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viernes, 2 de abril de 2010

LA LEYENDA DEL BESO DE LA MUERTE (Relato)

Yo soy un bicho raro para mis amigos. Entre las rarezas, me adorna una que consiste en el gusto no morboso de pasear por los viejos cementerios, curiosear las lápidas y, sobre todo, admirar las obras de arte funerario que algunos camposantos esconden. Por ello, cuando me fui a vivir a un piso de la Villa Olímpica de Barcelona, que está muy cerca del cementerio de Poblenou, me alegré de tener un lugar tranquilo cerca para pasear y poder leer sentado en sus bancos.

Así que, una vez instalado y después de unas semanas del paroxismo propio de una mudanza, me sentí al fin una tarde con la tranquilidad suficiente como para entregarme al paseo reposado y a la lectura sosegada. Me dirigí a la puerta principal y entré en el cementerio. Era otoño y las hojas anchas de los plátanos alfombraban la tierra con colores ocres y dorados; a pesar de que el cielo estaba gris y podía dar una sensación térmica más fría, la temperatura era agradable. Me gustan esos cielos tapados gris claro, dan una luz muy especial que lo baña todo de plata; la cercanía del mar se adivinaba detrás de los muros del camposanto y el graznido de las gaviotas y los maullidos ocasionales de un gato eran los únicos sonidos que perturbaban el silencio sepulcral, y nunca mejor dicho, del lugar.

Esta necrópolis es conocida popularmente como el Cementerio Viejo, por ser el más antiguo de la ciudad y el primero civil. Data de la época en que se prohibieron los pequeños cementerios parroquiales y, por cuestiones de higiene, se alejaron del centro de las ciudades. El Obispo Pau Sitjar bendijo en el año 1819 esta pequeña ciudad de los muertos, que fue proyectada por el diplomático y arquitecto italiano Antonio Ginesi. Estos son algunos de los datos que pude leer en un folleto que cogí en la entrada.

Me dirigí a la zona más antigua y allí, rodeado de panteones neogóticos, me senté a leer un viejo libro hermoseado con cuidados grabados. Entonces una viejecita que daba de comer a los gatos se acercó y me dijo:

-Joven, ¿usted conoce la leyenda de este lugar?

-No – le contesté un poco extrañado.

-Perdone que le moleste, pero a la gente que lee, como usted, le suelen gustar estas historias –sus palabras sonaron como si se arrepintiera de haberme interrumpido.

-Claro que me gustan señora, cuénteme, cuénteme –afirmé con mi mejor sonrisa.

-Si me acompaña, se la cuento, la leyenda tiene que ver con una tumba.

Y así lo hice y fue cuando la vi. La estatua, “El beso de la muerte”, me impresionó mucho. Un esqueleto alado besaba a un joven yacente. La mujer iba a comenzar su historia cuando me miró fijamente y salió corriendo despavorida. Fue entonces cuando se me cayó el libro de las manos y sentí unos labios fríos y húmedos en la mejilla.

© JAVIER CORIA (texto y foto)

8 comentarios:

  1. Aquí algunos "links" de amigos que han tenido a bien enlazar este relato con sus sitios en la red:

    http://www.facebook.com/group.php?v=info&gid=10150160094145385#!/group.php?v=wall&gid=10150160094145385

    http://leer-y-charlar.foroespana.com/muestras-ajenas-f4/cuentos-cortos-t120-60.htm#78526

    ¡Gracias!

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  2. Que buen final.
    los pelos de punta.
    No esperaba eso.
    Yo es me criado junto al cementerio, ver enterar, que antes ayudaba a mi padre, y pasear por el cementerio no me es raro, no veo nada especial.
    Al contrario, es un lugar muy relajante, total, que te puede pasar, ni los malos quieren ir,
    Me divierto, en verano sobre todo, cuando alguien se le ocurre la idea, típica, por que son muchos los que quieren combatir sus miedos acudiendo al cementerio de noche, yo que los escucho llegar, hablar mientras se deciden a saltar, jeje, me da tiempo a esperarlos, jeje.
    No se como no se me a muerto alguno del susto.
    Esos si que corren con almas que lleva el diablo. Y ay que ver, como el miedo afecta, pierden las amistades, pierden el caballerismo, el amor, por tal de correr el primero, pisan al que sea.
    Otro día mas. Me ha gustado el blog, me quedare aquí de seguidor.
    Un día me decidiré a contar mis experiencias en el cementerio, que son unas pocas, y yo si creo en el alma.
    Saludos.

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  3. Que bueno Javier! Hemos publicado tu post aquí
    http://pervive.com/blogs/general/soy-un-bicho-raro-relato/
    Estuviste en la ruta nocturna por el cementerio de Poblenou?
    Te dejo el link para que veas el vídeo que montamos. Tienes razón, la escultura del "beso de la muerte" es una de las más impactantes que he visto nunca y sin embargo de una gran belleza.
    http://pervive.com/blogs/general/ruta-nocturna-del-cementerio-de-poblenou/

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  4. Muy bueno el relato, Javier, muy en tu línea.
    Besos
    Eva

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  5. Gracias a todos.

    No Marta, creo que no estuve en la visita nocturna a Poblenou. Es que no me entero de estas cosas, darme un aviso para la próxima. Aquí, en la cripta, no tenemos mucha vida social, y se agradecería.

    Basic, pues el mismísimo Ramón y Cajal, alentado y acampañado por su padre (galeno como él, aunque antes fue barbero), saltaban la tapia del cementerio para hacerse con una buena colección de huesos para sus estudios. Eso sí, los cogían de los osarios. Bienvenido.

    Eva, un gusto leerte por aquí por primera vez, creo. Sigo la carrera de tu hermano como "cazador de sonidos", lo vi en la tele.

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  6. claro que me gusta, pero és más propio de noviembre no?. Aunque cualquier momento és bueno para estos cortos

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  7. Curioso,en uno de los sitios de amigos que han decidido enlazar este relato se ha producido una polémica:

    http://pervive.com/blogs/general/soy-un-bicho-raro-relato/

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  8. http://www.facebook.com/notes/creepypasta-latino/el-beso-de-la-muerte/364813630271884

    para ver que opina le gente de vuestro relato

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