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martes, 16 de marzo de 2010

LA NOVELA NEGRA ESPAÑOLA NACIÓ EN LOS QUIOSCOS

La novela policíaca española constituye un mundo que ha merecido algunos estudios de no poca calidad y cuyas raíces se extienden hasta algunos de los mejores relatos de Doña Emilia Pardo Bazán, como los titulados La cana o La gota de sangre. En este ámbito de lo policial, la tendencia, escuela o subgénero de la llamada Novela Negra tampoco es de ayer. Algunos de los clásicos norteamericanos del género se tradujeron tempranamente en nuestro país. El Halcón Maltés de Dashiell Hammett, publicada en EEUU en 1929, apareció en España en 1932, con el título de El Halcón del rey de España. De los años cuarenta a los sesenta, las editoriales Molino, Mateu y Plaza publicaron varios títulos de Raymond Chandler en colecciones como Selecciones de Biblioteca Oro o GP Policíaca.

Las novelas de Erle Stanley Gardner protagonizadas por el detective Donald Lam, que pueden encuadrarse dentro del género negro (a diferencia de las protagonizadas por el abogado Perry Mason, típicas novelas enigma) también frecuentaron nuestros quioscos y librerías desde los años treinta y cuarenta publicadas igualmente por Molino. Señalemos que el descubridor para España de este popularísimo autor fue el no menos popular José Mallorquí, traductor de algunas de sus novelas.

A principios de los cincuenta Gabriel Ferraté tradujo para Planeta una colección de relatos de D. Hammett. Y durante los años 1957 y 58 la obra prácticamente completa de este autor aparece en la colección El Búho de Plaza.


Por lo tanto, y aunque en escasa medida, la novela negra norteamericana fue conocida en España casi desde su nacimiento en EEUU.

Sin embargo, los autores españoles que inauguran el género proceden, en su totalidad, de la novela del Oeste y de aventuras. Los más destacados conocen el género no tanto por sus traducciones como por haber leído a un amplio abanico de escritores norteamericanos en sus ediciones originales en inglés. Tal es el caso de José Mallorquí, Eduardo de Guzmán, Jordi Gubern, Pedro Debrigode, Fidel Prado Duque y otros. El primero incursionó con poca fortuna en el género, aunque creó una verdadera serie negra del Oeste con su saga Jíbaro Vargas, verdadera obra maestra de la aventura violenta y realista, y con algunos de los episodios de El Coyote.

El propio Eduardo de Guzmán, que firmó sus obras con seudónimos como Edward Goodman o Eddy Thorny entre otros, apuntó en unas declaraciones dos cosas importantes: Primera, que cuando aparece la colección FBI, de editorial Rollán, los autores trataron de trasladar al mundo urbano las peripecias, el dinamismo y la violencia de las novelas del Oeste; ya no se trataba, pues, de desentrañar un enigma. Y segunda, que esas novelas inauguraron en España el género negro. Así fue en efecto. Hubo, y conviene resaltarlo, un antecedente interesante, debido igualmente a un escritor de quiosco: Fidel Prado. Con el seudónimo P. Duke, publicó una serie de doce novelas protagonizadas por el jefe de una banda de gángsters, Pat Morgan, muy dignamente escritas y en las que el delincuente es el protagonista de la acción.

De manera masiva, es en FBI y en la no menos emblemática Servicio Secreto de la barcelonesa Editorial Bruguera, donde se forja el género en nuestro país. Si Eduardo de Guzmán publicó sobre todo en FBI, en Servicio Secreto aparecieron las novelas de Jordi Gubern, con el seudónimo de Mark Halloran o las de Pedro Debrigode con el de Peter Debry.


En los años sesenta aparece en la editorial Tesoro una colección que lleva por título La Novela Negra, indicador del éxito que el género estaba teniendo en España. Los seudónimos de Eduardo de Guzmán aparecen también en esta colección. Por estas fechas se popularizan en los quioscos otros seudónimos como los de Siver Kane (Francisco González Ledesma), Lou Carrigan (Antonio Vera) o Keith Luger (Miguel Oliveros), introductor del humor en este tipo de relatos. Estos y otros de los que habrá que hablar y estudiar en cada caso algún día, fueron auténticos profesionales de la novela de acción, crimen y aventura urbana, fueron los auténticos pioneros del género negro español, pese a todos los límites que la censura fascista imponía, entre ellos la necesidad de desarrollar la acción de la inmensa mayoría de sus novelas en EEUU u otros países, no en España, donde por decreto no había policías corruptos, ni banqueros-gángsters, ni hombres y mujeres con vida sexual.

Estos escritores de quiosco, al menos los más inquietos y mejores de entre ellos, conocían lo que se escribía en EEUU dentro del género negro, lo practicaron y consiguieron entretener y emocionar a varias generaciones de lectores. Sus novelas estaban en los quioscos. Faltaba mucho para que apareciesen un Vázquez Montalbán, un Andreu Martín (presente, por cierto, también en los últimos coletazos de la novela de quiosco, en los años ochenta), un Juan Madrid o un Julián Ibáñez o tantos otros… que, prácticamente, no descubrieron a los grandes del género hasta después de la muerte de Franco, cuando las traducciones nos volvieron a traer a los que habían estado, sin que las modas literarias los tuviesen en cuanta, junto a toda una pléyade escasamente o nada conocida entre nosotros. Luego, fue otra historia, pero la novela negra española nació en los quioscos y con seudónimo. Malos tiempos.

© Manuel Blanco Chivite

NOTA: Este trabajo es una colaboración para éste blog de Manuel Blanco Chivite, escritor y director de la editorial “El Garaje Ediciones”. El artículo se publicó originalmente en la revista española “Qué Leer”.

8 comentarios:

  1. Hola, Javier:
    Un placer contactar con quien asegura que pasó muy buenos ratos leyendo mis “bolsilibros”.
    Como he observado que has entrado en mi blog, te habrás dado cuenta de que me complace mucho escribir cuentos, y gracias a ellos he recibido unas cuantas satisfacciones en forma de premios, precisamente acabo de recibir una llamada telefónica en la que me comunican soy ganador de otro.
    Varío bastante en las temáticas, y tú que eres un experto en cementerios, habrás descubierto que tengo colgado un cuento que se titula “Cementerio salvaje”. Bueno, mi obra publicada es muy extensa, así lo he expresado en foros literarios como los de “Abrete Libros” en los que tengo cerca de seis mil visitas en uno sólo de los “hilos” y también en “Pasadizo” y otros más. Me siento muy orgulloso de ser Ralph Barby, hasta tal punto de que me he acostumbrado a que me llamen así.
    Saludos. Ah, soy nacido en Entença-Diputació, un “que-macu” más.

    Ralph Barby

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  2. HOLA
    Es un honor tenerle por aquí. Disfruté y disfruto con sus bolsilibros, que sigo comprando en el Marcat de Sant Antoni. Algún día me tiene que contar como eran capaces de inventar tantas tramas con el trabajo a destajo que les imponía Bruguera. Conozco personalmente a algunos de sus compañeros de quiosco. Me falta conocer sus obras de terror, que los amigos chilenos de "Bolsi/Pulp" recomiendan. A ver si un día nos tomamos unas cañas y hablamos. Yo también soy un "pixapins".

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  3. O.K., será un placer tomarnos esas cañas como tú dices, será uno de los días en que me acerque a Barcelona, ya que Ángels y yo residimos habitualmente en un chaletito en la Costa Dorada, no muy lejos de donde tiene el suyo Silver Kane.
    De niño, con diez o doce años, ya iba al Mercat de Sant Antoni para comprar y vender TEBEOS. Cuando mi colega y compañera y yo pusimos la primera piedra en los cimientos de nuestro “Ranxet”, ésta consistió en un bote de cristal con varias novelas dentro.
    Un abrazo.
    Ralph Barby
    PD- Si puedes, léete mi ponencia sobre “MEMORIAS DEL MIEDO”.

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  4. Sí, lo leeré, y si me da su permiso, lo colgaré aquí. A Silver Kane lo veo a menudo en la librería "Negra y Criminal". Y coincidimos, él en el plató y yo grabado, en un programa de Cuatro Televisión (Cuarto Milenio) sobre una misteriosa habitación que hay en el Parador Nacional de Cardona. Él no lo sabe, pero yo propuse el tema y su presencia, después de leer una crónica que tituló: "Usted no se va a creer esto".

    Un abrazo.

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  5. O.K. permiso concedido para “colgar y comentar” mi ponencia “MEMORIAS DEL MIEDO”, ponencia que di en unas Jornadas Literarias en “La casa encendida” de Madrid.
    No he visitado la librería de Paco de la Barceloneta, imagino que hay buenas tertulias literarias allí.
    No recuerdo bien, creo que he escrito y publicado más de cien historias policíacas, pero opino que es un género tan trillado, con tantos maestros y tantas versiones cinematográficas, que hoy por hoy me inspira poco interés. Me intereso más por lo fantástico puro, por lo gótico, por el Terror. Soy consciente de que mi imaginación es distinta a la de la mayoría de los escritores que tratan de encajar en esta temática. Sin ninguna clase de alarde, sé que soy singular, mi facilidad para introducirme en el mundo del subconsciente es lo que ha marcado a muchos de mis lectores y así lo expresan en sus comentarios, lo cual no obvia que otros lectores prefieran a otros autores por aquello de resolver el tema de forma policíaca a lo Sherlock Holmes. Mi fantasía en el Terror es diferente y una historia no se parece a otra pese a que he escrito y publicado más de cien obras. “I’m different”. En mi blog, puedes encontrar referencias a “La Antología del cuento español”, publicado por una universidad norteamericana, allí se recogen cuentos de Cela, Caballero Bonald, Torrente Ballester, etcétera y también hay un cuento mío, te lo digo porque es el único “gótico”, el único de Terror, yo no hago “gore”. Puedes buscar en Google, por ejemplo “Yo Compré un castillo”, “Viaje al horror”, “El alquimista de la serpiente ciega” o “Tengo miedo por favor ayúdame”. Y así seguiría citando títulos.
    Corto, es que disfruto acariciando las teclas.
    Un abrazo.
    Ralph Barby

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  6. Viva internet.

    Supongo que Javier entenderá por qué digo esto.

    Gracias por el delicioso diálogo.

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  7. muy interesante. ojalá podamos vernos en Olot negre para conversar.....

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  8. HOLA

    Precisamente mañana "cuelgo" una nota sobre OlotNegra. Por desgracia no podré estar. Saludos.

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