Por: Cristina Calandre Hoenigsfeld (LQSomos).
Sigue el agravio comparativo, la cruz y la corona
contra el Dr. Luis Calandre Ibáñez y la memoria republicana. Residencia de
Estudiantes: olvidando científicos y médicos.
Durante
estos dos últimos meses se están llevando a cabo diversos homenajes a Federico
García Lorca, con motivo del aniversario de los 80 años de su muerte
(1-2-3-4-5), organizados por la Residencia de Estudiantes (CSIC).
Esto
no nos sorprende, pues si hacemos un rápido resumen de de las Exposiciones (46)
y del Catalogo general de la Residencia (161) que aparecen en la web de la
Residencia, constatamos que a los poetas como Lorca, Cernuda, Juan Ramón
Jiménez, Alberti, pintores como Dalí, cineastas como Buñuel, etc., son bastante
frecuentes los libros y exposiciones dedicados a ellos, sin escatimar recursos
públicos (6).
Sin
embargo, a los grandes médicos directores de los laboratorios que se situaron
en la Residencia de Estudiantes, dirigidos por los grandes científicos y
médicos, como Luis Calandre Ibáñez (mi abuelo), Dr. Juan Negrín, Dr. Pío del
Río Ortega, todos ellos discípulos de Ramón y Cajal (Presidente de la Junta
para ampliación de Estudios) no tienen reconocimiento alguno, exceptuando los
dedicados a Severo Ochoa (que en realidad fue un alumno del laboratorio de
fisiología de Negrín), y su carrera científica como Nobel, al desarrollo en los
EE. UU.), un pequeño librito –obra teatral, titulada “El café de Negrín”– pero
del Dr. Calandre ni rastro, excepto un pequeño homenaje en 1990 al que pude
asistir, donde se ocultó su gran labor durante la Guerra civil española, desde
el Hospital de Carabineros, curando a milicianos enfermos de malaria, la
existencia de un refugio antiaéreo y su puesto como subdelegado de la JAE.
Luis Calandre Ibáñez
Hay
que recordar que Luis Calandre Ibáñez fue el primer becario de la Residencia de
Estudiantes en 1910 y que creó el primer laboratorio, el de anatomía
microscópica en 1912… ¡todo un pionero!
Fue
además su médico desde 1910 hasta 1936. Luego, a partir de 1937 y hasta marzo
de 1939, durante la Guerra de España, fue el director del Hospital de
Carabineros situado en dicha Residencia, donde hizo construir un refugio
antiaéreo por la cantidad de bombas nazi fascistas que caían (que se medio
destruyó por una nefasta rehabilitación en 1990-2001), y en donde se curaron a
cientos de milicianos de una grave epidemia de malaria, desatada en los frentes
de Madrid.
Por
lo bien que cuidó de los edificios, fue nombrado subdelegado de la Junta para
ampliación de Estudios (JAE) en octubre de 1938, por Tomás Navarro Tomás, su
secretario.
Posteriormente,
los franquistas y los del Opus Dei represaliaron a Calandre duramente con
cárcel, multa y depuración (Colegio de Médicos), por haber dirigido dicho
Hospital, y “salvado rápidamente a demasiados enfermos”.
Recordemos
que en el año 1999, el CSIC – Opus Dei, decidió poner como presidente honorario
del Patronato de la Fundación Residencia, a Felipe VI (7), siendo ministro de
Educación el actual Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ministerio que
presidía el Patronato de dicha Residencia.
En
ese año ya se estaba acabando la “modélica rehabilitación” de la Residencia y
sus jardines… y en ese mismo año le otorgó la Generalitat de Catalunya el
premio Blanquerna…, extrañas coincidencias!
La
Residencia de Estudiantes fue siempre una institución que dependió de la JAE
(Ministerio de Instrucción Pública), así que no comprendo cómo pasó a depender
de una Fundación privada, presidida por la monarquía, la antítesis de una
institución que siempre fue laica y republicana, como buena heredera de la
Institución Libre de Enseñanza (ILE).
Es
urgente, que vuelva a depender del Ministerio de Educación y Cultura y que sus
importantes archivos, los de la JAE y del Museo Pedagógico, pasen a una archivo
estatal, de acceso libre a todos los investigadores. Yo misma tuve problemas
para acceder a sus fondos, y eso que era la nieta del Dr. Calandre… o quizás
por eso.
Notas:
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