Por
Javier Coria
CONTRATO:
Reunidos:
De
una parte Jean-Jacques Rousseau (CIF
B-62994694) con domicilio social en Ginebra, Suiza de aquí en adelante
denominado “el Autor”.
De
otra
El lector con
domicilio en la Redacción que en lo sucesivo será denominado “el Informador”
de,
“El
contrato social. El manga” que
en lo sucesivo, será denominado “el manga”.
Reconociéndose
las partes contratantes mutua y recíproca capacidad legal para cuanto pasan a
manifestar y convenir,
1.
Herder Editorial publica la versión manga de “El contrato social”, libro de
cabecera de los revolucionarios de 1789 y de figuras posteriores como Simón
Bolívar y Fidel Castro.
2.
Rousseau, “el Autor”, personaje excéntrico y rebelde, fue un pensador
contradictorio e inclasificable, cuyo legado ha sido reclamado y repudiado al
mismo tiempo por las tres ideologías que han dominado el pensamiento político
moderno: liberalismo, socialismo y nacionalismo.
3.
En virtud de la presente cesión, el Autor
autoriza la versión manga de su obra a través de la editorial japonesa
East Press Co. creadores de los mangas filosóficos, que llegan a España
directamente traducidos de la lengua nipona. Esta licencia autoriza a:
a)
Seguir influyendo en el momento actual.
b)
Iniciar una nueva revolución en el siglo XXI a través de nuevos formatos narrativos.
Jean-Jacques Rousseau
4.
En palabras del Autor: “El hombre ha
nacido libre, pero por doquier se encuentra encadenado (…) tan pronto como
pueda sacudirse el yugo, (el pueblo) obrará mucho mejor si así lo hace; pues al
recobrar su libertad basándose en el mismo derecho por el que le fue
arrebatada, prueba que está legitimado a disfrutar de ella”…
La
editorial japonesa East Press sigue sorprendiendo con su colección de cómics
filosóficos que, en traducción directa del japonés por Maite Madinabeitia,
están publicando en España, Herder Editorial. Ya hablamos aquí del primer
título: Así habló Zaratustra de
Friedrich Nietzsche, y desde entonces ya se han publicado La Divina Comedia, de Dante Alighieri; El Príncipe, de Maquiavelo; El
Arte de la guarra, de Sun Tzu y el que nos ocupa, El contrato social, de Jean-Jacques Rousseau.
No
quisiera estar en la piel de los guionistas de la editorial nipona cuando el
simpático de Kosuke Maruo, editor encargado de la colección, les vino una
mañana y les dijo que había que guionizar El
contrato social (1762), magna obra del liberalismo clásico, obra
inconclusa, de difícil comprensión y que consta de cuatro libros. Claro que
este manga versiona los seis primeros capítulos del Libro Primero. La obra de
Rousseau fue conocida en Japón gracias a las traducciones del periodista y
politólogo Nakae Chômin, cuyo verdadero nombre era Nakae Tokusuke (1847-1901).
Considerado, quizá exageradamente, el Rousseau oriental, Chômin desde sus
periódicos atacó la corrupción del gobierno y llevó los ideales democráticos y
republicanos a su país, por lo que sufrió censura y exilio.
Nakae Chômin
Vivimos
épocas donde necesitamos renegociar el contrato social (no confundir con el
Pacto Social, verdadera arma de desmovilización de la clase obrera y ejemplos
hemos tenido de ello) y llegar a la unión de voluntades de las que habla
Rousseau, unión de voluntades desde abajo, desde la sociedad civil. En este
camino la cultura cumple un papel crucial, tanto para buscar respuestas, como
para hacerse las preguntas necesarias que pueden ser el primer paso:
“Aquel
que desee ser libre debe plantearse si en su mundo existe la libertad”
Rousseau.
Según
nos informan desde la editorial y refiriéndose a informes del Gremio de
Editores correspondientes a 2010, el 14,5 por ciento de la población española a
partir de los 14 años lee cómics al menos una vez al trimestre, y creemos que
no sólo son cultura, sino una buena manera también de acercarse a obras como la
aquí tratada.
Ver
también Así habló Zaratrusta
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