La presente
entrevista a Federico García Lorca fue publicada el 10 de junio de 1936 en el
diario madrileño El Sol. Dos meses después,
el 18 de agosto, García Lorca fue asesinado por un pelotón de fusilamiento en
Víznar, pueblo de Granada, por lo que estamos ante la última entrevista que
concedió.
Junto al poeta,
también fueron “paseados” el maestro nacional de Paulinas (Granada), Dióscoro Galindo
González, defensor de la escuela laica y popular, y dos banderilleros
anarquistas, Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas. Los dos eran
miembros de la CNT-FAI, y se unieron a la resistencia antifascista granadina
para hacer frente al golpe militar contra la República. Los militares franquistas,
la Guardia Civil y los paramilitares falangistas, acusaron al poeta de los más
dispares “delitos”: ser socialista, anarquista, espía de la URSS, masón, haber
sido secretario personal del dirigente socialista Fernando de los Ríos y por
“práctica de homosexualismo y aberración”. La entrevista se publicó en la
sección: “Los
diálogos de un caricaturista salvaje”. El “caricaturista salvaje” no era otro que un gran amigo de Federico
García Lorca, el pintor y dibujante catalán Lluís Bagaría i Bou (1882-1940). De
formación autodidacta, comenzó pintando jardines con el estilo de Santiago
Rusiñol, del que sería amigo. Considerado uno de los mejores caricaturistas de
su generación, comenzó dibujando para las revistas satíricas El Rector de Vallfogona, Cu-Cut! y Or i Grana. Su reconocimiento por el mundillo artístico catalán le
vino tras la exposición de noventa caricaturas en Terrassa (Barcelona) en 1907.
Esto le abrió las puertas de las salas de exposiciones como la mítica Sala
Parés, donde llegó a exponer junto Isidre Nonell. Bohemio y modernista,
sarcástico feroz en sus caricaturas, y un estilo a veces arabesco, y otras veces sintético, que
le hacía capaz de extraer lo más característico del personaje con unas simples
líneas, pronto llamó la atención allende de las fronteras ibéricas. Entre los
años 1907 y 1912, trabajó en México, Nueva York y Cuba. De regreso a España,
colaboró con la revista Picarol y la
francófila España. Aunque como caricaturista
político y social descolló en las páginas del diario El Sol. Las más importantes revistas humorísticas europeas contaban
con la firma de Lluís Bagaría, ese era el caso de la francesa Le Rire o la alemana Simplicissimus. Durante la Guerra Civil,
el artista utilizó el lápiz y el pincel para denunciar la guerra y el fascismo,
en las páginas de la barcelonesa revista el Criticón
y el diario La Vanguardia. Para
salvar la vida, y gracias a la ayuda de otros colegas dibujantes, logró
refugiarse en Francia en 1938. Al año siguiente se exilió en Cuba, donde murió
un año después de arribar.
Agradecemos a María Torres, de "Búscame en el ciclo de la vida", por la transcripción de esta entrevista conversación, conversación un tanto
surrealista entre dos poetas, dos dibujantes.
Javier Coria.
“Los
diálogos de un caricaturista salvaje”
Por: Lluís Bagaría i
Bou. Ilustraciones: J. Maya.
Tú que has dado categoría lírica a la calabaza de Gil Robles y has
visto el búho de Unamuno y el perro sin amo de Baroja, ¿me quieres decir el
sentido que tiene el caracol en el paisaje puro de tu obra?
Me
preguntas el por qué de esa predilección por los caracoles de mis dibujos. Pues
muy sencilla: para mí, el caracol tiene un recuerdo sentimental de mi vida. Una
vez, estando dibujando, se acercó mi madre, y al contemplar mis garabatos me
dijo: “Hijo mío: Me moriré sin poder comprender cómo te puedes ganar la vida
haciendo caracoles”. Desde entonces, yo a mis dibujos los bauticé así. Aquí
tienes saciada tu curiosidad.
Poeta García Lorca, sutil y profundo, pues tu verso tenue y bello,
verso con alas de acero bien templado, horada la entraña de la tierra: ¿Crees
tú, poeta, en el arte por el arte o, en caso contrario, el arte debe ponerse al
servicio de un pueblo para llorar con él cuando llora y reír cuando este pueblo
ríe?
A
tu pregunta, grande y tierno Bagaría, tengo que decir que este concepto del
arte es una cosa que sería cruel si no fuera, afortunadamente, cursi. Ningún
hombre verdadero cree ya en esta zarandaja del arte puro, arte por el arte
mismo. En este momento dramático del mundo, el artista debe llorar y reír con
su pueblo. Hay que dejar el ramo de azucenas y meterse en el fango hasta la
cintura para ayudar a los que buscan las azucenas. Particularmente, yo tengo un
ansia verdadera por comunicarme con los demás. Por eso llamé a las puertas del
teatro y al teatro consagro toda mi sensibilidad.
¿Crees tú que al engendrar la poesía se produce un acercamiento
hacia un futuro más allá, o al contrario, hace que se alejen más los sueños de
la otra vida?
Esta
pregunta insólita y difícil de la aguda preocupación metafísica que llena tu
vida y que sólo los que te conocen comprenden. La creación poética es un
misterio indescifrable, como el misterio del nacimiento del hombre. Se oyen
voces no se sabe dónde, y es inútil preocuparse de dónde vienen. Como no me he
preocupado de nacer, no me preocupo de morir. Escucho a la Naturaleza y al
hombre con asombro, y copio lo que me enseñan sin pedantería y sin dar a las
cosas un sentido que no sé si lo tienen. Ni el poeta ni nadie tienen la clave y
el secreto del mundo. Quiero ser bueno, sé que la poesía eleva, y siendo bueno
con el asno y con el filósofo, creo firmemente que si hay un más allá tendré la
agradable sorpresa de encontrarme en él. Pero el dolor del hombre y la
injusticia constante que mana del mundo, y mi propio cuerpo y mi propio
pensamiento, me evitan trasladar mi casa a las estrellas.
¿No crees, poeta, que sólo la felicidad radica en la niebla de una
borrachera, borrachera de labios de mujer, de vino, de bello paisaje, y que al
ser coleccionista de momentos de intensidad se crean momentos de eternidad,
aunque la eternidad no existiera y tuviera que aprender de nosotros?
Yo
no sé, Bagaría, en qué consiste la felicidad. Si voy a creer al texto que
estudié en el Instituto, del inefable catedrático Ortí y Lara, la felicidad no
se puede hallar más que en el cielo; pero si el hombre ha inventado la
eternidad, creo que hay en el mundo hechos y cosas que son dignos de ella, y
por su belleza y transcendencia, modelos absolutos para un orden permanente.
¿Por qué me preguntas estas cosas? Tú lo que quieres es que nos encontremos en
el otro mundo y sigamos nuestra conversación bajo el techo de un prodigioso
café de música con alas, risa y eterna cerveza inefable. Bagaría: no temas… ten
la seguridad de que nos encontraremos.
Te extrañarás, poeta, de las preguntas de este caricaturista
salvaje. Soy, como sabes, un ser con muchas plumas y pocas creencias, salvaje
con dolorida materia; y piensa, poeta, que todo este equipaje trágico del vivir
floreció en un verso que balbucieron los labios de mis padres. ¿No crees que
tenía más razón Calderón de la Barca cuando decía “Pues el delito mayor del
hombre es haber nacido” que el optimismo de Muñoz Seca?
Tus
preguntas no me extrañan nada. Eres un verdadero poeta, que en todo momento
pone la llaga en el dedo. Te contesto con verdadera sinceridad, con simpleza, y
si no acierto y balbuceo, sólo es por ignorancia. Las plumas de tu salvajismo
son plumas de ángel, y detrás del tambor que lleva el ritmo de tu danza macabra
hay una lira rosa de las que pintaron los primitivos italianos. El optimismo es
propio de las almas que tienen una sola dimensión; de las que no ven el
torrente de lágrimas que nos rodea, producido por cosas que tienen remedio.
Sensible y humano poeta Lorca: seguimos hablando de cosas del más
allá. Soy repetidor del mismo tema, porque también el tema se repite él mismo.
A los creyentes que creen en una futura vida, ¿les puede alegrar encontrarse en
un país de almas que no tengan labios carnales para poder besar? ¿No es mejor
el silencio de la nada?
Bonísimo
y atormentado Bagaría: ¿No sabes que la Iglesia habla de la resurrección de la
carne como el gran premio a sus fieles? El profeta Isaías lo dice en un
versículo tremendo: “Se regocijarán en el Señor los huesos abatidos”. Y yo vi
en el cementerio de San Martín una lápida en una tumba ya vacía, lápida que
colgaba como un diente de vieja del muro destrozado, que decía así: “Aquí
espera la resurrección de la carne doña Micaela Gómez”. Una idea se expresa y
es posible porque tenemos cabeza y manos. Las criaturas no quieren ser sombras.
Lluís Bagaría i Bou visto por Ramón Casas
Fue
un momento malísimo aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una
civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una
delicadeza únicas en el mundo para dar paso a una ciudad pobre, acobardada; a
una “tierra del chavico”, donde se agita actualmente la peor burguesía de
España.
¿No cree, Federico, que la patria no es nada, que las fronteras
están llamadas a desaparecer? ¿Por qué un español malo tiene que ser más
hermano nuestro que un chino bueno?
Yo
soy español integral, y me sería imposible vivir fuera de mis límites
geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más. Yo soy
hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista
abstracta por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos.
El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la
siento hasta la médula; pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de
todos. Desde luego, no creo en la frontera política. Amigo Bagaría: No siempre
los interviuvadores van a preguntar. Creo que también tienen derecho los
interviuvados. ¿A qué responde esta ansia, esta sed de más allá que te
persigue? ¿Tienes verdaderamente deseos de sobrevivirte? ¿No crees que esto
está ya resuelto y que el hombre no puede hacer nada, con fe o sin ella?
Conformes, desgraciadamente, conformes. Yo soy en el fondo un
descreído hambriento de creer. Es tan trágicamente doloroso el desaparecer para
siempre. ¡Salud, labios de mujer, vaso del buen vino que supiste hacer olvidar
la trágica verdad: paisaje, luz que hiciste olvidar la sombra! En el trágico
fin sólo desearía una perduración: que mi cuerpo fuera enterrado en una huerta:
que por lo menos mi más allá fuese un más allá de abono.
¿Me
quieres decir por qué tienen carne de rana todos los políticos que caricaturizas?
Porque la mayoría vive en las charcas.
¿En
qué prado corta Romanones las inefables margaritas de su nariz?
Querido poeta: aludes a una de las cosas que llegan más al fondo
de mi alma. ¡Nariz de Romanones, excelsa nariz! La de Cyrano era una nariz
desaparecida al lado de la nariz de mis amores. Rostand gozó menos que yo con
la mía. ¡Oh “paneaux” para mis visiones decorativas! Mis margaritas se fueron
cuando las entregaron en una solitaria estación, camino de Fontainebleau. Nunca
te habrán preguntado, porque ya no es moda, cuál es tu flor preferida. Como yo
ahora he estudiado el lenguaje de las flores, te pregunto: ¿Cuál es la flor qué
prefieres? ¿Te la has puesto alguna vez en la solapa?
Querido
amigo: ¿Es que piensas dar conferencias como García Sanchíz para preguntar esas
cosas?
¡Dios me libre! No aspiro a tocar mal el violoncelo.
¿A
qué responde, querido Bagaría, el sentimiento humano que imprimes a los
animales que pintas?
Querido Lorca: Según los católicos, los animales no tienen alma;
tan sólo algunos animales enchufistas, como el perro de San Roque, el cerdo de
San Antón, el gallo de San Pedro y el palomo de la divina carpintería; y yo he
mirado de dar humanidad a los animales sin padrinos, dignificarlos con mi
lápiz, para que sirvan de contraste con los hombres de animalidad pura. Querido
Lorca: te voy a preguntar por las dos cosas que creo tienen más valor en
España: el canto gitano y el toreo. Al canto gitano, el único defecto que le
encuentro es que en sus versos sólo se acuerda de la madre; y al padre, que lo
parta un rayo. Y eso me parece una injusticia. Bromas aparte, creo que este
canto es el gran valor de nuestra tierra.
Muy
poca gente conoce el canto gitano, porque lo que se da frecuentemente en los
tablados es el llamado flamenco, que es una degeneración de aquél. No cabe en
este diálogo decir nada, porque sería demasiado extenso y poco periodístico. En
cuanto a lo que tú dices, con gracia de que los gitanos sólo se acuerdan de su
madre, tienes cierta razón, ya que ellos viven un régimen de matriarcado, y los
padres no son tales padres, sino que son siempre y viven como hijos de sus
madres. De todos modos, hay en la poesía popular gitana admirables poemas
dedicados al sentimiento paternal; pero son los menos.
El otro gran tema porque me preguntas,
el toreo, es probablemente la riqueza poética y vital mayor de España,
increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas, debido
principalmente a una falsa educación pedagógica que nos han dado y que hemos
sido los hombres de mi generación los primeros en rechazar. Creo que los toros
es la fiesta más culta que hay hoy en el mundo. Es el drama puro, en el cual el
español derrama sus mejores lágrimas y su mejor bilis. Es el único sitio adonde
se va con la seguridad de ver la muerte rodeada de la más deslumbradora
belleza. ¿Qué sería de la primavera española, de nuestra sangre y de nuestra
lengua si dejaran de sonar los clarines dramáticos de la corrida? Por
temperamento y por gusto poético soy un profundo admirador de Belmonte.
¿Qué poetas te gustan más de la
actualidad española?
Hay dos maestros: Antonio Machado y
Juan Ramón Jiménez. El primero, en un plano puro de serenidad y perfección
poética, poeta humano y celeste, evadido ya de toda lucha, dueño absoluto de su
prodigioso mundo interior. El segundo, gran poeta turbado por una terrible
exaltación de su yo, lacerado por la realidad que lo circunda, increíblemente
mordido por cosas insignificantes, con los oídos puestos en el mundo, verdadero
enemigo de su maravillosa y única alma de poeta.
Adiós, Bagaría. Cuando te vuelvas a
tus chozas con las flores, las fieras y las torrentes, diles a tus compañeros
salvajes que no se fíen de viajes de ida y vuelta a nuestras ciudades; a las
fieras que tú has pintado con ternura franciscana, que no tengan un momento de
locura y se hagan animales domésticos, y a las flores, que no galleen demasiado
su hermosura, porque les pondrán esposas y las harán vivir sobre los vientres
corrompidos de los muertos.
Tienes razón, poeta. Vuelvo a
mi selva, a rugir con mis rugidos, más amables que las bellas palabras de los
amigos, que a veces son blasfemias en baja voz.
(Publicada en la sección “Entrevista en Blanco y Negro”
de la revista Rambla)
Esta entrevista fue publicada hace tres años en www.buscameenelciclodelavida.com.Yo misma la trascribi palabra a palabra del medio que se conserva en la hemeroteca digital de la BNE. Salud!
ResponderEliminarGracias María por el apunte, ahora lo corrijo. Los chicos de "Lo Que Somos", que han publicado varias entrevistas transcritas por mí, como la de Pla, Barral,etc., me la enviaron, ya que compartimos contenidos. Pero al César lo que es del César. ¡Salud!
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