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martes, 4 de septiembre de 2012

SANTA MARÍA LA REAL DE NÁJERA


HISTORIA DEL MONASTERIO

Apenas quedan vestigios del primitivo conjunto monasterial románico fundado por el rey navarro Don García el de Nájera y su esposa Doña Estefanía de Fox, hija de los Condes de Barcelona. La fundación, en el siglo XI, tiene unos orígenes legendarios que nos hablan de una cueva, verdadero embrión del monasterio, y una talla de una Virgen sedente. Don García reinó desde el año 1035 al 1054, año en que murió en la Batalla de Atapuerca enfrentándose a su hermano Fernando I, conde de Castilla.

Recibió el trono de su padre el rey Sancho III el Mayor como primogénito legítimo y según el derecho público pirenaico. Y no, como se creyó durante un tiempo, por un reparto entre los hijos del rey Sancho.  Fue con el rey Sancho, uno de los monarcas más importantes de la Reconquista, cuando la ciudad de Nájera tuvo su mayor esplendor. Se celebraron Cortes y se otorgó el Fuero de Nájera, origen de la legislación Navarra y base del derecho nacional. Se acuñó la primera moneda de la Reconquista y se establecieron hospitales y hospederías convirtiendo a Nájera en una importante etapa de la Ruta Jacobea. Fue también el rey Sancho el introductor de la norma benedictina en los monasterios españoles que hasta entonces seguían las visigóticas, También mantuvo contactos con la orden de Cluny y su hijo García prosiguió enviando a dicha abadía importantes limosnas.

Exterior del claustro y vista de la torre monacal

Interior de la iglesia del monasterio

Cuentan que fue, en una jornada de caza del año 1044, cuando Don García encontró una talla de la Virgen con el Niño acompañada de otros elementos como una campana, una lámpara y unas azucenas. Precisamente, las azucenas nunca faltan acompañando a Santa María La Real, la talla policromada prerrománica de tipo bizantino que se conserva en una cueva del monasterio. Dicha imagen fue consagrada en el año 1056. El rey de Castilla Alfonso VI entregó el monasterio a los Benedictinos de Cluny en 1079. Entre los años 1422 y 1453 el monasterio fue reconstruido en estilo gótico siendo prior Don Pedro Martínez de Santa Coloma. La real orden del 17 de octubre de 1889, lo convirtió en monumento nacional. Desde 1895 está habitado por los monjes Franciscanos.

UN RECORRIDO POR EL MONASTERIO

Con la idea vertebradora de la Civitas Dei (la Ciudad de Dios) de San Agustín, podemos hacernos una idea del mundo espiritual y físico que se vivía en el interior de los monasterios medievales. Si la iglesia es el lugar para orar a Dios, el monasterio sería el lugar para estar con Dios, y en definitiva ser partícipe de lo Sagrado, ser Dios como dijeran  San Bernardo de Claraval o San Juan de la Cruz.

En el monasterio se unen varios conceptos e ideas. Desde las espirituales, simbólicas o filosóficas, representadas por la iglesia o los lugares de rezo, hasta los lugares dedicados al saber, la ciencia y el arte, como son sus bibliotecas, sus boticas o los Jardines Secretos (Hortus Conclusus), los huertos donde los monjes cultivaban sus hierbas para realizar  medicamentos y licores. El claustro era el lugar de recogimiento, meditación y silencio, al contrario del locutorio, el lugar de la palabra, del contacto con el exterior. Pero también el claustro fue lugar de enterramientos y con una función muy práctica, servir como zona de tránsito entre las distintas dependencias del monasterio entendido como una unidad de trabajo. No en vano, la vida europea giró entorno a sus monasterios donde se concentraban los mejores profesionales de su época.

Claustro inferior

Coro monacal, con la sillería y las pinturas

Sepulcros de los reyes de Nájera-Pamplona

El visitante puede recorrer el Claustro de los Caballeros, una joya del gótico y del plateresco que data de mediados del siglo XVI. Con dos plantas, recoge diversas tumbas como las de Doña Mencía López de Haro, reina de Portugal,  Don Diego López de Haro y su esposa Doña Toda Pérez de Azagra. En el Panteón Real, bajo el coro, se encuentra el panteón de los reyes fundadores del monasterio y el mausoleo de Doña Blanca de Navarra entre otros. Otros lugares que se pueden visitar son El coro, con las famosas tallas de sillería de los maestros judaizantes Andrés y Nicolás y que data de finales del siglo XV  del gótico flamígero. La Iglesia con su retablo central barroco que data del siglo XVIII y resume la historia del monasterio, la Escalera  Real de cúpula renacentista o lugares al que hay que acceder con permisos como el Triforio, desde donde se puede tener una vista aérea de todo el conjunto. Y como no, la Cueva fundacional.

© JAVIER CORIA

FOTOS: Wikimedia Commons

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