Por:
Javier Coria.
Carme Claramunt Barot fue la primera
mujer fusilada en el Campo de la Bota, descampado de Barcelona donde el régimen
franquista ejecutó a 1.717 personas, entre 1939 a 1952. El libro “Executada”,
del historiador Emili Ferrando, recupera la historia de esta trabajadora que la
Falange calificó de peligrosa roja-separatista.
Carme
Claramunt Barot tenía 41 años y había nacido en Roda de Berà (Barcelona),
aunque era vecina de la ciudad de Badalona, donde hoy un Casal lleva su nombre.
De los cien badaloneses que en la posguerra fueron fusilados en el Campo de la
Bota, solo había una mujer, Carme; que tuvo el triste honor de ser la primera
mujer, de las once, que fueron fusiladas en el “El Camp de la Bota”, antigua
zona de barracas situadas en el linde entre la ciudad de Sant Adrià del Besòs y
Barcelona. El 18 de abril de 1939, a las
cinco de la mañana, Carme Claramunt se enfrentaba al pelotón de fusilamiento.
Hoy se la recuerda como la primera catalana ejecutada por el franquismo.
Esa
fue la condena resultado del Consejo de
Guerra Sumarísimo que decretó: “Delito:
Rebelión Militar. Pena: Muerte”. Así consta en el Archivo del Gobierno
Militar de Barcelona que el historiador consultó para este libro. Los juicios
sumarísimos tenían de todo menos garantías procesales y, lejos de impartir
justicia, se utilizaban para eliminar al opositor político, para vengarse del
vencido, para impartir terror a un pueblo que salía de una guerra, donde los
verdaderamente rebeldes y golpistas, fueron los militares franquistas. No
olvidemos que el último Consejo de Guerra Sumarísimo contra civiles se realizó
en 1975, con el resultado de las cinco penas de muerte que todos conocemos. En
el proceso a Carme Claramunt se utilizó un estrambótico informe de miembros de
la Falange, que entre otras cosas decía: “Individua
peligrosísima. Gran propagandista de las ideas rojo-separatistas. Militante de
la “Esquerra” y de “Estat Català”. Autora de infinidad de denuncias a personas
de derecha. En su casa se celebraban reuniones de hombres y mujeres. También
poseía armas. Persona peligrosísima y nefasta para el G. M. N. (Gran Movimiento
Nacional)”. Ninguna prueba, sólo palabrería fascistoide. Como en otros
muchos casos, Carme Claramunt fue denunciada por unos vecinos cuyo hijo había
muerto en el frente cuando formaba parte del ejército franquista. Un acto de
venganza. Los falangistas detuvieron a Carme Claramunt y a su tía Angelina
Picas.
Portada del libro
UNA CARTA DESDE EL PASADO
En
todas estas historias la transmisión oral es muy importante, y la participación
de los familiares. De esta forma nos ha llegado la última carta de Carme
Claramunt escrita estando en capilla, concretamente en la de la cárcel de
hombres de la Modelo de Barcelona. La carta va dirigida a su tía – “tieta”, en catalán-, la citada Angelina Picas, que estaba presa en
la cárcel de mujeres de Les Corts, y condenada a perpetuidad, aunque luego fue
indultada. El testimonio de Joan Mercadé
Rius sirvió para localizar esta escalofriante carta. La madre del señor
Mercadé, Teresa Rius Colet, estuvo
presa con Angelina Picas, y la misiva llegó a sus manos, y luego pasó a la
familia, donde se guardó. Teresa Rius fue detenida cuando intentaba reunirse
con su marido en Francia. Josep Mercadé
Arral, que así se llamaba el marido, consiguió cruzar la frontera, pero
moriría en 1941, en el campo de Mauthausen.
Joan Marcadé visitaba a su madre en la cárcel y, en 1960, viajó a París para
buscar sobrevivientes del campo nazi y que hubieran conocido a su padre. Todos
estos recuerdos, como niño temeroso cuando entraba en el penal para ver a su
madre, y que no comprendía por qué su mamá estaba allí; o cuando con
veinticinco años, un joven católico y catalanista viajó en busca de sus raíces,
o mejor dicho, en busca de la memoria de la represión nazifascista, que por lo
tanto es la memoria de todos…, todo esto lo testimonió en varias entrevistas
que hoy se conservan grabadas y forman parte de las fuentes que manejó Emili Ferrando
para el libro “Executada”. Joan Mercadé ya publicó la carta en 2004, y ahora
incluso está en la Red, en el portal dedicado a la memoria de las presas de la cárcel de Les Corts. Además de este libro, sobre la
biografía de Carme Claramunt existe un cortometraje de título homónimo y prácticamente
inédito; sólo se pudo ver en un ciclo en el barrio de Les Corts, ciclo titulado
“La presó invisible” (La prisión invisible).
Original de la carta de Carme Claramunt
La
carta está fechada el 18 de abril de 1939, y tiene muchas expresiones de una
persona creyente, ya que habla de Dios y del cielo, donde esperaba reunirse con
su querida “tieta”. Comienza así:
“Estimada tieta, ha venido el juez y ha decretado la pena de muerte y me ha
dicho que así lo había decretado el Generalísimo y esta mañana a las cinco me
van a fusilar, tú ya sabes que matan a un inocente”.
Vista aérea del Campo de la Bota
LAS OTRAS FUSILADAS EN EL CAMP DE LA
BOTA
En
los meses siguientes llegarían para ser ejecutas en el mismo lugar en donde lo
fue Carme Claramunt, y procedentes de la cárcel de mujeres de Les Corts, diez
mujeres más: Eugenia González Ramos,
20 años de edad, de Hortaleza (Madrid); Cristina
Fernández Perera, 39 años, de Villasinde (León); Ramona Peralba Sala, 35 años, Gironella (Barcelona); Dolors Giorla Laribal, 27 años, de
Barcelona; Magdalena Nolla Montseny,
34 años, de Astorga (León); Elionor
Malich Salvador, 60 años, sin especificar origen en el registro de la
cárcel, solo pone que era viuda y de profesión portera; Virginia Amposta Amposta, 50 años, de El Pinell de Brai
(Tarragona); Asumpció Puigdelloses Vila,
43 años, de Vic (Barcelona); Inés
Giménez Lumbreras, 24 años, de Madrid. A la lista hay que añadir la de Neus Bouza Gil, que no aparece en el
registro carcelario, pero sí en los listados recogidos en el libro del
historiador Josep M. Solé i Sabaté, La represió franquista a Catalunya,
1938-1953.
El autor Emili Ferrando
Neus Bouza tenía 22 años, militaba en
la CNT y era vecina
del barrio del Poblenou. Como en muchos otros casos, Neus fue detenida por la acusación
de un vecino. Estuvo en la retaguardia
durante la guerra en labores de apoyo. Se le juzgó por su militancia
anarquista y por defender al gobierno legítimo de la República. Quizá pueda
haber algún error en los nombres y fechas, propio de anotaciones manuales, como
lo había en la ficha de Carme Claramunt, donde se le cambió el segundo apellido
y la edad, ahora corregido tras la investigación del historiador… Pero estos
son los nombres, estas son parte de las víctimas de la represión franquista. Y
no, no murieron en una guerra, fueron ejecutadas en la posguerra; muchas por
sus ideales republicanos, catalanistas, anarquistas, etc., y muchas simplemente
por delaciones o bulos interesados, provocados por celos, venganzas personales
o intereses económicos. Todo ello nos pone delante de la imagen de lo más
aborrecible de la condición humana. Gracias a historiadores, familiares de las
víctimas, periodistas, activistas de la memoria, etc., ahora empezamos a
conocer estas historias. Como ejemplo el libro de Emili Ferrando y gracias a
los guardianes de la memoria, como los grupos, en este caso, de mujeres presas
durante el franquismo, o los sitios en Internet que recogen las investigaciones
y el tributo a estas luchadoras. Entre ellas cabe destacar la citada “Presó de Dones de Les Corts”, y la
organización republicana “També hi som”,
de Roda de Berà (Tarragona). Uno de sus fundadores fue el citado Joan Mercadé.
Cristina Fernández Pereira, tiene también un libro que relata los hechos que dieron lugar a su fusilamiento: "Puerta a ningún sitio"
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