Las Glosas Emilianenses son pequeñas anotaciones manuscritas, realizadas en varias lenguas: latín, un romance hispánico (bien navarro-aragonés en su variedad riojana, bien castellano con elementos riojanos) y vascuence medieval, entre líneas o en los márgenes de algunos pasajes del códice latino
Aemilianensis 60 a finales del siglo X o con más probabilidad a principios del siglo XI. La intención del monje copista era probablemente la de aclarar el significado de algunos pasajes del texto latino. La importancia filológica de estas glosas, que no fue advertida hasta el siglo XX, se debe a que contenían el que durante un largo periodo se consideró como primer testimonio escrito del que se tenía noticia de un dialecto romance hispánico, es decir, la lengua vernácula hablada por entonces por el pueblo llano. Las Glosas.
Monasterio de San Millán de Suso (La Rioja, España)
La frase más larga de todo el códice se encuentra en la página 72. Se trata de doce renglones en los que se lee lo siguiente:
Navarro-aragonés
Con o aiutorio de nuestro
dueno Christo, dueno
salbatore, qual dueno
get ena honore et qual
duenno tienet ela
mandatione con o
patre con o spiritu sancto
en os sieculos de lo siecu
los. Facanos Deus Omnipotes
tal serbitio fere ke
denante ela sua face
gaudioso segamus. Amen
Castellano
Con la ayuda de nuestro
Señor Don Cristo Don
Salvador, Señor
que está en el honor y
Señor que tiene el
mandato con el
Padre con el Espíritu Santo
en los siglos de los siglos.
Háganos Dios omnipotente
hacer tal servicio que
delante de su faz
gozosos seamos. Amén.
Para escuchar el audio con la pronunciación restituida
FUENTE:
Wikipedia
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