegamos a Gràcia con un sol esplendido y pasamos por la
literaria plaza del Diamant, donde Francesc parece que ha encontrado la imagen
que buscaba. En la calle Verdi nos pasamos por nuestra casa, la celebrada
librería Taïfa, que está a reventar, con personal contratado para la ocasión.
Desisto molestar a Jordi con mis preguntas. Dicen que los clientes hacen a las
buenas librerías, pero las mejores educan en buenos hábitos lectores a sus
clientes. Taïfa, durante mucho tiempo,
estuvo dirigida por el poeta y editor Josep Batlló, y allí lo encontramos, vigilante
y contento. En la calle tienen una mesa donde jóvenes y no tan jóvenes promesas
se enfrentan a su primer Sant Jordi. Como emoción, y cierta valentía, exponen
su obra al examen del lector. Como ya habrán notado que esta es una crónica
heterodoxa del Sant Jordi, sin listas de más vendidos, con crítica y sin
autores mediáticos o consagradas firmas de la literatura… ¿Acaso había alguna?,
pues terminaremos con una mini entrevista a dos jóvenes autoras que estaban
firmando en Taïfa.
Sachiko Ishikawa es una joven japonesa que lleva 20 años en
Catalunya, como tiene 25 años –a punto de cumplir 26, me aclara-, ha vivido la
mayor parte de su vida en Barcelona. Ishaikawa es la autora de Cuentos del Japón oculto, de la
editorial Taketombo. El libro, ilustrado por Laura Gallego, en una antología de
relatos de terror y de fantasmas, que retratan a personajes de nuestros días,
con seres del inframundo y la mitología tradicional japonesa.
“Es el primer Sant Jordi en que participo y este es mi primer
libro, que ya presenté en el Salón del Manga. Me encanta esta fiesta, donde se
mezclan libros con rosas, y como fan de la literatura, estar aquí me emociona.
El libro está compuesto por veinte cuentos de terror originales míos, pero
basados en fantasmas del folclore japonés que yo modernizo, ya que los traigo a
nuestro tiempo. Al final del libro hay una relación de las leyendas originales
con su explicación. La verdad que esto es un sueño para mí.”
Para Carla Gràcia Mercadé también es la primera novela que
escribe, aunque no es el primer libro, porque ya ha publicado dos ensayos. Siete días de Gràcia (Grijalbo) novela
los siete días de la llamada revuelta de las “Quintas” de 1870, la leva
ordenada por el general Prim. Los vecinos de Gràcia se alzaron al grito de
¡Viva la República Federal! ¡Fuera las quintas!
“Es mi primera novela y mi primer Sant Jordi. Estuve 5 años
para escribir esta novela, que va ya por la segunda edición. La novela relata
los sucesos de la revuelta de las
quintas, día a día lo que pasó, sin embargo, he cogido la anécdota que nos cuentan, entre la historia y
la leyenda, de que hubo una mujer que tocó la campana durante todo un día, con
su noche, para avisar a los vecinos y que se refugiaran en Vallcarca, ya que la
villa estaba siendo bombardeada desde la montaña de Montjuïc. Pensé en cómo esta
mujer puso en juego su vida para ayudar a los demás. Así me inventé el
personaje de Mariana, que procede de una familia burguesa, con muchos secretos
y misterios que voy desvelando durante esos siete días. No es una novela
histórica clásica, porque lo más importante no es conocer los hechos, ellos son
el contexto para que los lectores puedan entender los personajes, cómo vivían,
qué pensaban y por qué llegaron a esa situación y, lo que para mí es lo más
importantes, cómo sentían. En la novela se mezclan personajes reales como el
general Eugenio Gaminde, que pasó a la historia como el general “bum-bum”, o el
jefe de la revuelta en Gràcia, Francisco Derch”.
Publicado originalmente
en la Revista Rambla
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