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martes, 9 de abril de 2013

UNA SIRENA EN ALEJANDRÍA



La madrugada del domingo al lunes falleció el escritor, economista y pensador José Luis de Sampedro, se lo llevó una sirena de Alejandría. Por expreso deseo del escritor, de 96 años de edad, no quiso que la noticia de su muerte se diera hasta que fuera incinerado, cosa que su viuda Olga Lucas acaba de anunciar.

Cuando le preguntaban cómo estaba de salud, delicada por problemas cardíacos desde hace 20 años, decía con su humor característico: “Me pasé de estación, tenía que bajar en Plácida Vejez y bajé en Vejez Jodida. Jodida por los achaques, estaba casi ciego, pero también muy jodido por lo que estaba pasando en la política de nuestro país: “éstos se van a cargar en un año los derechos conseguidos en cien”

Nos deja sus libros, pero también el ejemplo de esas pocas personas que nos ayudan a pensar, a ser críticos ante la tozuda realidad, a luchar. Acabo de oír a Olga por la radio, y tan lúcida como su marido, su mensaje es: “no basta con admirarle, no basta con asentir, hay que emular a los que admiramos y pasar de la admiración a la acción”, más o menos eso dijo, que escribo de memoria y aún tocado por la noticia.

A los intelectuales se los compra o se los margina, y Sampredo no estaba en venta, y aún en su autoexilio de los focos de la actualidad, son legión quienes lo siguen y admiramos.

Salud, compañero, y seguiremos trabajando, nos quedan tus libros y tu ejemplo.

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