La
leucemia se nos ha llevado al hombre que sabía demasiado de novela policial, Paco
Camarasa (Valencia, 1950).
Paco Camarasa a la entrada de su librería |
Impartió su cátedra desde la pequeña librería de su
querido barrio de la Barceloneta. Durante 13 años, junto a su esposa Montse
Clavé, ese barco varado en la calle de la Sal, no sólo fue refugio de lectores
y autores de España y Catalunya, sino de todo el mundo; porque no había autor policíaco que se preciara que no pasara a ver al gran divulgador del género y maestro de ceremonias de los cenáculos más negros de la ciudad. Por allí
pasaron los autores extranjeros Ian Rankin, Petros Márkaris, Maj Sjöwall, Donna
Leon, Dennis Lehane, Andrea Camilleri…, o Francisco González Ledesma, Alicia
Giménez Bartlett, Andreu Martín o Carlos Zenón, entre otros. Era curioso
pasarse a tomar unos vinos con Paco –Paco El Ciego, llamado así en la
clandestinidad antifranquista, por su galopante miopía- y encontrar personas
llegadas de los lugares más insospechados del mundo para hacer una visita a
esta pequeña librería, que digo pequeña, minúscula en espacio pero grande en
saber y en fondo editorial, porque allí se encontraban libros descatalogados,
viejas ediciones de bolsillo, desvencijados cuadernillos del “Club del Crimen”,
“Biblioteca Oro”, etc. Y claro, fueron famosos sus mejillones y el vino que
cualquier visitante de los sábados podía degustar gratis en “Negra y Criminal”.
Luego, el éxito o la moda del género, las leyes del mercado, vamos, llevó a
Paco y a Montse a cerrar la librería que tenía más amigos que compradores.
Paco Camarasa fue durante 12 ediciones Comisario
Jefe del Festival BCNegra, que dejó por la enfermedad, tomando el testigo
Carlos Zenón. Recibió La Medalla de Oro de Barcelona a la labor Cultural; y
escribió, a modo de heterodoxo diccionario, sus experiencias en Sangre en los estantes (Destino). Fue
amigo de nuestra revista, y en Rambla escribimos sobre él en varias ocasiones.
A modo de homenaje reproducimos aquí la entrevista que Francesc Sans y un
servidor le hicimos en 2013. ¡Va por ti, maestro!
Javier
Coria.
PACO CAMARASA: “ESTA SOCIEDAD ESTÁ COMPUESTA POR
CONSUMIDORES Y NO POR CIUDADANOS”
Entrevistamos
a Paco Camarasa, librero y comisario del festival literario del género policíaco
“BCNegra”, que en febrero de este año cumplió su séptima edición y promete
seguir siendo uno de los encuentros de referencia de la novela negra en el
mundo. De cómo capean la crisis las pequeñas librerías especializadas y de
otras cosas, conversamos con este valenciano de apasionado verbo y
conocimientos enciclopédicos sobre las novelas que en Catalunya
tradicionalmente se conocían como de lladres
i serenos (ladrones y serenos).
Montse Clavé y Paco Camarasa
Un sábado soleado llegamos Francesc y un servidor a
la Barceloneta, el barrio marinero de Barcelona, perteneciente al distrito de
Ciutat Vella. Eran las doce del mediodía, una hora un tanto intempestiva para
gente de malvivir como nosotros, sobre todo en fin de semana. Después de
desperezarnos con café y sendas barreges nos
dirigimos a buscar a nuestro sospechoso. Lo localizamos en el número 5 de la
calle de la Sal. Al advertir nuestra presencia, el sujeto corrió a esconderse
tras las puertas del garito que regenta, una librería llamada “Negra y
Criminal”, tapadera de los negocios turbios de este elemento. Como si vender
libros no fuera ya una actividad que ronda el delito, no en vano nuestras
autoridades políticas ya penalizan este comercio cultural con el 21% de IVA.
Francesc, más rápido que el tal Paco Camarasa, que
así se hace llamar el tipo, lo acorraló y lo acribilló a disparos de su cámara
fotográfica. Luego entré yo en juego, llevándome al librero ante una pared,
donde comenzó el interrogatorio.
Su
carrera delictiva como librero y editor ya la comenzó en Valencia, ¿no es
cierto?
No, sólo como librero. Estoy loco para ser librero,
pero no lo suficiente como para ser editor. En Valencia trabajé en una librería
generalista que se llamaba “La Araña”, y después se transformó en “Pablo
Neruda”. Después lo dejé, pero siempre he sido un lector de género negro.
¿Y
cómo empezó a leer policial?
En mi época de universitario, leer novelas
policiacas era pura evasión y estaba mal visto. Había que tragarse los tochos
de “Así se templó el acero”, “La joven guardia” o los libros de López Salinas y
esas cosas. Recuerdo que en aquella colección fantástica de los libros de
bolsillo de Alianza Editorial, donde se podían encontrar desde los poemas de Bertolt
Brecht y Hô Chi Minh, hasta cosas de música o ciencia-ficción, descubrí
“Cosecha roja”, que creí que era una novela sobre los campesinos andaluces.
Después vi que era de un tal Dashiell Hammett, además estaba prologada por Luis
Cernuda y pensé: esto deber ser bueno. Eso fue mi primer contacto con la novela
negra más clásica.
Y su
aventura como librero negrocriminal en Barcelona, ¿cómo va?
Vamos aguantando desde el 4 de diciembre de 2002.
Nadie se creía que una librería de menos de 50 metros cuadrados, en la
Barceloneta y especializada radicalmente en la novela policial llegará hasta
aquí. Intentamos tener DVD y cómic, pero no lo hacíamos bien y lo dejamos.
¿Y
la crisis?
Nos afecta la crisis, claro, pero sobre todo una
cuestión.
¿Cuál?
Que la novela negra se pusiera de moda, desde la
fiebre nórdica. Antes los espacios de las librerías generalistas y de las
grandes superficies no tenían casi espacio para estas novelas, ahora sí. A
nosotros nos siguen viniendo a buscar aquellas cosas que no encuentran en las
librerías del centro, porque somos una librería con fondo sobre autores del
género.
El famoso y misterioso sótano de la librería
No
lo entiendo… ¿la gran demanda les perjudica?
Cada vez más esta sociedad está compuesta por
consumidores y no por ciudadanos, y eso a nosotros nos perjudica.
¿Por
qué?
Nos va mal porque el consumidor compra allá donde
se encuentra y le es más fácil. La última novela de Eduardo Padura, “Herejes”,
se puede comprar en el aeropuerto o en una gran superficie. El ciudadano tiene
un hábito de compra diferente, le gusta que le aconsejen y si descubre por
casualidad un autor, sigamos con Padura, le gusta conocer más cosas de este
autor. Nosotros tenemos, por ejemplo, todas las novelas de Padura, entre otros
autores.
¿Se
añaden nuevos lectores al género?
Nosotros tenemos unas 90 personas en los clubs de
lectura, que vienen cada mes. Y clientes que repiten, pero no podemos decir que
hay nuevas generaciones de lectores. No sé si en el libro electrónico hay
nuevos lectores, pero por lo que yo conozco, tanto en los clubs de lectura de
las bibliotecas públicas y librerías, es difícil encontrar jóvenes lectores.
¿Quiénes
son sus cómplices?
Ja, ja, ja… “Cómplices”
es un club de amigos de la librería que nos permite sobrevivir. Es como una
especie de minimecenazgo. Damos un carné que, en realidad, sirve para poco.
Estuvimos a punto de cerrar y escribimos un manifiesto que se titulaba: “Nos hemos quedado sin balas y queremos seguir disparando”. Las ventas habían
bajado mucho, sobre todo las institucionales, las bibliotecas públicas no compraban,
las de la Generalitat no sé si compraban, pero sí sé que no pagaban. Pedimos
ayuda y eso es el club “Cómplices”,
amigos y clientes que pagan una cuota de 10 € mensuales para que la librería
siga abierta. Tenemos “Cómplices” en
Nueva York, Buenos Aires, México… Nosotros tenemos sueldo de libreros, no nos
imputarán por sobresueldos en consejos de administración y esas cosas.
¿El
futuro de la feria literaria BCNegra está garantizado?
BCNegra ya ha pasado por cuatro concejales
distintos, lo cual es importante. Y hemos sufrido incluso un cambio de
administración, en la cual estuvimos a punto de desaparecer como feria. Yo creo
que se ha consolidado, las editoriales están contentas, y a la ciudad le
salimos baratos.
¿Por
qué hay tan poca novela negra sobre el franquismo y los casos de corrupción
actual en España?
Sí, la novela negra española está llegando tarde a
estos casos. En Francia, por ejemplo, Dominique Manotti te habla de los
tejemanejes de Sarkozy en las últimas elecciones, con las nucleares detrás.
Esta semana vendrá a la librería un mexicano,
Jorge Zepeda, con una novela de título muy actual: “Los corruptores”,
porque para que haya corruptos, tiene que haber corruptores… Y hoy sale en la
prensa que las donaciones de las grandes empresas y bancos a los partidos
españoles no van a ser investigadas por la fiscalía. Tampoco, en Barcelona, hay
novelas sobre el Liceo y su historia negra daría para muchas novelas.
¿Y
la ETA?
Paco Camarasa durante la entrevista |
Sí, hay muy pocas novelas sobre la ETA y la
situación en el País Vasco. Ahora la ciudad de Bilbao empieza a ser un
escenario de género, cuando parece que se ha normalizado una situación. Las
novelas de Jon Arretxe, Javier Abasolo…, hay más novelas ahora que hace 20
años, cuando había más cosas que explicar. Una curiosidad, la escena más brutal
de torturas a un etarra la encontramos en una novela de dos catalanes: Andreu
Martín y Carlos Quílez, en “Asalto a la Virreina”. El origen de los GAL, no lo
he leído más que en “Piel de policía” de los mismos autores. Falta una
tradición de novela que hable del país o de una realidad concreta. Todos nos
hicimos muy modernos con la salida de la dictadura y despreciamos la novela de
género.
Dejamos a Paco Camarasa cuando las calles de la
Barceloneta comenzaban a abarrotarse de turistas y el aire se llenaba con los aromas de las paellas y los mariscos que se
cocinaban en los restaurantes del barrio. Prometimos volver. Al final el tipo
nos cayó bien, y además todos los sábados a las 13:00 h
en la librería se pueden degustar mejillones y vino por cuenta de la casa, y no
hay catalán que se precie que diga que no a una invitación.
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