HABLA EL VERDUGO
El Boletín Oficial del Estado del 7 de octubre de 1948, recogía la convocatoria para cubrir cinco plazas de ejecutores de sentencias. Entre la llamada promoción del 48, se encontraba Vicente López Copete, antiguo trilero, estraperlista, maletilla, legionario y falangista en Marruecos, nacido en Badajoz en 1914.
Llegó a ser el verdugo de la audiencia de Barcelona con catorce sentencias cumplidas, fue expulsado en 1973 mientras cumplía una condena de cárcel. El trabajo de Martín Patino y Sueiro nos han permitido escuchar las voces de los últimos verdugos españoles, lo que sigue son algunas de las opiniones de Copete al ser entrevistado y recogidas por Eslava Galán.
“Yo las cosas de este oficio no las había visto nunca... pero una vez que se hace..., es decir, la primera y la segunda vez es un trago, pero luego ya no. A todo se acostumbra uno”.
Una vez fue detenido al ser confundido con un maqui. El juez le dijo que lo iba a encarcelar para evitar que siguiera matando. Copete le espetó: “Con todos mis respetos, señor juez, yo sólo mato a los que me manda su señoría”.
En el texto siguiente nos explica su método de trabajo, no le gusta ver el ajetreo de gente antes de actuar, por ello dijo: “...Me acuesto y les digo que me llamen un poco antes de la ejecución y en paz... Me enjuago la cara en cualquier grifo... me tomo una copa y nos vamos p’allá. Esto del garrote es por asfixia y estrangulación, todo junto. A mí me pueden venir sueltos o esposados, con la cara cubierta o descubierta... me da igual. La cosa es rápida haciéndolo bien (...). Se sientan, les pongo el asunto y ya no se mueven”.
En 1954 “agarrotó” a Enrique Sánchez apodado El Mula, el reo le dijo: “Tú con ese aparato matando, y yo con mi pistola, nos hubiéramos quedado solos en España”.
La última ejecución realizada por Copete fue en 1966, luego vendría una época de indultos que al parecer no gustó al verdugo: “Lo que pasa es que, como el Caudillo es tan benévolo y tan noble, ¿he? Pues mira, no quiere ejecutar a nadie en España, pero hay que ejecutarlos”.
Entre sus compañeros, Copete tenía fama de ser el más frío, el más entero, no en vano su frase preferida era: “El que la haga, que la pague”. En 1974 el destino le tenía preparado ser el último verdugo español, al corresponderle ejecutar a Puig Antich, pero su encontronazo con la justicia se lo impidió. Como en una broma macabra, Copete pasó de la amargura de la muerte a algo más dulce. La jubilación le llegó trabajando en una fábrica de caramelos de Alicante.
Fragmento de "Queridísimos verdugos", documental de Basilio Martín Patino. 1977
CONTINUARÁ…
© JAVIER CORIA
HISTORIA DEL GARROTE VIL (I)
HISTORIA DEL GARROTE VIL (II)
Magnífico trabajo, Javier, y felicidades por tu cumpleaños, que si no me equivo es hoy, 2 de mayo.
ResponderEliminar¡GRACIAS! Pues sí, hoy es mi cumpleaños, ya ven, una fecha muy señalada por muchos motivos, hasta el genial Goya pintó un cuadro dedicado a esta fecha...
ResponderEliminar¡Yo vi esta película y era impresionante la frialdad con la que hablaban todos, no porque fueran malvados sino porque lo daba el oficio, en torno a unos vasos de vino en una bodega!
ResponderEliminarSí, el documental es impresionante.
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