ENCUENTRAN EL PRIMER PLANETA “REALMENTE” HABITABLE
Gliese 581g, a 20 años luz de la Tierra, es el mundo más parecido al nuestro de todos los descubiertos hasta ahora.
José Manuel Nieves
Esta vez, la cosa parece ir más en serio que nunca hasta ahora. De hecho, ninguno de los más de 500 planetas extrasolares descubiertos hasta el momento reúne las excepcionales condiciones que se dan en Gliese 581g, un mundo que tiene tres veces la masa de la Tierra (suficiente para sustentar una atmósfera) y que se encuentra justo en el centro de la zona de habitabilidad de su estrella, es decir, dentro de la estrecha franja orbital que permite la existencia de agua en estado líquido.
El hallazgo, que puede marcar un antes y un después en la búsqueda de «nuevas Tierras», acaba de ser anunciado por un equipo de astrónomos de las Universidades de California y Santa Cruz y del Instituto Carnegie de Washington y será publicado próximamente en Astrophysical Journal. Si los datos se confirman, el nuevo mundo sería el más parecido al nuestro de todos los que se han descubierto hasta ahora. Tanto, que podría albergar agua y reunir las condiciones necesarias para ser habitable.
Sin embargo, el mero hecho de que Gliese 581g sea considerado capaz de sustentar vida no significa necesariamente que sea un lugar agradable para vivir en él. La habitabilidad de un planeta depende de numerosos factores, y las variables necesarias pueden variar mucho de una a otra zona dentro de un mismo mundo.
Sin ir más lejos, aquí, en la Tierra, existen numerosos entornos en los que, a pesar de que existe la vida, los seres humanos no podrían vivir. Lo realmente importante de Gliese 581g es que reúne, por primera vez, las dos condiciones más importantes que se consideran necesarias para que la vida pueda existir: la posibilidad de agua en estado líquido y la presencia de una atmósfera que retenga los gases necesarios.
Muchos más como éste
«Nuestros hallazgos -asegura Steven Vogt, profesor de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Santa Cruz- suponen un caso muy convincente de planeta potencialmente habitable. Y el hecho de que hayamos sido capaces de detectar este planeta tan rápidamente y tan cerca de nosotros nos dice que los mundos como éste deben ser realmente comunes».
El nuevo planeta se encuentra a 20 años luz de la Tierra, alrededor de una estrella, Gliese 581, muy bien conocida por los cazadores de planetas. De hecho, con éste ya son seis los mundos descubiertos en órbita de esta enana roja.
Los hallazgos se basan en el análisis de once años de observaciones del observatorio Keck, en Hawai. Para Paul Butler, del Instituto Carnegie, la combinación de nuevas técnicas y grandes telescopios terrestres sigue liderando claramente la revolución de los exoplanetas. «Ahora -afirma el astrónomo- el único límite a nuestra capacidad para encontrar mundos potencialmente habitables es el tiempo que tengamos asignado el telescopio».
En realidad, son dos los nuevos planetas que el equipo de astrónomos ha descubierto alrededor de Gliese 581, lo que eleva a seis el número total de mundos que orbitan esta enana roja. Pero el más interesante es, sin duda, el «g», con una masa entre tres y cuatro veces la de la Tierra y un periodo orbital de 36,6 días. Su masa indica que, con toda probabilidad, se trata de un mundo rocoso, como el nuestro, con una superficie bien definida y con una gravedad suficiente para retener su propia atmósfera.
No es la primera vez que se anuncia el descubrimiento de un mundo potencialmente habitable alrededor de esta pequeña estrella. En efecto, otros dos planetas de este sistema se encuentran en las fronteras mismas de la zona de habitabilidad de Gliese 581 y suscitaron, al ser descubiertos, el entusiasmo de la comunidad científica.
Sin embargo, ninguno de los dos ofrece plenas garantías: uno de ellos (el planeta «c») está en el «borde caliente» (más próximo a la estrella) de la zona habitable; y el otro (el planeta «d»), se encuentra en el «borde frío». Ambos, por lo tanto, ofrecen a los científicos dudas más que razonables sobre sus condiciones de habitabilidad.
Pero el caso del planeta recién descubierto es muy diferente: «g» está justo en medio de la zona de habitabilidad. En nuestro propio Sistema Solar, el centro de la zona habitable está ocupado por la Tierra, y las fronteras caliente y fría por Venus y Marte, respectivamente. El primero es un planeta tórrido, el segundo un mundo helado. En Gliese 581, explica Vogt, «tenemos planetas en los dos lados de la zona habitable, uno demasiado frío y otro demasiado caliente, y ahora tenemos uno justo en el medio, que es lo correcto».
Noche perpetúa
Otra peculiaridad del nuevo mundo es que, debido a las fuerzas de marea y a la distancia a la que se encuentra de su estrella, es más que probable que muestre siempre la misma cara a su sol, de la misma forma en que la Luna muestra siempre la misma cara a la Tierra. Lo cual significa que la mitad del planeta vive permanentemente de día y la otra mitad está sumida en una noche perpetua.
Los investigadores estiman que las temperaturas medias de Gliese 581g oscilan entre los -31 grados en el lado oscuro y los -10 en la cara iluminada. Y para Vogt, la zona más favorable para la vida de todo el planeta es precisamente la que está a ambos lados de la línea que separa la luz de la sombra (llamada «terminador»), con temperaturas que van disminuyendo a medida que nos acercamos a la zona nocturna y que van aumentando al acercarse a la zona diurna. «Cualquier forma de vida tendría un amplio rango de climas estables para elegir dónde asentarse», opina Vogt.
FUENTE: ABC
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¿Es realmente posible un contacto con otra civilización? El descubrimiento del planeta Gliese 581g reabre la polémica cuestión.
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