Texto
y fotos: Javier Coria
Desde el superventas Ken Follett,
pasando por el dibujante Nazario y su recuerdo al ramblero mayor, el pintor
Ocaña, hasta los políticos de turno o los libros cuyo precio es un abrazo, todo
ello lo repasamos en esta crónica heterodoxa de un luminoso día de Sant Jordi
2015.
Amaneció
un soleado día que presumía una estupenda jornada de Sant Jordi, cuando las
calles y plazas de Catalunya se llenan de libros, rosas, políticos y, los
escritores y sucedáneos, parecen multiplicarse hasta un número infinito. Mi
barrio se desperezó con los primeros puestos de rosas y con las paredes
repletas de pequeños carteles de la llamada “Guerrilla Uterina”, con textos
como: “Las mujeres no somos princesas, ni necesitamos ser salvadas”, y otros
que criticaban el tufillo machista de una tradición que manda regalar rosas a
las mujeres y libros a los hombres. Claro que ya hace tiempo que la tozuda realidad
ha superado esta costumbre, ya que son ellas las que más leen y más libros
compran.
La
primera parada la hicimos en el Palau Robert, en pleno Paseo de Gracia con la
Avenida Diagonal. Allí, el radiofonista Jordi Basté, conducía en directo su
exitoso programa matinal “El Món”, de la emisora del Grupo Godó, RAC1. El
invitado de honor era el mismísimo Ken Follett, el autor galés que ha vendido
la friolera de 150 millones de ejemplares en todo el mundo de sus treinta
títulos publicados. Vestido como un verdadero dandi, Ken Follett era la primera
vez que asistía a un Sant Jordi y se le veía impresionado por ver una ciudadanía,
a pesar de ser un día laborable, volcada en las calles y plazas cumpliendo con
el ritual de visitar las paradas de flores y de libros. Allí nos explicó cómo,
a pesar de tener la vida resuelta y haber escrito uno de los libros de mayor
éxito editorial de la reciente historia editorial, Los pilares de la Tierra (1989), se sigue levantando todos los días
a las siete de la mañana para escribir, para trabajar con la imaginación que, a
sus 66 años, le sigue motivando como lo hiciera en su infancia y adolescencia.
Vino a Barcelona a firmar la última entrega de su trilogía The Century (La caída de los
gigantes, 2010 y El invierno del
mundo, 2012), una historia del siglo XX, que termina con El umbral de la eternidad (2014), que un
su versión castellana y en catalán ya lleva vendidos dos millones y medio de
ejemplares en España. Aquí son legión
sus seguidores, por ello no se entendía que nunca hubiera venido a un Sant
Jordi, como tampoco habían venido hasta ahora Jo Nesbo, el escritor y cantante
noruego autor de la serie de novelas negras del inspector Harry Hole, o el magnífico
escritor James Ellroy, autor de dos joyas del género, como lo son La dalia negra o L.A. Confidential. Ken Follett relata un siglo XX convulso, pero: “El siglo XX es el más interesante. Desde
la misma manera que es el más brutal, el más dramático, también es el siglo de
la libertad. En la que la mayoría de países llegaron a la democracia. Muchos
grupos, por ejemplo las mujeres, consiguieron muchos logros. Es un contraste de
nuestros más altos ideales y la terrible violencia que hubo”. En la primera
parte de la trilogía, La caída de los
gigantes, se habla de la primera Guerra Mundial y la revolución
bolchevique, y la lucha de las mujeres por el sufragio universal. Curiosamente
es uno de los periodos menos conocidos y poco tratados tanto en el cine como en
la novelística, para Follett: “Se ha
escrito más de la Segunda Guerra Mundial porque el enemigo era realmente
diabólico, los fascistas eran diabólicos. En la Primera Guerra Mundial ninguno
era diabólico, quizá esto hace que los novelistas y cineastas prefieran narrar
una contienda donde los bandos, del bien y del mal, estaban más definidos”.
Aunque uno prefiere otro tipo de literatura, no les niego que disfruté con las
primeras novelas de Follett, La isla de
las tormentas y La clave está en
Rebeca, pero preguntado por cuál sería la mejor novela para introducirse en
su mundo de voluminosos bestsellers, el autor nos recomienda una de sus primeras novelas, la citada La
isla de las tormentas, que también se le conoce por El ojo de la aguja,
por el título de la película de 1981dirigida por Richard Marquand, con un
estupendo Donald Sutherland como espía alemán. Follett nos dijo a los
periodistas que: “Catalunya, y la Guerra
Civil española, tendrán un peso importante en mi próximo libro”. Y
preguntado por el proceso soberanista catalán, dijo que lo conocía un poco,
pero él está en contrata de la separación del País de Galés del Reino Unido: “Nací en Galés, y quiero a mí país, no soy
inglés, pero nunca he sido nacionalista y creo que estamos mejor en la federación
británica. Que nos gobiernen desde Londres o Estrasburgo, no es un problema
para mí. No tengo una simpatía sentimental con el nacionalismo, me parece
bonito como sentimiento, pero no lo veo práctico”.
Dejamos al autor galés que se va a firmar sus libros
y nos dirigimos a la Puerta del Ángel, donde delante de unos grandes almacenes
está firmando otro Ángel, Miguel Ángel Revilla, el expresidente de Cantabria,
reconvertido en tertuliano, para algunos telepredicador, de platós varios. No
hay nada como salir en la tele para que la curiosidad y los malditos selfies
se multipliquen exponencialmente. Luego volveremos a encontrarnos con el
campechano personaje que tuvo la gracia de decir en su día que en la boda de
los entonces príncipes, Felipe y Leticia, había comido “deficientemente”. Más tarde lo vimos con el televisivo Boris
Izaguirre, con Sor Lucía Caram, el periodista Jesús Cintora (que recibió muchas
muestras de solidaridad por su reciente despido de las “Mañanas Cuatro TV”) y
el exjuez Elpidio Silva. Claro que fue en la Ramblas donde la nube de cámaras
de televisión y periodistas en busca de una declaración se agolpaban detrás del
presidente de ERC, Oriol Junqueras, que con el popular locutor de radio, Justo
Molinero, firmaban el libro que protagonizan, Revoltats. Molinero, dueño
de la cadena de radio TeleTaxi, aconsejaba en Junqueras en una entrevista de
Catalunya Ràdio: “No te falta carácter,
Oriol, pero eres demasiado educado, de vez en cuando es necesario un golpe de
puño en la mesa”. Confesó el comunicador que en la consulta del 9 N él votó
Sí-No, pero que: “La independencia no se
contradice con el hecho de que yo me sienta andaluz”.
Buscando a los verdaderos protagonistas de este
día, que son, o deberían serlo, los libros, nos acercamos a la plaza de Sant
Just, donde se concentran los amantes de los libros como objeto de arte. En la Octava
Feria del Libro de Artista y la Pequeña Edición, donde uno puede encontrar
verdaderas joyas de la edición y la encuadernación artesanal. A estas horas ya
se empiezan a conocer los libros más vendidos, y el Gremio de Editores nos da
los primeros datos. Parece que este año el mercado ha estado, en cuento a
títulos, más diversificado, ha aumentado la venta de libros en catalán. En
ficción en castellano La templanza de María Dueñas, es la novela más
vendida, seguida de cerca por Blitz de David Trueba, Hombres Buenos,
de Arturo Pérez-Reverte, El mundo azul. Ama tu caos de Albert espinosa y
el cómic de Mortadelo y Filemón, El tesorero, que firma el genial
Francisco Ibáñez y que está dedicado a Bárcenas. En catalán encabeza la lista
Xavier Bosch, con Algú com tú, seguido por Silvia Soler con Un any i
mig. En no ficción me ahorro de contarles la lista, pero ya se imaginaran
que son libros de famosos programas de cocina, de las nuevas estrellas de la
televisión, los economistas, etc. Los del Gremio también nos informan que la
venta en librería ha aumentado este año, en un 4%, y que hay disparidad en cuanto
a los libros más vendidos en Lleida, Girona y Tarragona.
Aparcando las cifras, nos vamos a la Plaza Real, y
allí nos encontramos a uno de sus más ilustres vecinos, que también firma
libros. Se trata del dibujante Nazario, que acompañado de dos “azafatas” y con
el universo del malogrado pintor Ocaña, estampa su dedicatoria en el volumen Nazario
íntimo. Lo propio hace Mar Guixé en Su tu príncipe azul pero eres
daltónica, o Conrad Roset en Mirabilia. En la misma plaza nos
encontramos con el puesto más curioso de la jornada. Una mesa llena de libros
con unos llamativos carteles en inglés y castellano, donde nos dicen: “Las cosas no son gratis, pero se pueden
comprar sin dinero”. Y así es, aquí no se paga con dinero. Se trata de la
iniciativa, que ya va por la quinta edición, de una organización social sin
ánimo de lucro y que se llama “1010 Ways To Buy Without Money”, o lo que
es lo mismo, formas de comprar sin dinero. Y claro, quiero que me lo expliquen,
y el portavoz no es otro que Carlitos, así, a secas y que me aclara: “No Carlos, Carlitos”. Pues bien,
Carlitos, de qué va esto: “Desde hace
cinco años que venimos al Sant Jordi, pero también otros días, y vendemos
libros sin dinero. Qué quiere decir esto, que cada libro se vende, no se
regalan, no son libros gratis, pero tienen un pago que no implica dinero. Hay
libros muy baratos, con pagos muy asequibles, como llamar a tu madre y decirle
que la quieres, o dar veinte abrazos, que son pagos a la altura de todos los
bolsillos. Pero hay otros libros que tienen un precio más caro o muchísimo más
caros, como por ejemplo adoptar un animal, plantar un árbol, o dejar de fumar.
Este año, por primera vez, también tenemos un puesto en la plaza de Sans, donde
el precio único de todos los libros es donar sangre, en una unidad de donación
de sangre que está junto al puesto”.
No me digan que no es curioso, todos
los libros son donaciones, claro. Yo dudo si darle un abrazo a Carlitos o
explicarle un chiste, “moneda” que también se acepta, para llevarme un libro o
seguir mi ruta. Y esta vez recalo en Taifa Llibres, en la calle Verdi, en pleno
corazón del barrio de Gràcia. Por allí me encuentro la librería abarrotada, con
Jordi Duarte y sus compañeros vendiendo libros como nunca, y paseando entre
libros y vigilándolo todo, al librero, poeta, editor, crítico y alma de la
librería, José Batlló. Ahí me encuentro a Antoni Batista con su ensayo Matar
a Franco, sobre los atentados fallidos contra el dictador. El periodista y
escritor nos cuenta que: “De haber
tenido éxito el de 1962, la Transición se hubiera adelantado diez años y
hubiera sido diferente”. Anarquistas, falangistas, antifranquistas
intentaron matar a Franco, que nos dice Batista que era un paranoico de la
seguridad. Precisamente ese atentado fallido de 1962 es considerado el más
importante intento, que fue planeado por la CNT con la ayuda logística de la
ETA. Rememorando batallitas de lo que pudo y no fue, llega el diputado de la
CUP David Fernández, que viene acompañado por el cantante vasco Fermín
Muguruza, que firma su novela gráfica Black is beltza. A las nueve de la
noche se empiezan a recoger las paradas y a los escritores desfallecidos en
este maratón de firmas. Comienzan las fiestas y los conciertos, como el de la
antigua fábrica de cervezas Damm. El Gremio de Libreros sigue emitiendo
comunicados, el último habla de tendencias del mercado de este Sant Jordi 2015,
que resumen en: 1) Se han comprado más de un libro por persona. 2) Se han
comprado más ediciones en tapa dura que en formato bolsillo. 3) Las ventas se
han diversificado y no se concentran en pocos libros. En fin, hasta el próximo
año, y que las buenas lecturas les acompañen todos los días del año.
Publicado en el diario Público
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