EL SIGLO XX: DE OTTO RAHN A BEUYS
Por Octavi Piulats*
Pero la cultura germana todavía no había dicho su última palabra sobre Montserrat. El primer pensador de la modernidad que sin haber estado nunca en Montserrat aludió a su extraña significación fue Rudolf Steiner (en la foto), el creador de la Antroposofía. A principios de siglo, Steiner dictó una conferencia sobre la interpretación de los Misterios, es decir del poema de Goethe conectado con Montserrat.
Steiner indicó correctamente que Goethe había escrito no solo un poema religioso y místico de estilo panteísta sino que además tenía una significación en clave de filosofía de los rosacruces. En este contexto y en posteriores conferencias Steiner aludía al carácter esotérico y simbólico del viaje de Humboldt a Montserrat y la extraña relación con el panteísmo de Goethe.
Algunas de esas ideas antroposóficas fueron asimiladas por un joven antropólogo alemán, me refiero a Otto Rahn (en la foto de arriba), posiblemente el verdadero Indiana Jones del siglo XX. Rahn llevaba años trabajando en la veracidad histórica de la leyenda del Santo Grial, y en los años 30 inició una expedición al sur de Francia y a la Cataluña francesa para seguir la pista al Grial. Rahn postuló dos grandes tesis al respecto: a) que los guardianes del Grial habían sido los cátaros; b) que el Grial había estado no tanto en Montserrat como en Montsegur, y que tras su destrucción por los cruzados fue ocultado en las cuevas de Lombrives. Durante los años treinta, y para asegurarse de que el Grial no estaba en la Cataluña sur, Otto Rahn viajó a Montserrat. Y cuando más adelante, para continuar sus investigaciones, acabó formando parte de las SS alemanas bajo la dirección de Heinrich Himmler y formando parte de la Fundación para la Herencia de los Antepasados, se vio obligado a poner sus ideas al servicio del III Reich. De esa forma Himmler conoció todas las tesis sobre el Grial y, por extensión, sobre la peculiaridad de Montserrat. Tras la muerte de Otto Rahn (posiblemente asesinado por agentes nazis) Himmler viajó, ya durante la II Guerra Mundial, a Montserrat (en la foto de abajo) con la intención de asegurarse de que realmente Rahn tenía razón y de que el Grial no estaba allí. El viaje de Himmler fue infructuoso, ya que los monjes no colaboraron con él.
Pero en los años sesenta Montserrat volvió a interesar a la cultura germana. Esta vez fue un artista, escultor y pintor, Joseph Beuys, quien viajó a Cataluña y se sintió fascinado por la energía de la montaña. Cuando descubrió la relación de Montserrat con San Ignacio de Loyola y con el Grial permaneció como antaño había permanecido Ignacio, semanas en aquellos alrededores, y cuando volvió a Alemania escribió la obra Manresa estación central, en la que el artista, partiendo de la antroposofía de R. Steiner, presenta su visión de la obra de Ignacio desde la perspectiva de la modernidad. La performance artística tuvo lugar tiempo después de la muerte de Beuys en la Santa Cueva de Manresa y Beuys, como testamento a los catalanes, dejó su ‘cruz antroposófica’ en el Cardener frente a Montserrat, con extraños anagramas que todavía hoy pueden verse e interpretarse.
Así pues personajes históricos con alta sensibilidad (aparte de los germanos tenemos al francés Alexandre de Laborde y al inglés William Thackeray, entre otros) han sido atraídos por la energía de la montaña. Esta atracción en la mayoría de los casos ha ido más allá del factor meramente estético o social, hacia la psicología profunda, el descubrimiento de la propia interioridad.
SENTIR MONTSERRAT
Parece como si en Montserrat fuese más fácil el contacto con lo invisible y lo divino; las energías de la montaña parecen ofrecer una vibración espiritual que favorece la elevación del espíritu a otras dimensiones. Poetas místicos cristianos no van tan desencaminados cuando afirman en canciones y poesías que fuerzas astrales personificadas por la mentalidad cristiana, como ángeles, están en juego en esta montaña. Esto no es nada más que la expresión de que Montserrat es un lugar sagrado, en el sentido de que es diferente del resto de la geografía, porque sus energías telúricas y astrales pueden conducir al misterio de lo invisible.
No debemos caer en el error de la mentalidad ilustrada y progresista clásica, que solo ve en Montserrat ‘monjes y misas’ de la cultureta catalana. La montaña nos abre la posibilidad de acceder a una espiritualidad más allá del monoteísmo, de encontrar lo divino oculto en la naturaleza y no contra esta. El ejemplo más palpable lo tenemos en las ermitas. Un paseo por las mismas nos convencerá de que son lugares de poder y espiritualidad ancestrales y que proyectan una geometría sagrada que converge hacia un punto central. La energía telúrica de las mismas nos abrirá perspectivas insospechadas para nuestra evolución espiritual. Por consiguiente, si realizamos la ruta de las ermitas, terminando en el camarín de la Virgen, y meditamos en determinados lugares energéticos de la montaña, reconstruiremos lo que los viajeros románticos y místicos antaño sintieron y pensaron, y sin lugar a dudas nos iniciaremos en los misterios de esa montaña, ya que viviremos sensaciones que la mera razón y la mera estética no pueden transmitirnos.
*Octavi Piulats se licencia en Filosofía por la Universidad de Barcelona y becado por el Gobierno Alemán en 1979 realiza su doctorado en Filosofía en la Universidad J.W. Goethe de Frankfurt con una tesis sobre Hegel y el mundo antiguo. También es becado por la CIRIT del Gobierno de la Generalitat. En Alemania estudia asimismo los movimientos sociales disidentes y forma parte en 1981 del partido ecologista alemán Die Grünen estando en contacto con Petra Kelly. Fundador de la revista Integral, a principio de los noventa se incorpora como profesor de filosofía a la Facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelona.
NOTAS: Aquí acaba el estupendo artículo de mi amigo Octavi, pero quería comentar un par de cosas. En la foto vemos a un monje de Montserrat dando la mano a Himmler, se trata de Andreu Ripoll Noble. El abad Antoni María Marcet y su coadjutor Aureli María Escarré se excusaron de recibir al jefe de las SS, al parecer como protesta por el trato que daban los nazis a la iglesia católica alemana. Aún no se sabía que este tipo era e iba a ser, uno de los mayores criminales de guerra de la historia. El padre Ripoll fue elegido como cicerone porque hablaba un perfecto y exquisito alemán. Él mismo explicó esta historia en el año 2003 desde la residencia geriátrica “Can Torras” de Alella (Barcelona), en la que vivía. Ripoll, que algunos llamaban “El mago” como al escritor colombiano Fernando González, pasó largo tiempo como misionero en Colombia.
Leí que el padre Ripoll era un filósofo de grandes convicciones democráticas y no le hizo mucha gracia ser el anfitrión de Himmler que, según las crónicas, se portó muy bruscamente y con mala educación con los monjes, ya que creía que le ocultaban la verdad sobre los pretendidos documentos sobre el Sant Grial, documentos cuya existencia los monjes siempre negaron. Además, de haber existido, se quemaron con todos los archivos en la Guerra del Francés (1808-1814). Himmler, acompañado por la autoridades franquistas de la época, levantó los ánimos de sus anfitriones cuando declaró que Jesucristo era ario y que, el esqueleto que se conserva en un sepulcro ibérico (650 a. C.) en el museo del monasterio, debería ser nórdico por la envergadura del mismo. En fin, el padre Ripoll, muchos, muchos años después, colgó su hábito y se casó con una dama estadounidense llamada Claire.
La segunda cosa que quería contar, es una historia de indios. Los 12 máximos representantes espirituales de las naciones indígenas decidieron realizar, por primera vez en su historia, su encuentro anual fuera de tierras de América. De madrugada y, en estricto secreto, realizaron sus rituales ancestrales en un paraje no revelado de la montaña de Montserrat. Dicen que decidieron hacerlo en Montserrat por “inspiración de sus guías espirituales”. Esto sucedió en el solsticio de primavera de 2002. Después, más de 500 personas llegadas de toda España, participaron en un acto colectivo.
Cloud Eagle (Águila Nublada) representaba a los indios norteamericanos; Rufino Asqui, a los quechuas del Perú; Mariano Pachaguaja, a los aymara bolivianos y así hasta 12 representantes de Ecuador, Brasil, México y Argentina. Se autodenominan “Guerreros Espirituales” y lanzaron un mensaje de movilización por la supervivencia de la especie y la naturaleza. Águila Nublada dijo: "Es importante que los gobiernos entiendan lo que queremos decir. Si seguimos atacando al planeta, no quedará nada para los niños". Para después añadir: “Mi misión es tomar contacto con los "Guerreros de colores" que viven aquí. "Son -dijo-como el arco iris, personas de muchos colores y culturas que, unidas, forman el blanco. Si miras a la humanidad desde el espacio, hay un solo color. Ésa es la imagen que queremos transmitir".
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