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sábado, 13 de marzo de 2010

EL MANUSCRITO VOYNICH

Si ninguna duda, éste es el libro más conocido entre los libros extraños. Tiene la particularidad que, de momento, aún nadie sabe en qué idioma está escrito. Ni siquiera que, su hermosa caligrafía, sea un idioma propiamente dicho, o una invención de un bromista medieval o simplemente que sea un “Libro de Claves” para descifrar otros libros.

En la Universidad de Yale se custodia el Manuscrito Voynich, libro que nadie ha podido leer por completo. Se conservan 200 páginas en pergamino con una caligrafía hermosa y fluida, cosa rara si consideramos que es un alfabeto inventado. Pero son los enigmáticos dibujos que hermosean el manuscrito los que nos dan más información, pero una información tan sorprendente, que lejos de aclarar su origen y significado, lo complican aún más. Hay dibujos de mujeres dando a luz, mujeres desnudas unidas con extraños tubos, mapas estelares y un sin fin de plantas que, muchas de ellas, no corresponden a especies reales conocidas.

Fue en 1912, que el librero Wilfrid Voynich se encontró con el manuscrito en la biblioteca del Colegio Mondragone, que es una fundación de jesuitas en Frascalia, Italia. El librero compró el manuscrito a los jesuitas y se lo llevó a Londres. Allí lo expuso al análisis de lingüistas, botánicos, criptólogos y demás expertos, y ninguno supo descifrarlo. Algunas pistas sobre la antigüedad del manuscrito y uno de sus posibles autores, se encontró en una carta que iba dentro del libro. Conocida como la “Carta Marci”, la carta estaba fechada en el año 1666. Escrita en latín, el entonces rector de la Universidad de Praga, Marcus Marci, se dirigía al conocido científico alemán Athanasius Kircher, que por aquel entonces residía en Roma, para que descifrara el documento. Cosa que no ocurrió. Pero lo interesante es que, en esa carta, se hablaba del origen del documento. Marci decía que pertenecía a la biblioteca personal del Emperador de Praga Rodolfo II, y que lo había comprado por 600 ducados, una cifra bastante importante, porque equivalen a unos 40.000 euros, aproximadamente. Y también decía que, según un experto de la Corte, era un manuscrito realizado por Roger Bacon, el científico y filósofo inglés que fue un estudioso de la alquimia y el ocultismo.

La teoría de Bacon como autor del Voynich, no era descabellada, pues se sabe que el conocido como el “Doctor Admirable” era aficionado a utilizar códigos para escribir sus libros. Pero los códigos de Bacon fueron descifrados en el siglo XIX. Además, hay otra particularidad, en el libro se ven dibujos de lo que parecen células y espermatozoides. La célula fue descubierta por Robert Hooke en 1663, y los espermatozoides por Leeuwenhoek, en 1683. Esto supondría que Bacon, que murió en 1294, habría descubierto el microscopio y las células varios siglos antes de lo que hoy sabemos. Es más, en las ilustraciones del manuscrito, se ven lo que parecen estructuras espirales de las galaxias que se descubrieron en 1917 con los grandes telescopios astronómicos. En fin, todo parece un despropósito.


También se apunta como uno de los autores, a John Dee, del que hablaré próximamente como autor de otro libro extraño. En el año 1970, un matemático de la universidad de Yale llamado Brumbaugh, advirtió que algunos de los símbolos del manuscrito le recordaban un diagrama conocido. Descubrió que en los márgenes del escrito había unos símbolos, exactamente 26, que coinciden con las 26 letras del alfabeto inglés. No llegó a descifrarlo, pero aventuró que podían ser unas anotaciones de fórmulas alquímicas. John Dee fue un alquimista que escribió un tratado sobre la Piedra Filosofal. Durante su vida se dedicó a coleccionar textos raros que conseguía, no sé sabe cómo, en todo el Mundo, Dee también fue espía. Se sabe que viajó a la Corte de Praga en 1580 con su socio Edgard Kelley. En Praga vivió un alquimista que se cita como autor del libro, se trata de Simón Bakalar Hájek (1485-1551). Los que se apuntan a la teoría del que el Manuscrito Voynich es una impostura que se utilizó para estafar a un monarca ávido de textos raros, apuntan a Dee y Kelley como los estafadores.

Como no podía ser de otra forma, en esta historia también se involucró a Leonardo Da Vince como el autor del manuscrito. La investigadora Edith Sherwood señala la similitud de la grafía del Voynich con la de Leonardo. Pero hay más, en uno de los diagramas en el que se representa el signo de Aries rodeado de 15 ninfas desnudas, si ponemos un espejo, podemos leer la palabra “Lionardo” que está escrita al revés, método que utilizaba Da Vinci en su firma. Si ese diagrama es una carta astral de alguien que nació en abril, Aries, y el día 15, 15 ninfas, nos estaría hablando de Leonardo que nació un 15 de abril de 1452. Sí, también el año de 1452 aparece en una mujer con un bebé. No sé ustedes, pero a mí me parece demasiado perfecto para ser verdad.

Pero la lista de supuestos autores aún es más larga, Newton, el alquimista Simón Bakalar, Flamel, Paracelso, Víctor Hugo, Bécquer, Lovecraft y hasta Julio Cortázar. También, nuestro Ramón Llull, que tenía una grafía parecida, se cita como uno de los posibles autores.

En Internet hay un proyecto para descifrar el texto, se conoce con el nombre de “European Voynich Manuscript Transcription”, conocido con las siglas EVMT. También hay un grupo de criptólogos que han creado el “European Voynich Alphabet” (E.V.A.). Pretenden trasladar a caracteres latinos esta grafía desconocida que, para estos expertos, es claramente un código que escribieron por lo menos cinco copistas distintos.

Un tratado alquímico, un libro de cifras para descifrar otros libros, el diario cifrado de un alquimista, una hermosa y cuidada estafa o un libro que recoge los secretos de mundos olvidados y subyacentes… El misterio está servido.
© JAVIER CORIA

Nota: Si quiere ver la grafía de cerca, clique en la imagen de arriba para verla ampliada.

Fuente de las imágenes: Biblioteca Beinecke (Yale University Library)

Para ver el libro:
http://www.bibliotecapleyades.net/ciencia/esp_ciencia_manuscrito07.htm

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