Colmado Sánchez es: “un trozo de universo en el que conviven chonis, abuelos, hipsters y familias-como-Dios-manda”
Por: Javier Coria
Clara Soriano, la
reciente ganadora del Premio al Autor Revelación del pasado 32 Salón
Internacional del Cómic de Barcelona, estuvo en las III Jornadas del Cómic de
Valencia, en donde hemos recabado estas declaraciones sobre su libro Colmado Sánchez, su paso del digital al
papel y sobre la Asociación de Autoras de Cómic, de la que es miembro activo.
Clara Soriano (Cartagena, 1982),
hasta ahora, había realizado sus tiras cómicas en forma digital en Las cosas claras, Caniculadas y El
Estafador, y unas incursiones en papel, en El Jueves y la revista Mongolia.
Como toda historietista de hoy, se fogueó en el mundo romántico del fanzine, cuando estudiaba Bellas Artes
en Granada y publicaba con sus compañeros de clase el cómic Gutter. Colmado Sánchez es su primer álbum profesional, y está editado por
“¡Caramba! Cómics”, en la colección “Jaimito”. Con este trabajo se coronó con
el Premio al Autor Revelación en el pasado Salón del Cómic de Barcelona,
galardón otorgado por la Fundación Divina Pastora.
Según reza la sinopsis del cómic, Colmado Sánchez es “un trozo de universo en el que conviven chonis,
abuelos, hipsters,
familias-como-Dios-manda y solitarios incautos, en una mezcla tan poco
coherente como la vida misma. Colmado
Sánchez retrata una mañana cualquiera en un comercio de barrio, un negocio
en el que tienen de todo menos de lo que no hay”.
Pero, ¿cómo nació Colmado Sánchez?
Nació tras el ofrecimiento de Manuel Bartual, de la editorial
¡Caramba!, de que escribiera para la colección “Jaimito”, una colección de
grapa, de humor, que pretende recuperar el tebeo clásico, de kiosco. Me hizo
mucha ilusión y decidí hacer algo en plan personajes, de barrio. Es lo que
suelo hacer: humor costumbrista. Todo el mundo me decía que me lanzara al papel
y así lo hice. Con Colmado Sánchez
–que se publicó en 2013- he tenido muy buenas críticas, a pesar de ser una obra
pequeña (24 páginas). También me ha dado la oportunidad de presentarlo en
diversas ciudades, de conocer gente y de firmar para los lectores, una
experiencia muy positiva.
Para la autora, este premio le supondrá un salto en su
carrera y, como ha declarado: “es un impulso para desarrollar otros proyectos y
retomar historias medio escritas”. Dentro de esos nuevos retos, la joven
dibujante ya ha publicado una historia en el álbum colectivo Todas putas, cómic basado en el polémico
–se quiso prohibir- libro de relatos del escritor y guionista de cómics, Hernán
Migoya, que se editó en 2003. El libro de Migoya fue editado por Miriam Tey
–Rey Lear Editores-, a la sazón directora del Instituto de la Mujer. Tal fue el
revuelo moralista que, escritores como Mario Vargas Llosa, Pere Gimferrer o
Elvira Lindo, entre otros, tuvieron que salir en defensa del escritor y de la
libertad de expresión.
Y… ¿dónde busca Clara
Soriano la inspiración?
Hablo y me río de lo que conozco. Me hace mucha gracia reírme
de estereotipos y de lo preestablecido. Esta obra es fresca, con humor, que le
resultará familiar al lector.
A finales del año pasado, nació la Asociación de Autoras de
Cómic (AAC), cuyo manifiesto fundacional reproducimos aquí. La Asociación,
entre otras cosas, pretende reivindicar el papel de la mujer en el mundo del
cómic y la ilustración, y para ello dará a conocer a las autoras injustamente
olvidadas. Este es el caso de Nuria Vilaplana Buixons (Barcelona, 1931), más
conocida por Nuria Pompeia. Nuria empezó dibujando viñetas para la revista Oriflama, en 1961. La revista nació al
amparo del Obispado de Vic (Barcelona), pero las censuras y las multas se
cebaron en la publicación que, en aquel tiempo, dirigía el periodista Josep M.
Huertas Clavería. Nuria fue la redactora jefe de las revistas Por favor y Saber, y sus tiras cómicas, con una fuerte carga de crítica contra
el machismo y su propia clase social, la burguesía, llenaron las páginas de
publicaciones como Cuadernos de pedagogía,
Triunfo, Diari de Barcelona, Sábado
Gráfico, Dúnia y Vindicación Feminista, entre otras. En La Vanguardia escribió reportajes
culturales y fue guionista de televisión para el circuito catalán de TVE.
Además de tiras cómicas y tebeos, Nuria
escribió tres libros de narrativa y, en el año 2000, le dieron la
Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona; en 2003, el premio Rosa del Desierto,
que otorga la Asociación de Mujeres Periodistas de Catalunya. En 2007 recibió
la Creu de Sant Jordi. Hoy, que su
mente transita por los caminos del olvido, conviene recordarla.
Clara Soriano es miembro
de la AAC, y de ella opina:
Esta asociación supone un antes y un después. Nos hemos
conocido muchas, nos hemos reunido y nos hemos dado cuenta de que ya somos un
número importante. De aquí a un par de años veremos cómo está el tema, porque
están saliendo varias obras colectivas de autoras y ha sido una novedad. A
partir de este año veremos más autoras o por lo menos intentaremos que se nos
vea más.
MANIFIESTO FUNDACIONAL
DE LA AAC
La Asociación de Autoras de Cómic
(AAC) surge por la necesidad de agrupar en un colectivo a todas las
autoras (y autores) que luchan por la igualdad real y efectiva en un mercado
tradicionalmente dominado por el hombre como es la historieta.
Con esta asociación no queremos hacer apología de una
diferenciación ni de una supremacía. Buscamos ocupar un lugar igualitario en el
mercado del cómic; que se nos reconozca por nuestro trabajo, no por nuestro
género o sensibilidad. Asociarnos nos permite luchar de forma más efectiva
contra estos males que, como mujeres y autoras, nos afectan. Entendemos que
unir esfuerzos será más productivo que luchar individualmente.
También buscamos recuperar el trabajo de muchas autoras que
han sido injustamente olvidadas, muchas de las cuales el tiempo ha maltratado y
ha dejado abandonadas a todo reconocimiento. Recuperaremos su trabajo y lo
promoveremos en eventos y entre instituciones para que sean justamente
reconocidas y valoradas.
Es por esto que, una de las primeras medidas que hemos
formalizado ha sido la creación de un Premio
Honorífico, que este año –diciembre, 2013- recae en Nuria Pompeia.
Nuria está enferma de Alzheimer y su obra apenas es conocida.
No ha sido reconocida por las instituciones y ni si quiera puede recoger este
premio porque no es consciente de ello. Creemos que es vital reconocer su
aportación a la cultura del cómic antes de que sea demasiado tarde.
Otro ejemplo del olvido de nuestras autoras es la pérdida de
María Pascual, fallecida en el 2011 en el más absoluto de los silencios y sin
ningún reconocimiento por parte de las instituciones públicas. Por todo esto,
esperamos que la AAC sea una ayuda en la lucha por la equidad de género en el
mundo de la viñeta. Para que el cómic sea un espacio más justo.
Publicado originalmente
en la Revista Rambla
Las fotos de Clara Soriano han sido facilitas por la Fundación Divina Pastora y la editorial.
Las fotos de Clara Soriano han sido facilitas por la Fundación Divina Pastora y la editorial.
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