RECUERDOS DE MI VIDA (memorias de Santiago Ramón y Cajal)
CAPÍTULO IV
“Promediado el año de
1887, fue reformado el plan de enseñanza médica. La asignatura de Histología normal y patológica, que
figuraba en el doctorado y explicaba el Dr. Maestre de San Juan, quedó
incorporada al período de la licenciatura. Dadas mis aficiones, natural parecía
que yo aprovechase la reforma, concursando alguna de las nuevas cátedras
creadas, cosa fácil después de todo, porque las nuevas disposiciones legales
consideraban la Anatomía como disciplina análoga, a los efectos de traslaciones
y concursos, de la asignatura recién creada. Habiendo tocado a turno de
concurso las vacantes de Barcelona y Zaragoza, vacilé algún tiempo en mi
elección. Mi primer pensamiento fue trasladarme a la capital aragonesa. Hacia
ella me arrastraban el amor de la tierra, los recuerdos de la juventud y el
afecto a la familia. Pero enfrente de estos sentimientos prevalecieron
consideraciones de orden honestamente utilitario. Para el hombre votado a una
idea y resuelto a ofrendarle toda su actividad, las ciudades grandes son
preferibles a las pequeñas. En éstas, las gentes se conocen demasiado. El
animal humano nos amenaza muy de cerca para vivir en santa calma. Y las
rencillas y aun los conflictos estallan a diario. Y el tiempo se va en halagar
a los amigos y combatir a los adversarios. Importa notar, además, que por
aquellos tiempos el claustro de mi venerada Alma mater, a causa de dos o tres desequilibrados, ardía en resquemores y
antagonismos impropios del decoro de la toga. No faltan, por desgracia,
temperamentos malévolos en las grandes poblaciones universitarias; pero aquí
las toxinas humanas, diluidas por la distancia, pierden o atenúan notablemente
sus efectos.
Cajal en su laboratorio. Valencia, hacia 1885.
Procedencia: Instituto Cajal (CSIC), Madrid.
Temeroso, pues, de que
mis fuerzas se disiparan en rudas y dolorosas frotaciones, resolví al fin,
contra el consejo de mi familia, trasladarme a la Ciudad Condal. Y acerté en
mis presunciones, porque en Barcelona encontré no sólo el sereno ambiente
indispensable a mis trabajos, sino facilidades imposibles en Zaragoza para
organizar un bien provisto laboratorio y publicar folletos ilustrados con
litografías y grabados. Precisamente, durante los primeros años pasados en la
Ciudad Condal aparecieron las más importantes de mis comunicaciones
científicas.
Preocupado, como
siempre, de no turbar la ecuación entre los gastos y los ingresos, me instalé
modestamente en una casa barata de la calle de la Riera Alta, próxima al Hospital
de Santa Cruz, donde, por entonces, estaba la Facultad de Medicina.
Ulteriormente, y contando ya con otros emolumentos (los proporcionados por
algunos médicos deseosos de ampliar en mi laboratorio sus conocimientos
histológicos y bacteriológicos), me trasladé a la calle del Bruch, a cierta
casa nueva y relativamente lujosa. En ella dispuse de una hermosa sala donde
instalar el laboratorio y de un jardín anejo, muy apropiado para conservar los
animales en curso de experimentación.
Axones talámicos aferentes
a la corteza cerebral humana (Circunvolución frontal). Dibujo, tinta negra
sobre papel. Procedencia: Instituto Cajal (CSIC), Madrid
Allí recibieron enseñanza
micrográfica, entre otros jóvenes de mérito, Durán y Ventosa, hijo del ex
ministro Durán y Bas; Pi y Gilbert, que hizo brillantes oposiciones a cátedras
de Histología y publicó algún trabajo en mi Revista; el malogrado Gil Saltor, futuro profesor de Histología
en Zaragoza y de Patología externa en Barcelona; Bofill, que llegó a ser,
andando el tiempo, excelente naturalista; Sala Pons, que publicó años después
algunas investigaciones interesantes sobre la estructura del cerebro de las
aves y la médula espinal de los batracios, etc. Dada la proverbial cortesía
catalana, huelga decir que en mis compañeros de Facultad hallé sentimientos de
consideración y respeto. Pasa el catalán por ser un tanto brusco y
excesivamente reservado con los forasteros; pero le adornan dos cualidades
preciosas: siente y practica fervorosamente la doble virtud del trabajo y de la
economía; y acaso por esto mismo, evita rencillas y cominerías y respeta
religiosamente el tiempo de los demás.
Entre los
comprofesores con quienes me ligaron lazos de afecto sincero, recuerdo a
nuestro excelente decano el Dr. Juan Rull, profesor de Obstetricia; al
simpático doctor Campá, que acababa de trasladarse desde la Universidad de
Valencia; a Batlles, catedrático de Anatomía, orador colorista y afluentísimo;
al anciano y benemérito Silóniz, un andaluz a quien treinta años de permanencia
en Barcelona no habían quitado el gracioso acento gaditano; a Coll y Pujol,
enclenque y valetudinario entonces, pero que ha alcanzado los setenta sin
jubilarse; a Pi, maestro de Patología general, una de las cabezas más
reflexivas y equilibradas de la Facultad; a Giné y Partagás, orador brioso y
publicista fecundo y agudo; a Valentí, profesor de Medicina legal, expositor
sutil, pero algo desconcertante y paradójico; al Dr. Morales, prestigioso
cirujano andaluz, a quien los barceloneses llamaban el moro triste, por su aspecto de Boabdil destronado; a Robert, clínico
eminente, luchador de palabra precisa e intencionada, que andando el tiempo,
debía sorprendernos a todos dirigiendo el nacionalismo catalán y proclamando urbi et orbi, un poco a la ligera (no era antropólogo ni
había leído a Olóriz y Aranzadi), la tesis de la superioridad del cráneo
catalán sobre el castellano; opinión desinteresada, pues además de gozar de un
cráneo exiguo, aunque bien amueblado, había nacido en Méjico y ostentaba un
apellido francés; en fin, al simpático Bonet, quien, gracias a su viveza y
habilísima política, llegó a rector de la Universidad, a senador y hasta a barón de Bonet, etc…”
Conexiones sensitivo-motoras de la médula espinal. Golgi
(I), Cajal (II). Dibujo, tinta negra sobre papel. Procedencia: Instituto Cajal
(CSIC), Madrid.
Estructura y conexiones del asta de Ammón
y la dirección del impulso nervioso. Dibujo, tinta negra sobre papel.
Procedencia: Instituto Cajal (CSIC), Madrid.
A mediados de 1887 llegó –la historiografía oficial cita
1888- Santiago Ramón y Cajal a Barcelona para instalarse con su familia y
ocupar la cátedra de Histología e Histoquimia Normal y Anatomía Patológica de
la Facultad de Medicina de Barcelona. Ahora, y cedidas por el Instituto Cajal (CSIC) de Madrid, 26
piezas originales se exponen en CosmoCaixa hasta el 30 de septiembre de 2012. En
1888, el año de la Exposición Universal de Barcelona, fue calificado por el
propio Cajal como su “año cumbre”, ya que trabajando con el método Golgi,
mejorado y ampliado por el propio Cajal, descubrió la unidad celular del
sistema nervioso y la comunicación de las células nerviosas por contigüidad y
no por continuidad, como se había venido sosteniendo. La Teoría Neuronal había
nacido. En 1906 Cajal recibió –conjuntamente con el italiano Camillo Golgi- el
Premio Nobel de Fisiología y Medicina.
Además de investigador ilustre, Cajal fue un gran dibujante y
experto fotógrafo. Sus conocimientos en las técnicas fotográficas le
propiciaron, además, grandes avances en sus investigaciones científicas.
Cajal vuelve a Barcelona, hasta el 30 de septiembre de 2012
Entre la selección de dibujos científicos y preparaciones histológicas
originales, mobiliario, material técnico, placas fotográficas y libros,
destacan su primer diario de laboratorio, su microscopio óptico monocular y su
cámara fotográfica estereoscópica, entre otras.
Como pueden leer en los párrafos de las memorias de Cajal
que reproduzco arriba, el propio sabio dice que se instaló en un modesto piso de
la calle de la Riera Alta del distrito de Ciutat Vella (Ciudad Vieja), conocido
(desde principios del siglo XX) como Barrio Chino y actualmente como el Raval.
Pero en el barrio citado, exactamente en la calle del Notariat, hoy se puede
leer la siguiente placa: “En esta casa vivió S. Ramón y Cajal (1852-1934), en
1888. Aquí descubrió la teoría de la neurona. La ciudad le conmemora en el 50
aniversario de su muerte”. Es raro que Cajal nunca hablara de la calle Notariat
en sus memorias, o cite claramente la calle Bruc (en aquel tiempo se escribía “Bruch”)
como el lugar de su último y lujoso piso en el Ensanche (Eixample) barcelonés,
cuando la historiografía oficial lo sitúa en la calle Consell de Cent… En fin,
son esas cosas que me sacan de quicio, como maniático del dato que soy, pero
que en realidad son minucias que nada importan. Lo importante es reivindicar
una y otra vez al gran sabio, y desde este blog y otras plataformas donde pueda
y me dejen, siempre lo he hecho y lo seguiré haciendo.
© JAVIER CORIA
Exposición Cajal vuelve a Barcelona en CosmoCaixa. Santiago
Ramón y Cajal (Petilla de Aragón, 1852 – Madrid, 1934), considerado el padre de
la moderna neurociencia, fue merecedor del premio Nobel de medicina en 1906, en
reconocimiento a su trabajo sobre la estructura del sistema nervioso.
La muestra, comisariada por Juan de Carlos, está centrada en
tres ámbitos: Cajal científico e investigador, Cajal fotógrafo y Cajal académico.
Microscopio óptico monocular de 3 objetivos. Carl Zeiss,
Jena, Alemania. Nº de serie 11237. Procedencia: Instituto Cajal (CSIC), Madrid.
Un total de 26 piezas originales procedentes del
legado de Ramón y Cajal, cedidas por el Instituto Cajal (CSIC) de Madrid, son
las que se podrán ver en CosmoCaixa Barcelona con motivo del Año de la
Neurociencia
Ramón y Cajal en este blog:
Foto portada: Santiago Ramón y Cajal en su casa con el microscopio.
Madrid, 1915. Procedencia: Instituto Cajal (CSIC), Madrid.
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