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martes, 23 de noviembre de 2010
CAPA CAZA A CENTELLES
Uno de los negativos del fotógrafo húngaro hallados en México muestra a su colega catalán.
Los dos grandes fotógrafos de la guerra civil española, Robert Capa y Agustí Centelles (con permiso de Seymour, Namuth, Reisner, Alfonso, Marín...), nunca hablaron el uno del otro. Ni Capa dejó nada escrito sobre el catalán, ni este, recuerdan sus hijos, les contó haber conocido siquiera al húngaro que arrambló con la gloria y la fama. Pero el destino hizo que cruzaran sus pasos al menos tres veces. Y de una de ellas, en que ambos se encontraron cara a cara, con el objetivo de sus cámaras de por medio, ha quedado un testimonio gráfico, escondido a lo largo de decenios en el rincón de un negativo perdido durante años en México. En diciembre de 1937, Capa fotografía a un cabo de la Guardia de Asalto, herido en la toma de Teruel, que se apoya en un compañero. En la izquierda de la fotografía, un colega que se apresura para hacer también su trabajo se le cuela en el encuadre: es Centelles.
Lamentablemente, es imposible saber si Centelles captó la misma escena, segundos después, cazando o no al colega extranjero. No aparece, al menos, en el único rollo de imágenes de la batalla de Teruel que se llevó al exilio y está depositado hoy en Salamanca. «Mi padre explicó en una entrevista que ese día tomó otros dos, pero que se los dio a un colega y no los volvió a ver. Podría haber sido a Badosa», explica Sergi Centelles tras reconocer a su padre en la imagen. Esas fotografías quizá estén entre las 5.539, la mayoría sin autor identificado (las hay de Capa, Namuth, Reisner, Michaelis, Casas y Centelles), encoladas en 14 álbumes del Comissariat de Propaganda de la Generalitat, conservados en el Arxiu Nacional de Catalunya.
LA TIJERA DEL EDITOR / A diferencia de la mayoría de las fotografías de la maleta mexicana, esta no es inédita. Apareció publicada en el número del 24 de enero de 1938 de Life (consultable desde hace poco tiempo, como toda la colección de esta revista, en Google Books). Eso sí, recortada: el tijeretazo del editor gráfico norteamericano eliminó de la foto de Capa un buen trozo de cielo... y a Centelles. Toda una metáfora del silencio que ocultaría su figura durante el siguiente medio siglo.
Entre el 22 y el 24 de diciembre de 1937, la República convocó a fotógrafos, camarógrafos y reporteros para levantar acta de su primera gran victoria de la guerra civil. Capa, Centelles, Alfonso, Marín... repiten las mismas escenas: tanques ante la plaza de Toros, tiroteos en la del Torico y civiles y combatientes heridos, evacuados, que se cruzan con batallones del refresco del Ejército Popular (Capa siguió fotografiando los combates puerta a puerta hasta el 3 de enero y el último reducto franquista no cayó hasta el 8 de enero). Paseando por el fondo de las fotografías aparecen una y otra vez las figuras de corresponsales como el inseparable trío formado por Ernest Hemingway, Herbert Matthews y Defton Helmer.
Sólo consta que las cámaras de Capa y Centelles se cruzaran dos veces más. Una, en el desfile de despedida de las Brigadas Internacionales en la Diagonal de Barcelona, el 28 de octubre de 1938. La otra, en el campo de concentración francés de Bram. El 1 de marzo de 1939, Centelles fue internado en este complejo, cerca de Carcasona. Dos semanas después, Capa lo visitó como periodista. El catalán pudo retratar desde dentro escenas de miseria, suciedad y desesperación. El reportero internacional no penetró en las entrañas del campo pero estuvo a la altura de las circunstancias: al otro lado de las alambradas estaban los suyos.
Nota: Barcelona recuerda la figura del fotógrafo Agustí Centelles con una placa en su taller de Sant Gervasi. El alcalde de Barceloa, Jordi Hereu, preside el acto con los familiares del fotógrafo.(Foto: Jaume Soler-Ajutament de Barcelona)
FUENTE: El Periódico
Heroicos y admirables tipos que trataban cada fotografía como un hecho único y excepcional
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