Lo que van a leer no es propiamente un artículo, sino unas
notas que preparé para la radio, concretamente para el programa de RAC 1, “MISTERIS”,
emitido la madrugada del 28 de diciembre 2009. Como verán en la redacción, me
dirijo en todo momento al locutor, Sebastián D’Arbó, pero el motivo de esta
nota es para decirles que, en los prácticamente tres años transcurridos, los métodos
de control ciudadano se han multiplicado exponencialmente por mor de las
modernas tecnologías de las nuevas terminales de teléfonos móviles (celulares),
tabletas, etcétera. Mucha gente desconoce que en las aplicaciones gratuitas que
nos bajamos para nuestro “ipad”, “iphone”…, conllevan una autorización para que
determinada empresa pueda chequear nuestra navegación y determinar nuestros
gustos de consumo. Eso suele estar escrito en la letra pequeña de la llamada política
de privacidad de la empresa que ninguno nos leemos. Por otra parte decirles que
los temas aquí tratados están meramente apuntados, el tiempo en la radio no dan
para desarrollarlos, pero podrán encontrar más información en la red, sí, esa red
que nos controla pero que también puede ser un arma para romper las barreras de
las prohibiciones o los silencios impuestos.
¿Qué son los
“numerati?
El término “numerati” fue acuñado por el periodista Stephen
Baker que escribió un libro donde recoge entrevistas a estos profesionales y
explica este fenómeno que no es actual, pero con las nuevas tecnologías ha
adquirido unas proporciones impensables y que no sabemos a ciencia cierta a
donde nos van a llevar.
Los “numerati” son matemáticos, ingenieros informáticos,
analistas de sistemas y hasta antropólogos y lingüistas. Son contratados y
trabajan para las grandes empresas de Internet, multinacionales, corporaciones
de todo tipo y, evidentemente, para los estados.
¿Qué hacen?
Analizan, criban y ordenan miles de millones de datos y
registros informáticos que dejamos cada uno de nosotros cuando navegamos por la
red, usamos un teléfono móvil, compramos con tarjeta o llenamos el carrito de
la compra.
Cuando nosotros navegamos por la red y entramos en una web,
nuestro ordenador, automáticamente, registra y memoriza los llamados “cookie”.
En un principio, esto tiene la función de facilitarnos la navegación, porque
cuando volvamos a esa página, se cargará más rápido. También está la cuestión
de los registros, eso que hacemos para poder acceder a datos que no son
públicos o simplemente para que el sistema reconozca nuestro ordenador y no
tengamos que poner una clave o una dirección de mail. Todo esto va dejando un
rastro en los servidores de las empresas, y todos estos movimientos se analizan
por los expertos de los que estamos hablando.
Por ejemplo, Yahoo obtiene 2.500 datos al mes de cada
persona, por el simple hecho de navegar por Internet y usar sus plataformas,
que pueden ser un correo, un buscador o tenerlos como página de inicio. Son
2.500 registros al mes, multiplica eso por 250 millones de usuarios que tienen.
Los “numerati” llegan a acuerdos con publicaciones, con empresas comerciales,
etc., para poder dar un número, un código a cada visitante, lógicamente, de
momento y porque las leyes lo prohíben, no les pueden poner cara o datos
personales, son datos, por así llamarlos, ciegos, pero con los censos y la
telefonía móvil de última generación, incluso esos datos se podrían obtener si
las legislaciones de los países lo permitieran. Pero con ese código, ya pueden
registrar tus movimientos, lo que consultas, lo que te gusta… No te hablo ya de
las redes sociales donde millones de personas dejan hasta sus datos personales
y fotos más íntimas. Sabemos, por ejemplo, que el FBI rastrea diariamente redes
sociales como Facebook, o que determinados empresarios consultan el perfil de
una persona antes de contratarla.
¿Qué buscan?
Realizar patrones de comportamiento, análisis estadísticos,
cálculos de probabilidades. Utilizar las matemáticas y sus algoritmos para
descifrar un lenguaje nuevo cuyas posibilidades aún no están del todo estudiadas,
por ello la publicidad y el marketing
son sus campos de experimentación.
¿Con qué objetivo?
Conocernos mejor, saber nuestros gustos, buscar tendencias
de consumo, estadísticas, predecir decisiones que vamos a tomar. Con el
objetivo de poder dirigirnos publicidad específica y a la carta, o darnos
servicios en los que ahora mismo ni pensamos. La meta, dicho crudamente, es
poder condicionar o manipular lo que hacemos, lo que compramos, que tipo de
pareja buscamos, a quién votamos o si somos unos terroristas en potencia. En
las oficinas, sobre todo en EE.UU., estos controles se utilizan para optimizar
o rentabilizar el trabajo de sus operarios, pero también es un arma para
tenerlos bajo vigilancia. La información
es poder y, como dijo George Orwell, lo
que se puede medir, se puede controlar.
Te explico un ejemplo que me ocurrió a mí esta mañana. Yo
tengo una cuenta en el correo de Google, que por volumen de usuarios y
tecnología específica que luego te comentaré, son los mayores “numerati” hoy en
día (después viene la IBM, Microsoft, Yahoo, imagino que la CIA y el MOSSAD y
las autoridades chinas que tienen un Internet muy moderno y que controlan al detalle). Pues lo que te decía,
al abrir mi correo esta mañana, me encontré en un faldón de arriba que suele
llevar publicidad, un anuncio en catalán sobre un libro, no recuerdo ahora
cuál. ¿Cómo saben que yo leo y entiendo el catalán si al registrarte no te
piden ese dato? Pues muy fácil, por su buscador. Cuando yo busco algo en
Google, seleccionando como preferencia idiomática el catalán, el inglés o el
castellano, eso queda registrado.
Los móviles
Pero no sólo Internet es el campo de los “numerati”, también
lo son los teléfonos móviles. Las terminales de última generación, que tienen
GPS, cámaras, bluetooth, etc., son
una fuente de información y de control. En Nueva York hay una pequeña empresa,
llamada Sense Networks, que
confecciona mapas de movimientos de las terminales de móviles. A cada grupo les
dan un color. Por ejemplo, si un día que
hay un partido del Barça y se concentran un montón de móviles en el campo, pues
ahí ya tienes a un grupo de aficionados al fútbol susceptibles de ofrecerles un
paquete de viajes a una final, una suscripción a un periódico deportivo, etc.
Pueden saber en que barrios pasas la noche, y cruzando datos del censo, de la
renta per cápita de la zona, del precio de los pisos o alquileres, saben hasta
el status económico que tienes. ¿Para
qué sirve? Por ejemplo, si los viernes por la noche en una zona del barrio de
Grácia que tienen “controlados” que hay 5.000 móviles y por la noche se dispara
a 15.000, pues pueden deducir que es una zona de copas donde se puede abrir un
negocio de ocio. Cuando enviamos fotos o sms, estamos dejando rastros que se
archivan y procesan en todo momento.
Los sensores
Una empresa de Portland (Oregón), Intel Corp, lleva años experimentando con sensores para las casas.
Con la autorización de personas que se prestan al experimento, llenan sus casas
con sensores en los electrodomésticos, las camas, la puerta de la nevera y
hasta la tapa del WC. Con esto pueden saber los programas de televisión que ves
o las veces que abres al día la nevera. ¿Para que sirve? Nos dicen que, por
ejemplo, para la medicina preventiva. Si una persona se levanta muchas veces
por la noche a miccionar pueden presumir que tenga un problema de próstata. También
para ancianos que viven solos o personas con problemas de dependencia, ya que
pueden estar controlados en caso de que necesiten ayuda. La contrapartida, si
esto se llegará a generalizar y en algunos “edificios inteligentes” ya sucede,
es un control total de los ciudadanos.
La videovigilancia
Quizá el ejemplo más escandaloso sea el de la videovigilancia,
so pretexto de la seguridad (y no niego su utilidad para ello), se pisotean
derechos civiles y personales como el derecho a la propia imagen. Todos podemos
ver en Internet miles de vídeos de cámaras de vigilancia de locales, probadores
de tiendas de ropa…, también las televisiones suelen hacer uso de esas imágenes
de una forma indiscriminada, unas imágenes que nos dicen que “solamente” se
pueden usar en caso de un delito fragante. No te digo ya su uso en el control
de manifestaciones y disidentes políticos.
Quisiera dejar claro que muchas de estas técnicas solo
marcan probabilidades, y no certezas al cien por cien. Que la amplitud de la
red y los millones de datos, también dificultan un control más personalizado,
salvo cuando eres sujeto de una investigación judicial. Claro que todos sabemos
que los servicios de inteligencia bordean la legalidad cuando no se la saltan.
Ahí tenemos la red de espionaje electrónico más grande de la historia: Echelon.
Todo esto tiene el peligro del control policial sin el amparo
legal. El “Caso de Yahoo en China” es un
ejemplo como la información que tienen las corporaciones de Internet puede ser
usada para la represión de los demócratas que utilizan la red para romper las
barreras de la represión.
Yo me pregunto: ¿Hasta
qué punto, por perseguir la delincuencia, es lícito pisotear los derechos de
todos? Cuando se prioriza la seguridad por encima de la libertad, al final
se pierde lo uno y lo otro.
© JAVIER CORIA
Los dibujos son de Maurits Cornelis Escher
Excelente trabajo, no sé cómo no tiene más repercusión.
ResponderEliminarInterior crea una unidad especial para vigilar las redes sociales:
ResponderEliminarhttp://www.elconfidencial.com/espana/2012/04/24/interior-crea-una-unidad-especial-para-vigilar-las-redes-sociales-96719/