Carta del general Franco a Mussolini
Jefe del Estado y Generalísimo del
Ejército español
MADRID, 15 de agosto 1940
DUCE
ESTIMADO:
Desde
el comienzo del conflicto actual, ha sido nuestra intención hacer los mayores
esfuerzos en los preparativos, con el fin de entrar en la guerra extranjera en
una oportunidad favorable en proporción a los medios a nuestro alcance, ya que
la falta de las provisiones más importantes y la interrupción de las
comunicaciones con Italia y Alemania han obstaculizado cada operación hasta el
momento.
Las
victorias rápidas y devastadoras en Flandes alteraron la situación; la derrota
de Francia dejó libre nuestras fronteras, lo que reduce la grave tensión que
junto con nuestros marroquíes han estado teniendo desde nuestra Guerra Civil.
A
partir de este momento, nuestro horizonte se hizo más brillante, nuestra
operación se hizo posible y podría llegar a ser muy eficaz, una vez que se han
eliminado las dificultades de aprovisionamiento.
De
esta manera, a la entrada de su Nación en la guerra, tuvimos que tomar una
posición más clara, una de estado de alerta, de cambiar a uno de no
beligerancia que, en el ámbito de las relaciones exteriores, no podía dejar de
tener gran repercusiones. Esto despertó los celos y la oposición, y desató una
ofensiva anglo-estadounidense contra nuestro aprovisionamiento, agravada en
estos días por las nuevas medidas adoptadas por los Estados Unidos en contra de
nuestras exportaciones, y por las medidas de bloqueo inglés, causando graves
tensiones en nuestras relaciones con estos países.
Las
consecuencias que la conquista de Francia va a tener para la reorganización de
los territorios del norte de África han hecho aconsejable para mí, ahora que ha
llegado el momento, de encargar a mi embajador en Roma transmitir a Vuestra
Excelencia las aspiraciones y reivindicaciones españolas tradicionalmente
mantenidas a lo largo de nuestra historia en la política exterior de España,
hoy más vivo que nunca en nuestra conciencia; a los territorios, cuya
administración actual es consecuencia de aquella política franco-inglesa de
dominación y explotación, de los que Italia también tiene tantas cicatrices. A
las aspiraciones legítimas de España se añaden
en este caso los requisitos de seguridad que requiere la eliminación de
una frontera débil y escasamente protegida y asegurando de nuestras
comunicaciones con el grupo canario.
De
esta manera, España, además de la contribución que hizo a la creación del Nueva
Orden, a través de nuestros años de dura lucha, ofrece otra preparándose para
tomar su lugar en la lucha contra los enemigos comunes. En este sentido, hemos
solicitado a Alemania lo necesario para la acción, mientras que empujamos hacia
adelante los preparativos y hacemos todo lo posible por mejorar la situación de
aprovisionamiento en la medida de lo posible.
"Paquita la culona" (así apodaba Queipo de Llano a Franco) e Il Duce
Por
todas estas razones, entenderá la urgencia del escrito que, para pedir su
solidaridad en estas aspiraciones para el logro de nuestra seguridad y la
grandeza, mientras que al mismo tiempo, os aseguro nuestro apoyo incondicional
para su expansión y su futuro.
Con
mi mayor admiración para los camaradas italianos valientes que luchan tan
gloriosamente, yo os envío mis saludos más cordiales.
F.
FRANCO
A Su
Excelencia
Señor
Benito Mussolini
Jefe
del Gobierno de Italia.
***
Carta de Mussolini al general Franco
El Jefe de Gobierno y Duce del
fascismo
ROMA, 25 de agosto 1940
Para el jefe del Ejecutivo español
Generalísimo Don FRANCISCO FRANCO
BAHAMONDE
MADRID.
FRANCO
ESTIMADO
Le
agradezco la carta que me ha enviado, en la que esboza la posición de España en
la actual etapa de la guerra.
Me
gustaría dejar claro a usted, que su carta no me ha sorprendido.
Desde
el estallido de la guerra he mantenido la opinión de que "su" España,
la España de la Revolución Falangista, no podía permanecer neutral hasta el
final de la guerra, pero en el momento justo iba a cambiar a no beligerancia y
finalmente a la intervención.
En
caso de que no ocurra, España podría alienarse a sí misma en la historia
europea, especialmente la historia del futuro, que las dos potencias del Eje
victoriosas determinarán.
Además,
ella no tendría justificación moral para la solución de sus cuestiones africanas
y, permítame decirle a usted, que una revolución victoriosa debe fijarse metas
extremas de tipo internacional, tales objetivos, por lo tanto, al igual que, en
un momento dado, requiere la atención completa y el esfuerzo total de un
pueblo.
Está
claro para mí que España, después de tres años de guerra civil, necesitaba un
largo período de recuperación, pero los acontecimientos no lo permitirán, y su
condición económica interna no va a empeorar cuando se cambia de no
beligerancia a la intervención.
Los "Tres tenores" del franquismo, el nazismo y el fascismo europeo
Me
gustaría decirle a usted, querido Franco, que, con estas mis consideraciones
prácticas, no deseo acelerar en lo más mínimo la decisión que tiene que tomar,
porque estoy seguro de que en sus decisiones procederá en base de la
protección de los intereses vitales de su gente y estoy tan seguro de que no va
a dejar pasar esta oportunidad de dar a España su Lebensraum* africano.
No
hay duda que, después de Francia, Gran Bretaña será derrotada; el régimen
británico sólo existe en un sólo elemento: la mentira.
Desde
luego, no necesito decirle que, en sus aspiraciones, puede contar con la plena
solidaridad de la Italia fascista.
Le
ruego, querido Franco, acepte mis más cordiales saludos y camaradería.
Mussolini
FUENTE:
Equipo Nizkor
Foto
portada: Serrano Suñer, Franco y Mussolini
NOTA:
Traducidas del inglés, pero la versión original están tan burdamente escritas
como estas. De los errores de traducción soy yo el único responsable. Soy de
los que estudiaron en la época en que se daba francés en las escuelas. Por cierto,
estudiábamos en castellano, y como lengua extranjera la citada, pero nunca en
catalán, era un colegio público de Barcelona. No es que estuviera prohibido,
simplemente se ignoraba. De aquellos polvos…
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