Ya está aquí el primer número del diario oficial de la XXIV Semana Negra de Gijón. Lo pueden bajar en el siguiente enlace:
A QUEMARROPA Nº 1
Plano del recinto ferial (Clicar en la imagen para ampliar):
Los amigos de la librería Negra y Criminal (Montse y Paco) recogen el siguinete texto (de La Voz de Asturias) en su blog, que les traigo aquí por su interés:
Oxford no es Gijón
La universidad británica convive cada año con la fiesta popular de Saint Giles
No todas las universidades son iguales ni interactúan de la misma manera con las sociedades en que se integran. Eso se deduce de las palabras que pronuncia el escritor británico Ian Watson cuando habla de la feria de Saint Giles, en la muy universitaria ciudad de Oxford, y de cómo la institución académica inglesa se interrelaciona con ella.
Watson hizo pública una carta estableciendo una comparativa entre Oxford y Gijón en cuanto tuvo noticia del vallado de la Escuela de Marina Civil, una iniciativa emprendida por el rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor, para “proteger” el recinto universitario de los “desperfectos” que pueda ocasionar la Semana Negra -advierte- que este año se celebrará junto al campus universitario de Viesques y a la que él considera un evento más lúdico o festivo que cultural.
En la ciudad oxoniense, según cuenta el escritor a La Voz, se celebra desde el siglo XIII la llamada feria de Saint Giles, una festividad que nació con la consagración de la iglesia puesta bajo la advocación de ese santo y que desde entonces ha venido teniendo una continuidad anual. Si en su origen era una fiesta típicamente medieval, a finales del siglo XVIII pasó a tener un carácter fundamentalmente infantil, y ya en el XIX empezó a albergar también un mercado de comidas y bebidas. La implantación del ferrocarril, tras la Revolución Industrial, no hizo más que incrementar su popularidad y también el número de visitantes, que empezaron a llegar a Oxford desde otros puntos de Inglaterra para disfrutar de los festejos.
Vista del montaje de la Semana Negra 2011con el muro de la vergüenza que la separa de la Universidad. Una creación del rector Gotor
En pleno curso La feria de Saint Giles, y esa es la clave, se celebra entre edificios universitarios. Y la Universidad, lejos de protestar por un evento que aúna atracciones y chiringuitos, colabora en su organización y apoya las actividades, especialmente el llamado St John’s College, al que afecta más directamente. La implicación llega hasta tal punto que la institución habilita puestos de primeros auxilios y una suerte de carpas de aprovisionamiento.
“En todo este tiempo”, cuenta Watson, “ni la Universidad ni el City Council de Oxford han recibido ninguna queja ni han tenido la más mínima discrepancia respecto a la fiesta; incluso la reina Isabel I asistió a ella desde las ventanas del St John’s College, donde se hospedó esos días”. Hay una cosa más: la feria de Saint Giles se celebra en pleno curso académico. La Semana Negra comenzará este año el 22 de julio para no interferir con los exámenes programados por la universidad ovetense.
Pero Watson va más allá al sostener que “la feria de St Giles sería igual que la Semana Negra de Gijón si a ésta le quitas sus actividades culturales”. Es decir, que en Oxford, en esos días, no hay escritores ni se presentan libros ni se celebran tertulias. Se trata, simplemente, de una fiesta popular, y la implicación de la universidad en la misma hace que el escritor destaque la diferencia de criterio de la institución de Oxford, una de las más importantes del mundo, respecto al rector de la Universidad de Oviedo.
El ‘Gran Muro’ de Gotor “El Gran Muro”, dice Watson en referencia a la valla que cerca la Escuela de Marina Civil, “es un insulto a la larga lista de escritores de literatura popular de género que visitarán la Semana Negra y que vienen no sólo de España, sino también de América Latina y del resto del mundo”.
El escritor inglés, uno de los nombres más reconocidos de la ciencia ficción contemporánea, utiliza luego la historia para poner un ejemplo que resume su postura respecto a lo que tanto los invitados a la Semana Negra como una parte importante de la prensa acreditada han bautizado como la valla de la vergüenza: “En su día, Shakespeare no formaba parte de la alta cultura, sino era un autor eminentemente popular. Si el autor de Hamlet estuviese en el Gijón de hoy y tuviera que colocarse a un lado de la valla, estaría con la Semana Negra, no con la Universidad de Oviedo”, sentencia.
Oxford no sólo rechaza el telón de acero impuesto por Gotor, sino que acoge entre sus muros una fiesta popular con siglos de historia.
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El País. REPORTAJE: Literatura
ANA MARCOS - Gijón - 28/07/2011
Semana Negra: futuro gris
Las disputas políticas ponen en peligro la gran cita literaria del género policiaco, histórico y de ciencia-ficción de Gijón, que podría cambiar de sede o desaparecer.
"Construyamos fantasía en tiempos sin fantasía y en los que el destino es una puerta que conduce a ninguna parte", decía Paco Ignacio Taibo II, escritor y director de la Semana Negra en la recepción en el Ayuntamiento de Gijón el pasado viernes por la tarde. A su lado, Rafael Felgueroso, primer teniente de alcalde y concejal de Seguridad Ciudadana del Foro de Asturias -partido de Francisco Álvarez-Cascos, presidente del Principado-, aguantaba estoico la ovación que algunos de los 140 autores que participan en el evento daban al escritor asturmexicano. El cambio político en la alcaldía de la ciudad asturiana puede significar que la edición 24ª de este festival literario sea la última.
Este año el tren negro no paró a su paso por Oviedo. Francisco Álvarez-Cascos no se unió al convoy, como tampoco lo hizo Carmen Moriyón, alcaldesa de Gijón por el Foro de Asturias, en la llegada a su estación final. Semanas antes, la regidora anunciaba que revisaría el convenio que desde hace 24 años el Consistorio suscribe anualmente con la Asociación Semana Negra, organizadora del evento. "No diré no por no", declaraba Moriyón en una entrevista con Europa Press, "pero si el coste es cercano a los 300.000 euros y continúa la polémica por el emplazamiento con la Universidad o el ruido con los vecinos, todas las partes tendremos que repensarlo". La alcaldesa aboga por replantear la actual oferta cultural municipal y defiende más eventos del estilo de un torneo de golf en el que participan 400 niños. Desde el Principado, que también colabora en la aportación económica, afirmaron que "el Ayuntamiento de Gijón tiene autonomía absoluta para tomar las decisiones que considere necesarias".
Felgueroso, en sustitución de Carlos Rubiera, concejal de Cultura que no asistió a la recepción y con el que este periódico ha tratado de ponerse en contacto sin conseguirlo, desgranaba "el esfuerzo" que en su opinión hace el Ayuntamiento. La subvención se cifra en una aportación económica de 230.000 euros de la que participan otros organismos públicos, como el teatro Jovellanos, donde se celebran algunos conciertos. A esta cuantía se añaden varias partidas por la cesión del terreno y la prestación de servicios a cargo de empresas municipales, como la seguridad vial, el sistema de aguas, la presencia de la Policía Municipal, los bomberos y Protección Civil, además de los servicios sanitarios. El teniente de alcalde no pudo concretar la cifra exacta a la que asciende el monto final. José Manuel Sariego, exconcejal de Cultura del PSOE, explicaba en una esquina de la sala del Ayuntamiento que esta subvención es "perfectamente asumible porque solo supone el 20% del total del coste del evento. Quien decida suspenderla estará robando a los gijonenses parte de su patrimonio".
El resto de la financiación se sustenta en patrocinadores privados como Pepsi, Mahou y Air Europa, entre otros, además de las cuotas que hosteleros y comerciantes pagan por poner sus carpas en el recinto. "La Semana Negra será imposible sin el apoyo municipal, no se trata solo de la aportación económica, sino de la voluntad de colaborar por parte del Ayuntamiento", explicaba Taibo II.
En la carpa del Conseyu de Mocedá se ha creado una suerte de muro de las lamentaciones donde los semaneros cuelgan mensajes de apoyo a la Semana Negra y en contra de la valla que, por primera vez en la historia del festival, delimita el recinto. Taibo II la denomina "el muro de la ignominia" del rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor, principal opositor a que esta edición se celebrara en el campus de Viesques, a las afueras de Gijón. Existe una sentencia del pasado 19 de julio que da la razón a la organización de la Semana Negra en contra del criterio del rector, quien arguye que el festival provoca problemas con los vecinos por los posibles ruidos y molestias a los estudiantes.
El Consistorio se desentiende de la linde, que ha supuesto un coste de 70.000 euros para la Universidad, al que se añade el del personal de seguridad que deambula por el recinto. Y, aunque Felgueroso recuerda a Gotor que "los terrenos pertenecen al Ayuntamiento" -pese al litigio que mantienen por la propiedad-, la alcaldesa Moriyón se comprometió con la institución académica a que no se volvería a celebrar allí el festival literario.
Vicente Álvarez Areces, alcalde socialista de Gijón durante 12 años y presidente del Principado otros 12 -hasta el pasado 22 de mayo-, fue uno de los veteranos que inauguraron esta fiesta literaria, a falta de representación del Gobierno municipal. Areces fue el regidor que hace 24 años creó la Semana Negra con el historietista Ángel de la Calle, el editor Juan Cueto y el propio Paco Ignacio Taibo II. "Es el paradigma de festival de libertad, crítico, una demostración de convivencia abierta al mundo", contaba frente a la carpa de Encuentros presidida por un gran póster del cuadro de Delacroix La libertad guiando al pueblo, espacio donde se celebran algunas de las charlas. "Ahora parece que el nuevo Gobierno, como consecuencia del cambio político, tiene dificultades de relación con la Semana. Sería un error no potenciarla, un retroceso. Nadie se cree que esto se monte con otra finalidad que no sea favorecer a Asturias".
El expresidente socialista remachó este argumento en el homenaje a los fundadores de la Semana Negra organizado el martes por la tarde. Areces, Cueto y Taibo II aseguraron que "el festival está blindado". "A mí me va la guerra", manifestó el director del encuentro, "y cuanto más tontos son los oponentes mejor me lo paso". Durante la charla, los ponentes recordaron que esta no es la primera vez que se enfrentan a "una cruzada conservadora", en referencia a la oposición del PP en la primera edición en 1988.
Para Carmen Veiga, concejal socialista y exdirectora del teatro Jovellanos, la ubicación es la clave que determinará si la Semana Negra se vuelve a celebrar en Gijón. "El año que viene no quiero trasladarme a 28 kilómetros", contaba en referencia a la posibilidad de que el festival se traslade a Avilés. Una oferta que Taibo II ha aclarado que aún no se ha hecho formalmente. Román Álvarez, concejal de Cultura de Avilés, gobernado por el PSOE, confirma desconocer esta propuesta.
Los semaneros, mientras tanto, alcanzaron ayer el ecuador del festival abarrotando cada día el recinto. Los escritores, los otros protagonistas de la Semana Negra, aunque concentrados en crímenes, relatos fantásticos y cazas de zombis, son conscientes del momento que vive el certamen. En la terraza del hotel Don Manuel, sede de algunos de los encuentros literarios, un pequeño cónclave latinoamericano cebaba el mate al fresco de la mañana del sábado. "No se va a suspender porque es una semana de duros y los duros no lloran ni se ríen", decía el escritor argentino Miguel Ángel Molfimo. Kike Ferrari, ganador del premio de relatos policiacos de la pasada edición, avanzaba un poco más en el argumento: "Es una disputa ideológica disfrazada. No se atreven a decir que esto es un nido de rojos". El tercero en debate, el escritor uruguayo Híber Conteris, finalista del Premio Hammet, cree que "aquellos que piensan que existe una contradicción entre lo popular y lo académico tienen una mentalidad oscurantista y medieval".
"Paco ha demostrado que nadie ni nada le puede parar. Quiero que haya una Semana Negra, no quiero que haya una semana cualquiera, aunque sea en Gijón", decía el escritor Fernando Marías, cicerone de Carmen Posadas. La autora hispano-uruguaya ha encontrado en este festival una cura de humildad para la literatura: "Camino entre los puestos de comida y atracciones y me doy cuenta de la labor desacralizadora del festival. Baja la literatura de la torre de marfil donde lamentablemente muchas veces se instala".
Habrá que esperar hasta la clausura del domingo. Ese día Taibo II desvelará el futuro de la Semana Negra. Si, como desde hace 24 años, se celebrará en alguna de las esquinas de Gijón o virará su rumbo en busca de nuevos misterios por Asturias.
FICHA POLICIAL
- En 1988, el escritor Paco Ignacio Taibo II, el historietista Ángel de la Calle y el editor Juan Cueto fundan la Semana Negra con la ayuda del entonces alcalde de Gijón, Vicente Álvarez Areces.
- En estas 24 ediciones han pasado por el certamen autores de novela negra como Dennis Lehane, Fred Vargas y Ramsey Campbell; y poetas como Ángel González y Juan Gelman.
- Y de todo ello ha dado cuenta el diario oficial A Quemarropa, decano de la prensa negra.
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Un manifiesto para salvar la Semana Negra
Los autores defienden en un texto la continuidad del festival en Gijón
PAULA CORROTO /Público/GIJÓN 30/07/2011 08:00
Los escritores participantes en la Semana Negra de Gijón han movido ficha en relación a la polémica sobre la continuidad del festival.
Ayer, antes del fallo de los premios que otorga anualmente este encuentro, la escritora Rosa Montero leyó un manifiesto en el que los autores señalaron "su consternación ante lo que supondría la pérdida de un festival cultural único en España". Es el primer paso en firme dado por los autores desde que estalló el rumor sobre el probable traslado del encuentro literario a otra ciudad tras las divergencias entre sus organizadores, el Gobierno de Gijón (Foro Asturias) y la Universidad de Oviedo.
El texto fue pergeñado la tarde del pasado jueves por la propia Rosa Montero y el escritor Fernando Marías. Días antes de que comenzara la Semana Negra, la Asociación del festival ya había celebrado una reunión en la que se plantearon diversas acciones reivindicativas. Incluso se habló de la elaboración de un documento para pedir 20.000 firmas de apoyo. Sin embargo, finalmente estas medidas fueron desestimadas con objeto de no encender demasiado la mecha de la polémica. Ante el aumento de las declaraciones por ambos bandos organizadores y, sobre todo, algunos trabajadores del campus universitario en el que está instalado el festival, el jueves los escritores vieron oportuno mostrar su apoyo a la Semana Negra con un texto que en sólo hora y media fue firmado por 300 personas en la librería Negra y Criminal.
"Cuando una cosa funciona en este país, tiene algún tipo de implicación cultural, y además se ha convertido en un motor para la ciudad, en vez de apoyarlo se piensa en acabar con él. Y eso es algo que nos llena de estupor, pena e indignación", afirmó a este periódico Rosa Montero. A ella le secundaron otros escritores como Carlos Salem, quien señaló a Público que "la Semana Negra es un modelo a imitar en otros países. El festival literario puro sólo beneficia a los gerifaltes y en ellos no participa la gente". Como dato recordó que el año pasado en la Semana Negra se vendieron 45.000 libros. "Esto es una fiesta literaria y la gente viene a por los libros. Si se pierde sería muy malo para la ciudad de Gijón", añadió. Su colega, José Carlos Somoza, resumió el pesar de los escritores ante el posible fin del festival: "Sería muy triste que se acabara por cuestiones ajenas a la voluntad de los organizadores. Esto es algo único".
Políticos analfabetos
Joaquín Sabina y Luis García Montero, que anoche ofrecieron un recital poético en la Carpa del Encuentro, también quisieron adherirse al manifiesto. Sabina indicó a este diario que "si los políticos de cualquier signo tuvieran dos dedos de frente o no fueran unos analfabetos, defenderían esta tradición que ya dura más de veinte años. Nosotros, en cualquier caso, vamos a resistir".
García Montero, por su parte, puso el temple en la polémica y manifestó que en todas las ocasiones que había acudido a la Semana Negra se había encontrado "con gente de todo signo. Esto no es algo sectario y no se debe entender como un enfrentamiento sectario". No obstante, también destacó que le resultaba extraño que "en una ciudad como Gijón no se asuma con normalidad democrática un espacio crítico y de conciencia social".
Para la jornada de hoy está previsto que se entregue este manifiesto en una reunión que se celebrará entre los organizadores del festival y los cuatro grupos municipales (Foro Asturias, PP, PSOE e IU).
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EL PAÍS / REPORTAJE: Literatura
ANA MARCOS - Gijón - 01/08/2011
La continuidad del certamen en Gijón está ahora en manos del Ayuntamiento
"¿Habrá Semana Negra? Sí. ¿En Gijón? Sí, pero con requerimientos mínimos", expresó ayer Paco Ignacio Taibo II en la clausura de la 24ª edición de la gran cita literaria del género policiaco, histórico y de ciencia ficción por la que han pasado 400.000 personas. Con un informe del impacto económico del certamen sobre Gijón en la mano, que eleva a 8,2 millones de euros el negocio generado sin contar la evaluación del impacto mediático, el director del festival deja la decisión en el tejado del Foro Asturias, que gobierna el Ayuntamiento.
La organización del evento mandará hoy el documento económico y su propuesta de mínimos al equipo de Carmen Moriyón, alcaldesa de Gijón, y emplaza al Consistorio a responder antes del próximo 15 de septiembre. Este periódico trató, sin éxito, de conocer la opinión de representantes del Foro Asturias.
La Asociación Semana Negra, organizadora del evento, reclama que se mantengan las condiciones económicas y de infraestructura de esta edición, entre ellas las subvenciones de 263.700 euros aportados en su conjunto por el Ayuntamiento, el Principado y Cajastur. Además, piden que prosiga la prestación de servicios como la Policía Municipal y la limpieza, entre otros. Por último, se demanda el recinto en el campus de Viesques, a las afueras de Gijón. "Este espacio se ha adecuado como parque ferial y es donde debe celebrarse la Semana Negra", apostilló el director.
El documento sobre el impacto económico, al que ha tenido acceso EL PAÍS, cifra el coste total de la Semana Negra en 796.879 euros. Casi el 60% se emplea en el montaje y los sueldos. Pero la actividad generada durante los 10 días de festival es lo que permite sacar pecho a los organizadores: 8,2 millones de euros de negocio entre los beneficios directos en el recinto e inducidos en la ciudad (alojamientos, entre otros). La cifra se elevaría si se añade el impacto mediático por lo que supone de promoción turística de la ciudad: unos dos millones de euros. El director de la Semana Negra avisó ayer, en la clausura, que "en caso de que el Foro Asturias no contestara a la petición, comenzaremos a estudiar las propuestas de otras ciudades". El escritor asturmexicano se decantó por Avilés y Mieres, las candidatas asturianas que han sobrevolado los corrillos estos días. Pero tanto la organización de la Semana Negra como los Gobiernos municipales aclaran que se trata de ofertas no oficiales.
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Yo los plantaba y me llevaba, los 8 millones de euros de negocio de beneficios directos que reporta el festival, a otra ciudad. Por burros... (a los políticos municipales, me refiero)
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