la casa Hoffmann.”
Adolf Hitler
Heinrich Hoffmann fue el fotógrafo oficial de Hitler que medró al amparo del partido nazi. Es el autor de las conocidas fotos de Hitler ensayando posturas para sus encendidos discursos. Hombre de negocios sin escrúpulos, no dudó en afiliarse al partido nazi para conseguir las fotos de Hitler que el magnate de la prensa americana, William R. Hearst, le había encargado.
Terminó siendo uno de los mejores amigos del dictador y montando un imperio fotográfico y editorial al servicio de la propaganda nazi. Amasó una inmensa fortuna y fue miembro del Reichstag (parlamento). Pues bien, además de hacer las fotos oficiales del Führer, parece ser que gustaba de contratar a jovencitas que fueran del agrado de Hitler, por lo menos eso nos cuenta Nerin Gun, biógrafo de la pareja.
Un día contrató para su tienda “Hoffmann, fotografía de arte”, a una joven de diecisiete años llamada Eva Braun. La empresa de Hoffmann era por aquel entonces aún muy modesta, el despegue vino con la subida de partido nazi al poder. Eva realizaba todo tipo de trabajos, desde administrativos, hasta vender y revelar carretes, y todo ello por un sueldo más bien escaso. Hitler era ya cuarentón cuando le fue presentada Eva Braun en la oficina de Hoffmann, que estaba situada en la Shellingstrasse de Munich, a escasos metros de la imprenta del Vöelkischer Beobachter el órgano oficial del Partido Nacionalsocialista (NSDAP).
Pero la relación de Eva Braun con la fotografía no se limitó a su trabajo de dependienta, hizo de modelo publicitaria y le gustaba fotografiarse con disfraces y poses muy estudiadas, quizá para enseñar a la cámara lo que no podía enseñar en público. Con el tiempo llegó a encargarse del archivo fotográfico de Hitler en la empresa de Hoffmann, empresa a la que estuvo ligada durante mucho tiempo, incluso en su época de “secretaria” del Führer. Fue en esta etapa de su relación con Hitler, cuando Eva comenzó una frenética labor de fotografiar su vida cotidiana junto al tirano. Tenía necesidad de dejar constancia de su existencia ante unas circunstancias que la relegaban al anonimato. Muchas de esas fotos fueron comercializadas por el propio Hoffmann, aunque no era ese el objetivo de los veintitrés álbumes que se conservan de Eva Braun, que dejó instrucciones muy precisas sobre la conservación de su legado. Lo demás es historia conocida.
© JAVIER CORIA
Foto: Wikimedia Commons (German Federal Archive)
He visto fotografías y películas de la "parejita felíz" y en varios de ellas, aparece alguno de los dos achuchando cariñosamente a perros e incluso besando a un pastor alemán.
ResponderEliminarEn ese momento pensé cuánto más valía la vida de un perro para ellos que la de una madre o padre de familia o sus hijos hacinados en un campo de concentración.
Es curioso como una persona amable, sencilla y educada como Hitler, de trato atento y correctísimo con sus inferiores directos (chófer, secretarias, cocinero...)fuese, junto con Stalin, las bestias negras que sembraron millones de muertos en la II GM.