MIRADAS INDISCRETAS

Siempre me llamaron la atención estas dos fotos donde, una bellísima Sofía Loren, parece impactada, y no es para menos, con la rotunda humanidad de la actriz Jayne Mansfield.

Con una filmografía bastante mediocre, parece que los directores utilizaban el gancho de la sex symbol para promocionar sus películas. Pero no se crean, a sus medidas 102-53-90, la rubia sumaba un coeficiente intelectual de 163, por encima de algunos genios, por ejemplo Einstein tenía 160, igual que Stephen Hawking.

Sí, Mansfield copiaba en su estética a Marilyn Monroe, al parecer por exigencia de un siniestro y oscuro novio que tuvo, novio que también compartió algunas noches con la Monroe. El personaje era un charlatán que, durante un tiempo, fue un icono pop de muchos personajes del star system de los sesenta. Se trataba de Anton LeVey, autodenominado el “Papa Negro” y fundador de la “Iglesia de Satán”.

Cuentan que cuando Mansfield dejó a LeVey por un novio abogado llamado Sam Brody, el brujo predijo una pronta muerte a su exnovia. Esta sucedió en 1967, cuando la actriz contaba con 34 años. El final fue terrible, ya que murió decapitada. Al tomar una curva el coche en que viajaba volcó, iban a 140 kilómetros por hora. Murieron el chófer, el abogado y la infortunada. Milagrosamente, los hijos de la actriz que viajaban en los asientos traseros, salieron ilesos.

© JAVIER CORIA

FOTO: La foto de la lápida y de LeVey es un archivo de Wikimedia Commons, un depósito de contenido libre hospedado por la Fundación Wikimedia.