ESCÁNDALO EN
ALEMANIA: ¿UNA RED CRIMINAL NEONAZI ENCUBIERTA POR LOS SERVICIOS DE SEGURIDAD?
El caso de la célula neonazi Nationalsozialistischer Untergrund [NSU] (Clandestinidad
Nacionalsocialista), que cometió asesinatos con impunidad durante años en
Alemania (como informamos en este blog el año pasado), ha cobrado un impacto
devastador.
Al indagarse en el caso los cuerpos de seguridad en sentido
amplio han quedado en entredicho: los servicios de inteligencia han sido
ineficaces; se han destruido archivos que podrían contribuir a esclarecer el
misterioso caso; se ha constatado una clara falta de cooperación entre cuerpos
de seguridad; y se ha denunciado que la Oficina de Protección a la Constitución
se ha preocupado más por el extremismo de izquierda que el de derecha. El
escándalo está aún lejos de haber terminado.
A continuación
reproducimos el artículo de Günther
Birkenstock y Cristina Papaleo editado por Enrique López y publicado por la
agencia oficial alemana Deutsche Welle
(4/VII/2012), a cuyo texto orinal puede accederse haciendo clic aquí.
Portada de Der Spiegel dedicada al grupo terrorista en 2011
MÁS IRREGULARIDADES
EN CASO DE CRÍMENES NEONAZIS
La serie de escándalos
en torno al Servicio de Inteligencia alemán parece no tener fin. Hubo
negligencia en investigaciones sobre grupos nazis, y ahora se destruyeron
archivos intencionalmente.
La célula neonazi Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU),
que pudo planificar y llevar a cabo homicidios a lo largo de más de una década
en Alemania sin ser descubierta por las autoridades alemanas de Inteligencia,
tiene en su haber los asesinatos de nueve inmigrantes y a una mujer policía.
Ahora se ha revelado que la Oficina alemana de Protección a la Constitución
destruyó las actas del caso, algo que derivó el pasado 2 de julio de 2012 en la
retirada del presidente de ese organismo, Heinz Fromm.
Se supone que los archivos destruidos en los servicios
secretos alemanes presumiblemente contenían datos acerca de cómo se desarrolló
el trabajo conjunto de la oficina federal de control constitucional con agentes
de contacto del THS (Thüringer
Heimatschutz), una asociación de grupos neonazis de Turingia.
Además de la destrucción de las actas, a principios de esta
semana también se dio a conocer que los servicios secretos italianos, AISI, ya
había advertido al servicio de Inteligencia alemán en el 2003 acerca de una red
terrorista neonazi en este país, según una carta del AISI a la Oficina Federal
de Protección a la Constitución de diciembre de 2011, citada por el periódico Berliner Zeitung. En el informe, las
autoridades italianas mencionaron reuniones de una red neonazi europea en
Bélgica y alertaron sobre posibles atentados a inmigrantes. A eso se sumó este
martes, 3 de julio, información sobre que los servicios de Inteligencia alemanes
tampoco investigaron con la requerida exhaustividad el atentado perpetrado en
el 2004 en la ciudad de Colonia, en la que 22 personas resultaron heridas de
gravedad.
En vista de las numerosas y graves negligencias y omisiones
en el caso de la red neonazi activa en Alemania, el ministro del Interior dijo
en conferencia de prensa que los errores cometidos tendrán consecuencias y
anunció reformas en el organismo de vigilancia. Sin embargo, aún hay muchas
dudas acerca de la manera en la que se implementará esa reforma y cuáles serán
los controles necesarios para que cumpla eficazmente con su función de proteger
el estado de derecho en Alemania. E incluso hay expertos que abogan por el
cierre de ese organismo que cae cada vez más en descrédito.
UN MAYOR ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN
Para el politólogo y especialista en extremismo de derecha
Hajo Funke, del Consejo de Investigación del NSU en el Parlamento, todavía no
se puede prever cómo serán los cambios a llevar a cabo. “Está claro que se
deben crear nuevas estructuras para abarcar el fenómeno del extremismo de
derecha en su totalidad. Por ejemplo, grupos científicos de investigación y
peritajes independientes. Necesitamos una estructura mucho más amplia que pueda
llegar, por medio de profundos análisis, verdaderamente al meollo del problema
que tenemos con el extremismo de derecha en Alemania”, dijo Funke. Hasta ahora
eran los ministerios los encargados del control en los estados federados y a
nivel nacional, además de las comisiones parlamentarias, pero eso no es
suficiente en absoluto, subrayó Funke en conversación con Deutsche Welle.
El experto explicó que, a menudo, los funcionarios de los
servicios secretos alemanes trabajaban en forma aislada, pasando por alto
importantes indicios o interpretándolos incorrectamente. “Destruir archivos con
la trituradora es un acto de encubrimiento. Hay indicios de que eso se hizo con
intención, aunque de momento no contamos con demasiados detalles”, añadió
Funke.
Patrick Kurth, diputado por el Partido Demócrata Liberal (FDP),
que también forma parte del Consejo de Investigación del NSU en el Parlamento,
dijo este martes a Deutsche Welle que en el caso de negligencias en torno a las
actividades del NSU se deben iniciar de inmediato medidas legales contra la
Oficina alemana de Protección a la Constitución. Y subrayó que también se debe
advertir a los testigos de las consecuencias de posibles falsas declaraciones:
“Creo que también la opinión pública debe tener en claro que los testigos no
pueden decir simplemente lo que se les da la gana”.
Se afirma que la
Oficina alemana de Protección a la Constitución vigiló más a la izquierda que a
la derecha
PERSECUCIÓN DE LA IZQUIERDA, TRADICIÓN EN ALEMANIA
OCCIDENTAL
El periodista y experto en extremismo de derecha Thies
Marsen no cree que se pueda reformar la Oficina Federal de Protección a la
Constitución, y apela a que se la elimine. Para él, el hecho de que se hayan
omitido e ignorado varios indicios se explica desde la historia misma de esa
institución: “El servicio secreto alemán es hijo de la Guerra Fría, cuando
había dos bloques irreconciliables enfrentados. Estaba concebido, sobre todo,
contra la Alemania del Este, es decir, contra la República Democrática de
Alemania, y contra la real o supuesta influencia del comunismo. Es por eso que
su mirada crítica siempre tendió hacia la izquierda”, explica Thies Marsen.
Además, señala el especialista, es un hecho conocido que la
Oficina de Protección a la Constitución fue creada, en parte, también por
criminales de guerra nazis que reprimieron la resistencia contra el nazismo en
Alemania. Claro que los servicios secretos alemanes de hoy no se pueden
comparar con los de hace 50 años, pero “el espíritu de esa época aún está vivo
y por eso también hoy se prefiere vigilar más a la izquierda que a la derecha”.
OTRAS INSTITUCIONES PODRÍAN ASUMIR TAREAS DE
ESCLARECIMIENTO
Thies Marsen se dedicó, sobre todo, a estudiar el desempeño
de la Oficina de Protección a la Constitución en Baviera y constató que incluso
“asociaciones de la sociedad civil fueron declaradas como extremistas de
izquierda porque se comprometen con la lucha contra los neonazis. Una agrupación
como AIDA, una oficina de información y esclarecimiento antifascista de Múnich,
figura en el informe de los servicios secretos alemanes como organización de
extrema derecha”, alerta el experto, y dice que, debido a eso, perdió su
carácter de entidad de bien común, además de que su tarea se vio obstaculizada
en gran medida.
Marsen opina que la tarea de los servicios secretos alemanes
podría ser asumida por otras instituciones, por ejemplo, por la Policía, algo
que ya está en marcha. Y aclara que los funcionarios de la Oficina de
Protección a la Constitución hasta ahora siempre rechazaron una tarea conjunta
con la Policía, impidiendo así una cooperación eficiente y constructiva.
FUENTE: Xavier Casals
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