Por:
Javier Coria.
Corría el año 1888 cuando en las
calles de Nueva York comenzaron a suceder fenómenos extraños. Testigos directos
relataban a los periódicos de la época la presencia de seres fantasmagóricos
que recorrían las calles amparados en la oscuridad de la noche.
West 28 Street. “An English Coal Heaver’s Home.”
c1880-90s, Jacob Riis
Después
de lanzar un misterioso relámpago, los citados seres desaparecían dejando tras
de sí un nauseabundo olor y un espeso y sofocante humo. Ante la alarma ciudadana,
la policía tomó las riendas del asunto y apostó a sus mejores hombres en los
barrios marginales en los que solían aparecer las enigmáticas criaturas.
Una
de esas noches un sospechoso fue detenido, portaba un extraño revólver que
provocó la alarma entre los agentes. Identificado, resulto ser Jacob August
Riis, un tipo de origen danés que trabajaba como fotógrafo de sucesos para la
prensa neoyorquina. El revólver que portaba era un artilugio para quemar
magnesio; artilugio con el que, en una ocasión, produjo un incendio accidental
en una de las casas que fotografiaba. Esto fue así, la verdad es que los
primeros flashes de magnesio y algodón de pólvora que comenzaron a utilizarse
en el Nueva York de finales del siglo XIX, levantaron recelos entre el público
testigo de las incursiones de los fotógrafos. La policía intervino y la prensa
aprovechó para vender periódicos durante unos días y alimentar la leyenda de
los fantasmas neoyorquinos.
Jacob
August Riis
Jacob August Riis (1849-1914) cubrió la información criminal de Nueva
York entre 1877 y 1888. Sociólogo de origen obrero, documentó la pobreza de los
barrios marginales de la “Gran Manzana”, y el trabajo esclavo de los niños,
consiguiendo que se dictaran leyes de protección de la infancia. En este caso
sí se puede decir que unas imágenes cambiaron la realidad. En aquellos años, el
75 por ciento de los habitantes de Nueva York eran obreros pobres y Riis, con
su libro Como vive la otra mitad, está considerado como el cronista de
los orígenes obreros de la urbe más fotografiada del mundo.
Foto portada: Niños durmiendo en la calle. Nueva
York, 1890. Jacob Riis
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