Por:
Javier Coria.
Fatos Kongoli, uno de los
máximos representantes de las letras albanesas, muestra en Tirana Blues la crudeza de una sociedad que trata de librarse de
sus demonios.
Dos
historias de amor interrumpidas. El cadáver abandonado de un joven. Un
inspector que intenta atrapar a los asesinos. Con estas líneas argumentales,
con personajes y escenarios diversos, intelectuales y mafiosos, la capital y la
periferia, Fatos Kongoli crea una novela, a veces burlona, que ahonda en la
realidad contemporánea de su país, un presente en el que las calamidades y el
infortunio ya no sorprenden a nadie.
Tras
las cinco novelas del ciclo “Las cárceles de la memoria”, entre las que se
encuentran Una nulidad de hombre, El sueño de Damocles
y
Piel de perro, publicadas por
Siruela, que auparon al autor a la élite de las letras albanesas, Kongoli
vuelve a sorprendernos con este libro. Los lectores hallarán en las páginas de Tirana Blues todo un mundo cargado de
dolor y amargura por la inconcebible degradación de una sociedad que trata
desesperadamente de librarse de sus propios demonios.
El
protagonista de la novela, Fatos Nano, nos conduce en Tirana Blues por un paisaje de marginalidad, partiendo de dos
mundos aparentemente inconexos: Tirana, la capital, donde la vida parece
discurrir con toda normalidad, y los suburbios, que con la caída de la
dictadura de Enver Hoxha y el consiguiente colapso de las estructuras sociales
y económicas en la casi totalidad del país, crecieron sin orden ni concierto a
las afueras de la “gran” ciudad.
El
elemento que conecta ambos mundos es el eje corrupción-política-mafia-marginación.
Este eje facilita los mimbres con los que el autor elabora la trama.
Si
bien el hilo conductor es la investigación que lleva a cabo el inspector Kurti,
que tras el cadáver abandonado de un joven, trata de atrapar a los asesinos,
este hilo se ve interrumpido casi constantemente por la narración de vivencias,
pensamientos y recuerdos de los diferentes protagonistas del relato, que vienen
a dar el necesario color al trasfondo de la novela, configurando el paisaje
completo que da verosimilitud a la trama; aunque a veces el recurso a la
analepsis y la narración discursiva, dificulten el fluir del relato.
El
joven Eral Perjaku se mete muy a su pesar en una situación harto difícil fruto
de su pertenencia al mundo marginal del suburbio; el inspector Kurti se ve
inmerso en una investigación en la que topa una y otra vez con el complicado
triangulo corrupción-mafia-política; y el profesor Platón, que se convierte en
protagonista involuntario y pasivo del suceso que da origen a la investigación,
son los tres pilares en torno a los cuales se va dibujando el mapa completo de
este relato.
Fatos Kongoli
(Elbasan, Albania Central, 1944) Matemático de formación, trabajó como
periodista literario y redactor editorial. Después de la caída del régimen de
Enver Hoxha, comenzó a publicarse su obra literaria, que obtuvo un gran
reconocimiento tanto en su país como en el extranjero. Actualmente, reside en
Tirana. Considerado por la crítica internacional como el sucesor de Ismaíl
Kadaré.
Lea
el primer capítulo:
Foto portada: Fatos Kongoli por John Foley, cortesía de Siruela.
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