Un día los servicios de rescate reciben una llamada muy común en la montaña. Se ha perdido un escalador y se inician los protocolos de búsqueda y rescate. Entre ellos estaba el uso de un helicóptero.
Después de varias pasadas por el macizo de Montserrat sin resultado, descubren a un hombre que les hace señas desde un risco. La alegría es inmensa entre la patrulla de buscadores. La sorpresa viene cuando bajan a tierra y descubren que el hombre no era el escalador que buscaban, es más, a aquella persona nadie la buscaba porque nadie la había dado por desaparecida.
El hombre desorientado y ciertamente alucinado por el calvario vivido, les explica a los bomberos unas historias muy extrañas que tienen que ver con "ratoncitos rojos" y otras alucinaciones que el pobre sufría después de llevar varias jornadas perdido en la montaña. Entre las historias les dice que lleva días… “durmiendo con la negra”. Cuando los bomberos acuden al lugar indicado por el hombre descubren en el fondo de una sima, los restos mortales de lo que parecía una mujer. Era una mujer, sólo quedaban los huesos y restos de piel ennegrecida por el tiempo; porque la mujer era, o fue, blanca.
Se trataba de una turista inglesa que se había perdido dos años atrás y que nunca habían encontrado pese a buscarla durante varios días. Los análisis forenses dictaminaron que no murió de la caída, sólo tenía un tobillo dislocado. Lo más terrible es que se hallaron ramas y raíces de arbustos que la infortunada había intentado convertir en una escala para salir de su encierro. La agonía seguro que fue terrible, porque murió de hambre y sed.
En ese agujero durmió durante días el hombre de “los ratoncitos rojos”. Los familiares de la turista, por fin, pudieron dar sepultura a su familiar. El escalador que en un principio salieron a buscar los bomberos, desgraciadamente, también había perdido la vida. El hombre que decía que “dormía con la negra”, se recuperó e incluso fue entrevistado por Paco Lobatón en el desaparecido programa de televisión: ¿Quién sabe dónde?
Nunca se aclaró que llevó a este hombre, que no era un montañero, a caminar solo por la montaña. Quizá su destino fue conducir a los bomberos hasta los restos de lo que en el pueblo de Collbató y Monistrol, unos pocos, conocen como el caso de: “La negra de Montserrat”.
Esta triste historia es real y me fue contada por los bomberos protagonistas.
P.D: ¡Joder!, uno se pasa el tiempo intentando imaginar historias ficticias para escribir relatos, y resulta que la realidad es mucho más extraordinaria.
NOTA: Gracias a los bomberos voluntarios de Collbató, a Joan Miguel, alcalde de Monistrol, a Sara Aicart (la mujer araña), de la Oficina de Turismo de Collbató y campeona de España de escalada deportiva; que nos han ayudado a realizar un bonito reportaje sobre la montaña Sagrada de Montserrat.
© JAVIER CORIA
increible Javi.....las cosas de esta vida que jamas dejarán de sorprendernos. historias realmente escalofriantes, dificiles de digerir pero reales........un saludo.
ResponderEliminarSergio del antibiotic
Un saludo, amigo.
ResponderEliminarPuedo asegurarte que esta historia es verídica y certificada,está documentada por el Monje que realizó la cordada...y hay algunas más.
ResponderEliminarHola, Tony. Sí, yo vi las fotos de los restos de la pobre mujer. También recogí otras historias que, con el adorno y las florituras propias del cine o de la tele, veremos en "Cuarto Milenio" de aquí a un mes.
ResponderEliminarEste señor que rescataron era mi padre, la historia es real
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