Un libro dedicado al mundo del cabaret y la revista
Varietés recorre la estética de esa “otra”
cultura española, popular entonces y marginal hoy, controvertida para el poder
y liberadora para muchos, llena de magia y luz pero también de pequeñas
miserias y oscuridades.
La Fábrica edita Varietés, un libro
dirigido por Juan Sánchez y Rafa Doctor y creado a partir de sus colecciones
personales, que recorre la estética del espectáculo de variedades en España a
través de 244 fotografías y 247 páginas que homenajean un mundo que se extingue
y al que cada vez es más difícil seguir la pista.
Las páginas de Varietés atraviesan
la historia del espectáculo de variedades desde sus primeras huellas como
“género ínfimo” para mostrar su evolución. En él tienen cabida las imágenes de
la época de la revista que triunfó clamorosamente a finales de los años veinte,
pasando por la prevalencia de lo folclórico durante la dictadura -una época
gris para el género-, así como la España más jacarandosa de los cincuenta y los
excesos estéticos de los setenta, marcados por lo kitsch y el
barroquismo.
Fascina en Varietés apreciar los apelativos
de los artistas, con guiños a míticas estrellas de cine, ciudades o regiones,
sonoridades extranjeras… así como el papel de las variedades como refugio para
mujeres que huían de aquellos lugares donde su honorabilidad había sido puesta
en entredicho y homosexuales que encontraban en aquel ambiente complicidad y
halagos a su arte. Es crucial valorar asimismo la gran importancia de los
fotógrafos del momento en la imagen publicitaria de estos artistas y sus
espectáculos, incorporando su estilo a la hora de retratarlos. Mientras el
famoso Gyenes se limitó a fotografiar a grandes nombres del espectáculo, aunque
a veces hiciera concesiones a artistas de menor calado, otros como Vicente
Ibáñez y Pérez de León no tuvieron problema en recibir en sus estudios a los
más ignotos artistas de los géneros más diversos. Con sus aportaciones
escenográficas, crearon una estética a veces surrealista y otras absurda, pero
casi siempre llamativa y divertida.
En definitiva, el libro celebra la existencia del
género ínfimo, el frívolo, el cabaret, las varietés o variedades:
géneros en los que tuvieron cabida vedettes y coristas,
folclóricas y modernas, exóticas y raciales y, por descontado, caricatos y
cantaores, contorsionistas y bailaores, magos y malabares, cuerpos de baile y
equilibristas… Busca que el lector viva la frivolidad, lo ligero, lo falto de
importancia, lo caprichoso y lo efímero que tantas cosas cuentan sobre una
época y unos artistas que no llegaron a ser lo que soñaron. Estrellas sin
demasiada luz que iluminaron noches de espectáculos en locales de categoría
dudosa, de alegría impostada y de amores tan fugaces como ese fulgor que ellos
irradiaban en la pista o el escenario.
Varietés no es solo un libro de
fotografías: es un libro lleno de historias de artistas que llevaban escritos
en sus rostros las alegrías y las penurias de sus vidas. En definitiva, «dramas
y comedias», la más pura esencia del espectáculo.
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